- Publicidad -
viernes, abril 19, 2024

Emociones y sentimientos durante el embarazo y post-parto

           Por la Dra. Gabriela Trejo Bazua.

Para poder hablar del tema, tenemos que empezar por definir lo que es una emoción y lo que es un sentimiento ya que comúnmente tendemos a confundirnos por lo parecidas que son.

Una emoción es algo que se siente espontáneamente, no se piensa, no se razona, solo se siente. Es una respuesta del cerebro a impulsos externos e internos.

La palabra proviene de Emovere que significa mover hacia o desde. Son transitorios, nos enfrentan a la acción y son diferentes al sentimiento en duración (duran menos) y en intensidad. Si las reprimimos se estancan y duran menos que los sentimientos,

Entre las emociones tenemos la tristeza (que es adaptativa), el enfado, el miedo (que sirve para identificar una molestia), la alegría, etc. Todas sirven para identificar algo.

Aparece la emoción y en el momento en el que lo registra nuestro cerebro se transforma en sentimiento y como dijimos anteriormente dura más en tiempo y puede ser mucho más intenso que la emoción. Por lo tanto podemos hablar de que en el ser humano se presentan ambos innumerables veces y en muchas ocasiones se confunden entre si es una emoción o si es un sentimiento.

Durante el embarazo, la mayoría de las veces nos enfrentamos a una gama inmensa de emociones y de sentimientos, en la medida en que va avanzando y progresando. Cuando comenzamos se vive la emoción de estar embarazada con mucha alegría la mayoría de las veces, y en los primeros tres meses aparece el sentimiento del miedo, por el riesgo de poder perder al bebé. Este va disminuyendo o aumentando según sr vaya desarrollando el embarazo pero se va transformando y el miedo se convierte en protección, la madre comienza a cuidarse más y a disfrutar el estar embarazada, comienza a prepararse para la gran aventura que está por vivir y espera con ansias el momento del nacimiento. Durante todo este tiempo pasa de la alegría, a la tristeza sin pensarlo ya que sufre alteraciones hormonales que le hacen tener estas altas y bajas en su estado de ánimo.

Los miedos cambian en la medida en qué se acerca el parto sobre todo cuando no se han preparado como padres (tomando cursos de psicoprofilaxis) y no saben más que lo que les cuentan las amigas o los familiares de sus propias experiencias y que en ocasiones no han sido muy buenas. Ya el miedo es real, algo consciente en los padres.

Cuando el bebé nace, la mayoría de las veces se presentan un cúmulo de emociones y de sentimientos en los padres, pero principalmente en la madre quien después de que nace el bebé y de arrojar la placenta, tendrá una baja hormonal muy fuerte en su organismo que le va a provocar diferentes estados de ánimo que alterarán su carácter y la harán pasar de la alegría al llanto en un segundo.

Los primeros tres meses del bebé y cuando se está amamantando (la Organización Mundial de la Salud recomienda la leche materna como la mejor fuente de nutrición para un bebé), la madre primeriza se encuentra con que casi no puede dormir porque el bebé la demanda día y noche para comer y está terriblemente cansada. Esta alterada, desvelada y confundida porque muchas veces no sabe qué hacer con la gran tristeza que siente porque ella quiere amamantar a su hijo pero se siente en ocasiones cansada y desesperada. En ocasiones se calla y no dice nada ni a su pareja ni a nadie y la tristeza va en aumento llevándola a vivir una depresión que se conoce como depresión post parto. No quiere comer o come en exceso, se quisiera poder dormir las 24 horas, está excesivamente cansada y lo que es peor se siente muy mal, muy culpable de no poder ser la buena madre que ella pensó que iba a ser cuando tuviera su hijo.

Si las personas de su entorno no se dan cuenta, no podrán ayudarle pero si la pareja está pendiente podrán buscar ayuda profesional para que le faciliten el proceso y le ayuden a salir de la depresión antes de que se vuelva algo más grave ya que es como una bola de nieve que va rodando pero que si no se le detiene, puede arrastrar a la persona cada vez más y más.

Hay que considerar que además de todo tiene la presión del bebé que demanda leche cada rato y eso la hace sentirse culpable porque en ocasiones le da el pecho pero estando molesta o enojada por lo cansada que está- Cuando el bebé está más grande y sigue la lactancia vemos también que la madre se desespera por el tiempo que le lleva el darle pecho pues quiere hacerlo pero la limita en muchas de las cosas que ella quisiera hacer.

Lo más importante de todo esto es que las madres detecten qué está pasando adentro de ellas, si realmente están convencidas de lo que están haciendo y no sentirse mal ni culpables si deciden cambiar de opinión. Es preferible que ellas estén bien para que su bebé esté bien y esto solo se logra si realmente sabemos qué es lo que sentimos con lo que estamos viviendo i nos hace felices o no y corregir el rumbo.

Recuerden que no están solas, siempre habrá alguien que pueda orientarnos y ayudarnos a encontrar el camino a seguir, No se desesperen y traten de disfrutar esta etapa de sus vidas que solo pasa una vez y con cada hijo es diferente. Permítanse sentir y vivir sus emociones y piensen que a través de la leche se pasan las emociones y los sentimientos por lo que el bebé capta su estado de ánimo cuando están con él. Disfrútenlo mucho, ámenlo y confíen en que lo que están haciendo es lo mejor que pueden hacer.

Dra. Gabriela Trejo B.

Psicoterapeuta

gpe0903@gmail.com

#psicoprofilaxis

https://www.facebook.com/IrekaniPsicoprofilaxis

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO