Con información, mucha información y con la actitud positiva nos vamos preparando para vivir el efecto y significado de una pandemia.
Hasta hace unos días y por generaciones, en nuestro país, nunca utilizamos este concepto, ni los que están asociados a él. Ya estamos ante la crisis sanitaria global y nada hace que detenga su avance. En algún momento, en nuestro país, durante el año 2009 tuvimos la experiencia y el aprendizaje de algo cercano, una epidemia que afectó las vías respiratorias de miles de mexicanos, también miles murieron, se encontró la respuesta médica adecuada y hoy nos preocupa contraer influenza… pero se resuelve en la mayoría de los casos.
Para el coronavirus no hay acción directa que elimine, obstruya, cancele, haga algo que impida el contagio, hay manera de atender los efectos, especialmente si se trata de neumonías pero especialmente los grupos vulnerables deben de extremar precauciones para evitar el contagio y contribuir a mantener el control y evitar escalas mayores de las cadenas de contagio.
Así que es principalmente un asunto de sentido de responsabilidad con nuestra propia vida.
Sin duda que ayudaría mucho tener confianza en las autoridades del país, especialmente las autoridades sanitarias, pero es un grado mayor de dificultad atender con precauciones una pandemia y la conducta errática del poder ejecutivo, especialmente del presidente López y su equipo de gobierno.
Si el poder ejecutivo no logra definir qué debe hacer, porque sigue “cuidando su imagen “en vez de comunicar la estrategia de sanidad para unir a los mexicanos en la acción concertada que se requiere.
Si el gobierno sigue sin tomar precauciones y sin adquirir los medicamentos, sin preparar la infraestructura, sin habilitar el equipamiento que pueden evitar la muerte de muchos mexicanos que inevitablemente se van a contagiar con el virus, pues tomemos nota de las acciones que en otros países ya están poniendo en práctica y hagamos lo que como sociedad está en nuestra manos hacer; TODAS LA PRECAUCIONES PARA EVITAR EL CONTAGIO.
La pandemia está por manifestarse exponencialmente en nuestro país y el presidente está ocupado en la locura de vender cachitos de lotería de la rifa del avión que no se va a rifar. Sí, es muy lamentable tener un presidente y un gobierno que suma a su ineptitud la indolencia y la soberbia.
La pandemia está por poner a prueba nuestra capacidad de seguir siendo productivos y precavidos.
¿Qué va a pasar con los centros de trabajo, con los negocios que viven de las ventas diarias?
¿Qué le van a llevar a su casa los mexicanos que tendrán suspendidas sus ventas por un mes o más tiempo?
Decimos con interés técnico que las familias deberán estar bajo resguardo en sus hogares, que es el mejor lugar donde se pueden prevenir de los contagios… ¿de verdad estamos seguros de esa afirmación?
Hay más de sesenta millones de mexicanos en condición de pobreza, si dejan de trabajar… llegará de algún lado lo necesario para pasar la crisis sin hambre… si.
Sólo de la misma sociedad; del gobierno no veo como pueda suceder eso. Es tan severa la crisis económica que se avecina y se multiplica ante la inoperancia del poder ejecutivo que las previsiones y las provisiones estarán siendo agravantes a la ya difícil situación de contagio y atención de la salud.
El gobierno está a unos cuantos días de comunicar que se puede hacer para enfrentar la crisis económica que acompaña a la pandemia. Espero que haya alguien que se salga del círculo de influencia de la conducta paranoica del presidente y reaccione para evitar pagar con vidas y crisis social.
Espero en Dios que tengamos capacidad de reacción con solidaridad, con subsidiaridad, con sentido común, con amor al prójimo.
Hasta la próxima PROSPECTIVA.
