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viernes, abril 26, 2024

El cáncer de la informalidad

México ahora en día tiene un discurso progresista e innovador. Nuestra nación busca convertirse en un jugador de mayor importancia en la economía mundial a través de reformas como la energética, a las telecomunicaciones, la financiera, entre otras; además, nuestro país quiere convertirse en un centro mundial de logística para el comercio internacional. Sin embargo, México no saldrá de la mediocridad mientras sigamos siendo una economía con una altísima incidencia de actividades al amparo de la informalidad o la ilegalidad.

Y es que de acuerdo con lo dicho por el presidente Enrique Peña Nieto el pasado 22 de julio, en el marco del lanzamiento del “Programa para la formalización del empleo 2013”, la informalidad se traduce en baja productividad, lo que a su vez ocasiona un bajo crecimiento económico.

En este sentido, en una de las pasadas entregas comenté que la razón por la cual México no era considerado un país del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) es porque no tiene un mercado interno fuerte que le permita crecer por sí solo, o bien poder ser considerado un “motor de crecimiento” de la economía mundial.

Es decir, desafortunadamente nuestro país es un “seguidor” de los acontecimientos mundiales, y no es un “líder” que provoque que a la economía mundial le vaya bien o le vaya mal. Y esto obedece precisamente a esta grave incidencia de la economía informal en todo tipo de actividades económicas, desde el comercio hasta las actividades manufactureras, pasando por los servicios. En todas ellas vemos personas y empresas que no pagan impuestos correctamente o bien que tampoco registran a sus trabajadores ante instancias como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Lo anterior se traduce en competencia desleal respecto a las personas y empresas que si pagan sus impuestos correctamente y que además si tienen a sus empleados registrados ante el IMSS. Este fenómeno provoca además que en muchas ocasiones al “tramposo” le vaya mejor que al cumplido y así se genera un incentivo perverso para que las actividades preponderantes sean al amparo de la informalidad. ¿Y cómo no va a ser así si la competencia que está en la ilegalidad tiene la ventaja de no pagar el IETU de 17.5% ni el ISR del 30%, ni el IVA del 16%, ni las cuotas del IMSS que representan un 60% del salario del trabajador, ni impuestos cedulares ni a las nóminas, entre muchas otros ventajas?

Aunado a lo anterior, la informalidad provoca una baja recaudación fiscal (aunque las tasas de impuestos ya son bastante elevadas como ya se mencionó) y derivado de lo anterior, los tres órdenes de gobierno, que tienen un exceso de gasto corriente, no cuentan con recursos suficientes para generar la infraestructura que se requiere a nivel ciudad, estado y país. Y esto ocasiona una pérdida de competitividad, estancamiento de la productividad en general, bajos salarios, debilidad del mercado interno y escaso crecimiento económico. Como se puede ver es un terrible círculo vicioso del cual urge que empecemos a salir.

¿De qué tamaño es el reto para comenzar abatiendo el empleo informal? Para efectos de simplicidad, en esta entrega abordaré solamente el tema de la informalidad laboral y dejaré las cifras de la evasión fiscal para otra ocasión. Comencemos con las estadísticas del problema:

De acuerdo con datos publicados por el INEGI, al mes de junio de 2013 la Tasa de Informalidad Laboral fue de 58.26%.Este es el porcentaje de Población Ocupada que trabaja micronegocios no registrados o sector informal, a los ocupados por cuenta propia en la agricultura de subsistencia, así como a trabajadores que laboran sin la protección de la seguridad social y cuyos servicios son utilizados por unidades económicas registradas.

Si tomamos en consideración que en México había una Población Ocupada de 47.8 millones de personas al primer trimestre de 2013, pues entonces el empleo en la informalidad en México suma unas 27.5 millones de personas. Y pues de este tamaño es el reto que como nación debemos enfrentar si queremos abatir este problema.

Otro indicador que resulta importante mencionar es el del número de trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ya que éste es en buena medida un termómetro de lo que sucede con el empleo formal en nuestro país, y podemos inferir que si la tasa de crecimiento del empleo en el IMSS es mayor a la del crecimiento de la población económicamente activa, pues entonces el porcentaje de población ocupada en la informalidad disminuirá, pero si la tasa de crecimiento de los trabajadores asegurados es inferior a la del incremento de la población económicamente activa, pues entonces la incidencia de empleo informal estaría aumentando proporcionalmente.

Habiendo dicho lo anterior, tenemos que a nivel nacional el número de trabajadores registrados en el IMSS aumentó en apenas 2 mil 519 personas entre mayo y junio de 2013, lo cual equivale a una ganancia de apenas 0.02 por ciento en el mes. De esta manera, en el total nacional se llegó en junio de 2013 a un total de 16 millones 357 mil 421 personas aseguradas. Cabe señalar que en el comparativo anual, entre junio de 2012 y el mismo mes de 2013, el número de trabajadores asegurados totales a nivel nacional aumentó en 550 mil 591 personas, lo que implica un incremento de 3.48 por ciento.

Al ver los datos del crecimiento del empleo mal entre mayo y junio de este año queda claro que la informalidad está ganando terreno, ya que si no se crean los empleos formales que se requieren es cuando la gente recurre a actividades por su cuenta, y muchas de ellas implican irse a trabajar al tianguis, poner un local de venta de jugos afuera de su casa, salirse a lavar carros, o cualquier otra actividad que genere un ingreso.

¿Y porque está creciendo tan lentamente el empleo formal en México? La realidad es que es muy complicado que se creen los suficientes empleos en el sector formal cuando la economía nacional está en franca desaceleración, y muestra de ello es que en el comparativo de los primeros cinco meses de 2013 con respecto a los mismos meses de 2012, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) creció apenas 1.7%. Y lo que es peor, el Índice de Volumen Físico de la Producción Manufacturera aumentó en el mismo periodo apenas 0.6%.

Lo anterior hace suponer que si no se compone la situación económica nacional en el segundo semestre del año, 2013 será uno más en el que el empleo informal ganó terreno respecto al formal.

¿Entonces qué deben hacer nuestras autoridades? Pues de entrada es de aplaudirse la puesta en marcha del “Programa para la formalización del empleo 2013”, el cual fue firmado por el gobierno federal y los 32 estados del país, y el cual busca en una primera fase la formalización de 200,000 trabajadores en lo que resta del 2013.

Para este fin, el IMSS asumirá el compromiso de avanzar en la simplificación y la desregulación de los servicios que ofrece, y así lograr la simplificación, la accesibilidad y la transparencia. Por su parte, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) establecerá una coordinación con los gobiernos estatales y brindará apoyo técnico para asegurar la eficacia y la instrumentación del programa; también tomará las medidas necesarias para que se sumen los proveedores y contratistas de la administración federal.

Insisto en que el lanzamiento de este programa es digno de aplaudirse y esperamos que si bien sus objetivos de corto plazo son modestos, pues que se alcancen. Sin embargo, considero que no es necesario y deben implementarse otro tipo de medidas, y para ello podemos aprender de lo que hacen otras naciones en este marco de debilidad económica internacional.

En este sentido tenemos el caso de China, nación que el 25 de julio acaba de anunciar que eliminará impuestos para las pequeñas empresas, ofrecerá más ayuda a los exportadores y ampliará los canales de financiamiento para impulsar la inversión en vías ferroviarias. Más concretamente, el gobierno chino informó en su sitio de Internet que los bancos deberían aumentar su apoyo a los exportadores, al tiempo que el gobierno simplificará los procedimientos de liberación aduanera, recortará tasas administrativas y dará tarifa cero a los exportadores en el sector de servicios; además de que Pekín exonerará de impuestos a más de 6 millones de pequeñas empresas con ventas mensuales de menos de 20 mil yuenes (unos 42 mil pesos). Y es que estas trabajadoras contratan en conjunto a millones de trabajadores.

Así pues, lo que está haciendo China puede servirle a México como guía para activar el crecimiento y abatir la informalidad. Es una forma de conquistar nuevos mercados y de hecho puede ser un primer paso para la regularización de miles de microempresas a través de un programa de inscripción al SAT (e inclusive al IMSS), pero con una amnistía fiscal en el pago de impuestos y descuentos importantes en cuotas patronales hasta el final de 2013.

Vemos pues que el reto es mayúsculo y es el resultado de décadas de crecimiento insuficiente en México. Lo importante es comenzar a trabajar ya para romper el círculo vicioso en el que nos encontramos. Existen muchas formas de hacer las cosas: el crecimiento económico es una de ellas, por lo tanto apostemos por esa vía apoyando a las micro, pequeñas y medianas empresas que estén en la legalidad como incentivo para que las que no están se regularicen.

 

Correo electrónico: alejandro@gaeap.com. Director General GAEAP*
Twitter: @alejandrogomezt
Página web: www.gaeap.com

Alejandro Gómez Tamez
Alejandro Gómez Tamez
Director General del Grupo Asesores en Economía y Administración Pública. Tel (477) 326-3633 http://alejandrogomeztamez.com/ En Twitter: @alejandrogomezt Visita nuestra página de internet: http://www.gaeap.com/

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