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miércoles, abril 24, 2024

¡Acepto que me equivoqué!

En varias colaboraciones de su servidor durante el año anterior, compartí con los lectores que los pronósticos de crecimiento apuntaban a un 0 % después de que el gobierno federal en voz del presidente López anunció  uno del 6% cuando era candidato y todas las encuestas lo pronosticaban como ganador de las elecciones.

Luego, dijo que habría un crecimiento del 4% ante la cantidad de observaciones de las calificadoras internacionales, despachos de análisis económico, y especialmente la información producida por la junta de gobierno del Banco de México.

En los últimos meses del año pasado quedó claro la pésima forma de manejar el gasto público, la lamentable idea de polemizar y enfrentar a los mexicanos en sus opiniones, como hasta hoy existe en la estrategia de los que le influyen al presidente, la urgencia en desmantelar las estructuras de servicio para los mexicanos que menos tienen y convertirlas en agencias de colocación de dinero en efectivo para poder ideologizar a sus receptores ante la proximidad de las elecciones intermedias en el país ha puesto en evidencia que al gobierno federal no le importa resolver las necesidades de los mexicanos, le importa que no se siga desintegrando el bloque de potenciales votantes para mantener la mayoría en la cámara de diputados.

Las tasas de crecimiento económico en el país pueden esperar… decrecer… en la cabeza del presidente, pero sobre todo de los que le dictan la estrategia, lo que prevalece es vender en la opinión pública que no importa si no crecemos, con que se tenga una mejor distribución de los ingresos del gobierno y desde luego se distribuya de manera clientelar en el sector de mexicanos que menos tienen.

La dialéctica del presidente y de los que le dictan la estrategia sigue siendo enfrentar a los mexicanos y distraerlos con ocurrencias que ocupen el mayor tiempo posible en conductas sociales de catarsis.

La realidad es que no solo no crecimos en el 2019.

El país decreció en 0.1%. Llega la información cuando se puede tener; un mes después de que terminó el año, pero no puede llegar antes; es el tiempo que se toma el análisis para publicar un informe confiable, sin conjeturas, sin especulaciones, sin interpretaciones. Pero al presidente le dictan que le suba de nivel a la distracción de rifar un avión, es decir, más suministros a la catarsis social. Usted sabrá si desembolsa para seguir en este juego tan insulso como perverso.

Pero el país necesita crecer, a pesar del pésimo sentido de responsabilidad del grupo político en el poder, que es una conjugación perversa del viejo PRI (incluyendo al actual presidente) y las tribus de izquierda que brincaron al barco del gobierno actual y ahora buscan como cambiar el rumbo ideológico con una estrategia que sigue irritando a la sociedad contra la sociedad.
Se requiere visión de largo plazo del gobierno actual que genere certidumbre en los inversionistas, tanto mexicanos como extranjeros.

Desde luego que las inversiones de largo plazo se deben focalizar en la infraestructura que demanda el crecimiento económico del país. (Ya contamos tres anuncios espectaculares de inversión en infraestructura, con listas de proyectos, la mayoría de ellos vienen de sexenios anteriores, pero lo importante es reconocer que se sigue necesitando la inversión.)

Pero no hay confianza en los inversionistas y los temas siguen esperando ser atendidos.

El gobierno mexicano mantiene su discurso dogmático, irreflexivo, falto de visión y se resiste al pragmatismo que se requiere para lograr que coincidan los enfoque de los inversionistas, las calificadoras y las inversiones del propio gobierno.

Después del fracaso económico del primer año, la economía mexicana necesita aumentar la inversión fija que actualmente es del 20% del PIB y llevarla al 30% para cambiar las perspectivas de crecimiento, si es que queremos cambiar la dirección del crecimiento para bien de todos los mexicanos.

A los que le dictan la estrategia al presidente les haría bien liberarse del dogmatismo ideológico y reconocer que se está desmantelando la confianza y la capacidad de emprender en nuevas generaciones, también se están agotando los recursos públicos para los programas de dádivas gubernamentales porque se está reduciendo la recaudación con la lista interminable de desatinos y amenazas fiscales.

Decrecimos en la economía durante el año pasado. Los pronósticos de crecimiento para 2020 podrían ser del 1%, por desgracia, las decisiones del grupo en los del poder no tienen la premisa de buscar el crecimiento sino la urgencia de no perder las posiciones políticas que los tienen manejando el país a su antojo y sin eficacia.

Hasta la próxima PROSPECTIVA.

Gerardo Mosqueda
Gerardo Mosqueda
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato. Correo electrónico: gmg@gerardomosqueda.com.mx Twitter: @MosquedaGerardo Facebook: gerardomosqueda

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