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viernes, abril 19, 2024

Echarle grava al tipo de cambio

Las señales de desaceleración económica continúan presentándose en México, y muestra ello es que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) acaba de dar a conocer que en el comparativo de marzo de este año con respecto al mismo mes de 2012, la producción industrial disminuyó -4.9% en términos reales; y si hacemos el análisis por sector económico, vemos que las Industrias manufactureras cayeron -5.8%, la Construcción -5.2%, la Electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final en -3.9% y la Minería -1.5% a tasa anual.

Es verdad que este desfavorable desempeño se vio influenciado negativamente por la Semana Santa que este año ocurrió en marzo, mientras que en 2012 fue en abril (lo que ocasionó que en marzo de este año hubiese menos días laborables); sin embargo, las caídas son fuertes y no deben pasar inadvertidas.

La debilidad en el sector industrial ya ha ocasionado un debilitamiento en el mercado laboral a tal grado que en el periodo de marzo de 2012 y el mismo mes de 2013, el número de trabajadores asegurados totales a nivel nacional ante el IMSS aumentó en apenas 585 mil 400 personas, lo que implica un incremento de apenas 3.7%. Esta tasa de crecimiento anualizado parece vigorosa, pero es la más baja observada para este indicador desde abril de 2010.

Por su parte, INEGI también reporta que al primer trimestre de este año la población desocupada en México ya alcanza a 2.5 millones de personas, mientras que la población subocupada alcanzó los 3.9 millones de personas, por lo que hay en nuestro país 6.4 millones de personas con alguna condición de desempleo o precariedad laboral.

Aunado a todo lo anterior, el INEGI también acaba de informar que con series originales y en su comparación anual, la Inversión Fija Bruta a nivel nación al creció apenas 0.5% en términos reales en el periodo de febrero de 2012 al mismo mes de 2013, lo que es indicativo de que los empresarios ya no están aumentando su capacidad instalada y están previendo menor actividad económica para lo que resta del año.

Ante estos datos lo más lógico es que entraran en acción los instrumentos de política económica que el gobierno federal tiene a su disposición, tal como el gasto público, ya que gastando más y más rápido el gobierno puede aumentar la demanda agregada; pero lo que sucede es que al contrario, el gobierno federal muestra un nivel de gasto público por debajo del autorizado en el Presupuesto de Egresos.

De acuerdo con un informe de la Secretaría de Hacienda, durante los tres primeros meses de este año el gobierno federal disminuyó el ritmo del gasto aprobado en $65 mil 661 millones de pesos, lo que representa un 10.4% menos que en el mismo periodo de 2012. Es verdad que hay un factor cíclico que explica la caída del gasto público, ya que el año pasado fue electoral y fue el último del sexenio anterior, pero de cualquier manera hay una caída en el gasto público que afecta a la dinámica económica.

Por otra parte, el otro instrumento de política económica que existe y del que se debería hacer uso es la política monetaria, la cual incide directamente en las tasas de interés y por lo tanto en dos elementos de vital importancia: el mercado de crédito y en el tipo de cambio.

No me voy a meter a escribir sobre las condiciones del mercado de crédito en este editorial, ya que entraríamos en todo un debate respecto a que sí la baja en la tasa de interés de referencia por parte del banco central incide en una baja de las tasas de interés activas (las que cobran los bancos). Y también habría que analizar si la baja en las tasas de interés pasivas (las que pagan los bancos) incide en una mayor inversión productiva.

Pero en lo que si considero necesario profundizar en este editorial es en el impacto que la política monetaria de relativamente altas tasas de interés ha tenido en el tipo de cambio, el cual ya alcanzó niveles inferiores a los $12.00 pesos por dólar en los días recientes.

Si bien Agustín Carstens, Gobernador del Banco de México, hace comparaciones a modo en aras de descalificar las críticas respecto a la sobrevaluación del peso actual, la realidad es que el tipo de cambio que se presenta ahora en día no le ayuda a nadie más que a los importadores y a quienes quieren irse de vacaciones al extranjero.

Agustin Carstens ha dicho que el tipo de cambio en $12.00 pesos por dólar está por encima del que teníamos por debajo de $10.00 pesos por dólar en agosto de 2008, pero la realidad es que en el periodo de agosto de 2008 a abril de 2013 la inflación en México fue de 22.8%, por lo que el aumento nominal del tipo de cambio de $10.00 a $12.00 pesos por dólar va en línea con la inflación. Pero de cualquier manera, se debe señalar que no es válida la comparación que hace Carstens porque está partiendo de un periodo en el que el peso ya estaba sobrevaluado (en agosto de 2008), por lo que en todo caso el argumento es que en abril de 2013 el peso esta igualmente sobrevaluado que en agosto de 2008.

Si hacemos un análisis más serio respecto al nivel de sobrevaluación del peso, veremos que al hacer un comparativo de los diferenciales de inflación acumulados entre México y Estados Unidos de 1997 a la fecha, el tipo de cambio teórico actualmente está en torno a los $14 pesos por dólar, por lo que el peso está actualmente sobrevaluado en 13.46%.

En la pasada comida de Concamin del jueves 9 de mayo, ante los señalamientos de que el peso está sobrevaluado que tuve la oportunidad de hacerle (entre otros tantos), el Dr. Agustín Carstens se mostró escéptico de los números que le di, pero al final acabo señalando que si el peso está sobrevaluado actualmente esto se da a pesar de las acciones que el Banco de México ha tratado de implementar para contener el alza del peso, tales como la acumulación de reservas internacionales, las cuales pasaron de $80 mil 687 millones de dólares en agosto de 2008 a $168 mil 367.2 millones de dólares en abril de 2013. Y en este sentido se preguntó ¿Cómo estaría el tipo de cambio si hubiéramos permitido que todos esos dólares entraran al mercado cambiario?

Y continuó señalando que el Banco de México ha tratado de “ponerle grava” al tipo de cambio para evitar una mayor apreciación del peso, lo cual denotó cierta sensibilidad respecto al problema que padecen los empresarios del sector manufacturero actualmente, y no sólo los exportadores, sino todos, ya que el tipo de cambio tan barato hace que haya una mayor propensión a comprar bienes del exterior y no los hechos en México.

Carstens al final advirtió que los empresarios tendrán que aprender a ser competitivos con un peso fuerte, el cual espera que dure por un tiempo más ya que las expectativas sobre la economía nacional son muy positivas.

Así pues, ante todo esto le pregunto a la autoridad federal ¿Cómo vamos a lograr crecer al 3.5% que se planteó como meta para este año? La economía nacional está en franca desaceleración con u crecimiento de 1% en el primer trimestre del año, el mundo desarrollado no termina de salir de sus problemas económicos, el gobierno federal registra un subejercicio el gasto y Carstens muestra sensibilidad ante la situación del tipo de cambio pero no puede hacer nada más que seguirle “echando grava” para tratar de evitar una mayor apreciación del peso. ¿Entonces qué deben hacer los pequeños empresarios manufactureros para salvar empleos y mantener la producción en el corto plazo?

Correo electrónico: alejandro@gaeap.com. Director General GAEAP*
Twitter: @alejandrogomezt

 

Alejandro Gómez Tamez
Alejandro Gómez Tamez
Director General del Grupo Asesores en Economía y Administración Pública. Tel (477) 326-3633 http://alejandrogomeztamez.com/ En Twitter: @alejandrogomezt Visita nuestra página de internet: http://www.gaeap.com/

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