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jueves, marzo 28, 2024

En educación, la tecnología no es enemigo

Esta semana en el Congreso del Estado, la diputada Martha Isabel Delgado Zárate, a nombre del Grupo Parlamentario del PAN, presentó iniciativa de reforma a la Ley de Educación para el Estado, a fin de prohibir el uso de celulares durante clases en planteles de educación básica. La iniciativa pretende que madres y padres de familia, tengan la obligación de colaborar para que sus hijas e hijos de preescolar a secundaria, se abstengan de utilizar los teléfonos celulares durante clase; y a la Secretaría de Educación le atribuye el vigilar que en los planteles de educación básica se evite el uso del mismo.

Una iniciativa completamente contraria al desarrollo educativo, científico, innovador y tecnológico; y más preocupante, contrario a los derechos de las niñas, niños y adolescentes. La iniciativa contradice a la propia Ley de Educación, ya que mientras esta última reconoce que la educación que se imparte en la entidad está orientada por el progreso científico y tecnológico, mientras da la obligación a las autoridades educativas de implementar programas educativos complementarios de contenido tecnológico, mientras obliga a promover la educación y vocaciones en tecnología, mientras obliga a incorporar avances tecnológicos como materiales educativos, mientras establece que la educación deberá fortalecer el interés por la investigación y la innovación tecnológica, se pretende marginar a las nuevas generaciones del instrumento y herramienta más accesible y poderosa de las y los alumnos.

Por su parte, la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado, en concordancia con el artículo 6 constitucional de nuestra CPEUM y la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, reconoce el derecho de acceso a las tecnologías de la información y de la comunicación, así como a los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, incluido el internet. De la misma forma, otorga la obligación a madres y padres de familia a educar en el conocimiento y uso responsable de las tecnologías de la información y comunicación. Finalmente, la Ley de Fomento a la Investigación Científica, Tecnológica y a la Innovación para el Estado, establece que la investigación y el desarrollo de la tecnología son actividades prioritarias del Gobierno del Estado, y le da la atribución al titular del Ejecutivo de promover en todos los tipos y niveles de educación, el diseño y aplicación de métodos y programas para la enseñanza y fomento de la tecnología.

Este propósito de la iniciativa no es nuevo. Desde 2014, en el Congreso local se buscaba que la Secretaría de Educación regulara en los reglamentos el uso de este tipo de dispositivo (de hecho, malamente extendía el catálogo de dispositivos para evitar su uso, incluyendo grabadoras, cámaras y todo dispositivo de tecnologías de la información, incluso en actividades extraescolares y recreos), a través de la iniciativa presentada por el entonces diputado Sergio Contreras del PVEM, que, a pesar de tener términos distintos, buscaba en esencia lo mismo, de acuerdo a su exposición de motivos. Esta iniciativa fue modificada en la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología y Cultura, donde consideraron que se debía regular y promover el uso responsable, no tanto prohibir, a consideración de los diputados panistas Juan Carlos Guillén, Juan Rendón, y Fernando Hurtado. Hoy, la nueva bancada del mismo partido cambió de parecer.

Al día existen iniciativas en trámite en otras entidades federativas en la misma materia. En el Congreso jalisciense, se presentó en noviembre del año pasado la iniciativa de reforma a la Ley de Educación del Estado de Jalisco, para que en todas las instalaciones de planteles públicos y privados en los que se imparte educación preescolar a preparatoria, quedara prohibido el uso de celulares, a excepción de su uso para fines pedagógicos y para uso de personas con discapacidad. En San Luis Potosí, esta semana se presentó la iniciativa para reformar su Ley de Educación, a efecto de prohibir el uso de celulares sólo en primarias. En Tlaxcala, en mayo de este año se presentó una iniciativa para reformar la ley en la misma materia, a efecto de prohibir en primarias y secundarias dispositivos de comunicación y de navegación de internet, y que la educación que se imparta en dicha entidad, tenga como propósito fomentar el uso adecuado de las TIC’s como herramienta de apoyo en la mejora del aprendizaje, prevenir delitos cibernéticos y fomentar buenos hábitos en el uso de TIC’s. Igualmente, en septiembre del año pasado, en el Congreso de Coahulia se presentó una iniciativa de reforma a su ley educativa para prohibir el uso de dispositivos de comunicación y de navegación de internet en clases. Todas estas iniciativas, aún no han sido aprobadas.

Actualmente, derivado de la reforma de 2014 referida, nuestra Ley de Educación local contempla como atribución de la SEG promover e impulsar el uso responsable de los aparatos relacionados a las tecnologías de la comunicación y de la información. Justo en una fracción subsecuente, la iniciativa propone, de plano, contradecir esta porción legal y establecer como medida la prohibición de los celulares en clase.

Una medida obsoleta como lo es la prohibición (sin ninguna sanción contemplada, por cierto) se basa en un concepto rebasado de la educación y de la escuela, y promueve el seguir modelos arcaicos de memorización y clases magistrales con la dinámica “sólo siéntate y escucha”. No se niega que, como cualquier objeto, el celular puede ser usado para distraer, pero el propósito pedagógico de los objetos en las aulas, es saber, como profesora o profesor, cómo convierto a un objeto en material educativo, cómo hago que en lo que se domina a la perfección por mis alumnas y alumnos (el uso del celular) pueda ser una herramienta de investigación, de colaboración y comunicación educacional.

Si se usa el celular en los momentos educativos, se abre la puerta para enseñar el uso responsable de éste. Se debe migrar a la idea de que, en los nuevos modelos educativos, no es tan importante lo que se sabe, sino lo que se puede hacer con lo que se sabe; y si se ignora esta nueva forma y se opta por conservar dinámicas y modelos arcaicos, no nos sorprenda la distracción con cualquier objeto por parte del alumnado. La aburrición y la distracción es una advertencia de un mal método pedagógico, no una causa, por lo que se debe cambiar el origen (la forma de educar) y no tratar de erradicar una consecuencia.

La educación dentro del salón debe reflejar el mundo fuera de él, y la cultura digital es un camino que lleva a ello. En lugar de discutir si se requiere o no un celular, el verdadero debate en educación debe centrarse en responder las preguntas de “para qué” y “cómo” podemos utilizar las tecnologías para un mejor aprendizaje. Dejemos la práctica autoritaria adulta de negar, de forma asustada, la cultura digital dominante y el poder de la tecnología de los nativos digitales; y adecuemos realidades a un contexto provechoso de mediación digital, sobre todo, tratándose de temas de educación.

Alejandro Domínguez
Alejandro Domínguez
Alejandro Domínguez es abogado por la Universidad de Guanajuato. Cofundador y codirector de Gentileza A.C., asociación civil guanajuatense enfocada en el trabajo con programas y proyectos alineados a la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de la ONU. Twitter: @alexdom1

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