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viernes, abril 19, 2024

Crecimiento de México a la baja

Es una realidad que la economía mexicana atraviesa por una etapa complicada que se manifiesta en desaceleración. Los datos más recientes siguen siendo preocupantes y muestran que en junio de este año la actividad industrial en el país disminuyó -2.4% en términos reales, lo cual se debió a una caída de -6.0% en la construcción, una contracción de -2.4% en la minería, una caída de -1.2% en las manufacturas y un retroceso de -0.7% en electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final.

Las malas noticias en relación a la economía real ya son pan de todos los días, sin embargo, subsiste la posibilidad de que el año cierre mejor de cómo inició.

Producto de lo anterior, el 8 de agosto el Banco de México se atrevió a hacer algo que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no ha querido realizar: ajustar a la baja la expectativa de crecimiento del PIB para 2013. Concretamente, Agustín Carstens señaló que “El comportamiento de la economía en la primera mitad del año hace prácticamente inevitable tener que ajustar a la baja nuestra previsión”, y mencionó que ahora el Banxico prevé que la economía mexicana crecerá entre 2 y 3%.

Esto es algo que ya se veía venir y desde esta columna habíamos anticipado. El viernes 26 de abril publiqué un editorial titulado “El consumo nacional en problemas” y en él señalé: “…creo que a menos de que se materialicen las reformas a las telecomunicaciones y la energética, la tasa de crecimiento del PIB nacional no superará el 2.5% este año, ya que como lo señalé líneas arriba, el crecimiento económico de Estados Unidos continúa anémico y la sobrevaluación del peso está dañando mucho a la planta productiva nacional”

En realidad estos ajustes ya no deben sorprender a nadie porque al haber registrado una tasa de crecimiento del PIB de sólo 0.8% en el primer trimestre de este año, y habiendo una perspectiva de incremento de no más de 2% para el segundo trimestre; pues entonces tendríamos que crecer a una tasa del 4.8% en el tercer y cuarto trimestres de este año para alcanzar la meta de la SHCP de 3.1%. Así pues, ya resulta prácticamente imposible que se logre la meta gubernamental aunque Hacienda se niegue a reconocerlo.

En este mismo sentido tenemos que de acuerdo con la encuesta de julio de 2013, referente a las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, la cual es levantada por el Banxico, el PIB este año crecerá 2.65%. Por su parte, vemos que las instituciones financieras más importantes del país ya también han señalado que el PIB de México crecerá este año entre un 2.5% y un 2.7%; mientras que la Concamin espera que el crecimiento para la industria manufacturera para este año sea de 2.4%.

Independientemente de lo anterior, se debe señalar que para que la economía mexicana crezca un 2.5% durante este año se requiere entonces que en el tercer y cuarto trimestre el PIB aumente en 3.6%, algo que aún es posible para diversos analistas, sobre todo si el Congreso de la Unión aprueba las reformas energética y financiera (la aprobación de una reforma hacendaria que aumente el cobro de impuestos a los que ya los pagamos daría al traste con el crecimiento económico aunque el gobierno vaya a decir lo contrario).

En este tenor vale la pena señalar que si la expectativa es de que el segundo semestre será mucho mejor de lo que fue el primero, pues para que esto se traduzca en una mejoría para el grueso de los fabricantes nacionales se vuelve indispensable un ajuste en la política monetaria que le dé más competitividad a la planta manufacturera de nuestro país llevando al tipo de cambio a un nivel más cercano a su nivel teórico de equilibrio.

¿Cuál es el nivel teórico de equilibrio del peso? Pues atendiendo a los diferenciales de inflación acumulados entre México y Estados Unidos de 1997 a la fecha, éste debería ser de $13.90 pesos por dólar. Es decir, si el tipo de cambio en el mercado se ubicará en $13.90 pesos por dólar no habría sobrevaluación ni subvaluación de la moneda nacional. Esto implica que a ese nivel de tipo de cambio las importaciones entrarían al país a un precio más “real” en base a la inflación que los productos nacionales registran año con año.

Retomando la idea anterior, para ilustrar como un ajuste al alza en el tipo de cambio ayudará a los fabricantes nacionales hay que considerar lo siguiente: en GAEAP hicimos un análisis con datos de INEGI que muestra que en México en el periodo de 2009 a 2012 las ventas de los establecimientos comerciales al menudeo en el segundo semestre de cada año han estado en promedio un 30.3% por encima de las observadas en el primer semestre.

Lo anterior implica que con un dólar barato (como en la actualidad en $12.60 pesos) el aumento en las ventas de los comercios que se espera ocurra en el segundo semestre de este año beneficiará más a los fabricantes extranjeros a través de un aumento de las importaciones de México. Por el contrario, si el tipo de cambio se ajusta a niveles en torno a los $13.50 a $13.90 pesos eso limitaría las importaciones y hará que haya una mayor demanda de productos hechos en México, lo que beneficiará al crecimiento de la producción y empleo nacionales.

Así pues, si se quiere potencializar el crecimiento económico en la segunda mitad de este año se vuelve indispensable que el Banco de México disminuya en un cuarto de punto porcentual su tasa de interés de referencia desde su actual nivel de 4.0%, de manera que entren menos dólares al país y así el tipo de cambio se ajuste al alza.

Lo anterior es posible, ya que la inflación fue de 3.47% en el periodo de julio de 2012 al mismo mes de 2013, por lo que inclusive bajando la tasa de interés de referencia a 3.75% seguiríamos ofreciendo rendimientos reales positivos a los inversionistas en pesos (en caso de que esto le preocupe a las instituciones financieras que operan en México).

Y para hacer aún más efectiva la reactivación de la economía nacional en la segunda mitad de 2013, es necesario que se tomen medidas para un combate frontal al contrabando y la subvaluación que se da en las aduanas mexicanas, ya que estos dos problemas dañan la planta productiva nacional mediante la introducción al país de mercancías en condiciones de competencia ilegal (tal como ya se explicó en el editorial titulado “México a merced de hampa empresarial” del 22 de julio de este año).

Lamentablemente México ocupa los primeros lugares en los rankings mundiales de ilegalidad, lo cual inhibe la inversión del sector privado y limita las posibilidades de crecimiento económico. México no puede en el discurso pretender ser una economía moderna que brinda toda clase de facilidades para la creación de negocios, pero en paralelo permite a diestra y siniestra que exista una totalidad impunidad para quienes realizan prácticas ilegales en el comercio exterior, lo cual perjudica a las empresas formalmente establecidas en el país.

Y un elemento importante para luchar contra el contrabando consiste en que se realicen revisiones correctas a las mercancías que entran por las aduanas del país. Y es que con el pretexto de que la prioridad para el gobierno es buscar armas, drogas y dinero, las aduanas del país son verdaderas coladeras por las que pasan contenedores repletos de mercancía subvaluada y sin indicar correctamente en el pedimento aduanal la cantidad verdadera de mercancías que se están importando.

Por otra parte, también es importante la labor de inteligencia y decomiso de mercancía en las bodegas que contienen los productos que entraron mediante contrabando. Para detectar estas bodegas, si las autoridades no son capaces de hacerlo por sus propios medios, pues pueden inclusive recurrir a algunos taxistas quienes conocen muy bien lo que sucede en las ciudades y saben dónde están estas bodegas.

México atraviesa por una coyuntura muy importante, y el momento de hacer los ajustes que permitan mejorar el resto del año es precisamente ahora. De nada servirá un ajuste en el tipo de cambio en los meses de octubre y noviembre, ya que los pedidos de mercancía importada ya habrán sido hechos para entonces y ya no beneficiaría a los fabricantes nacionales. Tampoco la industria puede esperar más para que de una vez por todas se den golpes contundentes para quienes introducen mercancía al país de manera ilegal. Ojalá que las autoridades actúen ya, de lo contrario seguiremos con la mediocridad que nos ha caracterizado en crecimiento económico y del empleo.

 

Correo electrónico: alejandro@gaeap.com. Director General GAEAP*
Twitter: @alejandrogomezt
Página web: www.gaeap.com

Alejandro Gómez Tamez
Alejandro Gómez Tamez
Director General del Grupo Asesores en Economía y Administración Pública. Tel (477) 326-3633 http://alejandrogomeztamez.com/ En Twitter: @alejandrogomezt Visita nuestra página de internet: http://www.gaeap.com/

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