- Publicidad -
miércoles, abril 24, 2024

El petróleo en la balanza comercial

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) acaba de informar que nuestro país en los primeros seis meses de 2012 tiene un superávit en la balanza comercial que asciende a 3,289.8 millones de dólares (mdd), cifra que se compara favorablemente con el superávit de 3,147.7 mdd observado en los mismos meses de 2011 y con los 288.4 mdd de superávit registrado en el primer semestre de 2010.

Con cifras anuales podemos observar que la balanza comercial de México también ha registrado un desempeño favorable con déficits moderados. Tenemos que según la cifras de INEGI, en todo 2010 nuestro país registró un déficit en su balanza comercial de -3,008.7 mdd, mientras que en el 2011 el déficit comercial con el exterior fue de apenas -1,467.7 mdd. Estas cifras son de igual manera positivas para nuestro país porque implican desequilibrios con el exterior que representan una cantidad considerablemente inferior al 1% del Producto Interno Bruto.

No obstante estas cifras, se debe traer al análisis la sabida dependencia petrolera que tiene nuestro país, y entonces vale la pena preguntarse que sería de nuestra balanza comercial si México no tuviera exportaciones petroleras.

Bajo este supuesto, el resultado de las cuentas externas nacionales cambia dramáticamente. Sin exportaciones petroleras, y dejando todo lo demás constante, en 2010 México hubiese registrado un déficit en su balanza comercial de -44,702.3 mdd y en 2011 un déficit de -57,852.6 mdd. Esto se debe a que en 2010 nuestro país registró exportaciones petroleras por un monto de 41,693.5 mdd y en 2011 este tipo de exportaciones sumaron 56,385 mdd, por lo que su ausencia ocasionaría un grave desequilibrio con el exterior. En lo que respecta al primer semestre de 2012 sin exportaciones petroleras México tendría un déficit en su balanza comercial de -23,804 mdd, ya que en dicho periodo tuvimos exportaciones petroleras de 27,093.7 mdd.

De esta forma queda más que claro que las “buenas” cuentas que registra México en su comercio con el exterior son producto de que, aunque el gobierno federal lo niegue, tenemos una balanza comercial que aun está petrolizada. Y es que si bien ahora en día las exportaciones petroleras representan solamente el 14.7% de las exportaciones totales del país, este porcentaje sigue siendo muy importante y sin duda contribuye a la solidez de las cuentas externas de México.

Ante todo esto es pertinente preguntarnos, ¿Qué va a pasar con la balanza comercial de México conforme se vaya terminando el petróleo, la economía nacional siga creciendo y entonces ya no haya más hidrocarburos que vender en el extranjero? La respuesta es simple, si no se compensa la caída en las exportaciones petroleras con mayores ventas al exterior por parte de la industria manufacturera o se disminuyen las importaciones, entonces irremediablemente tendríamos un déficit en la balanza comercial que tendría que ser financiado con un superávit en la cuenta de capital de la balanza de pagos.

Si no podemos financiar el déficit en la balanza comercial con el superávit en la cuenta de capital de la balanza de pagos entonces estaremos observando una depreciación del peso mexicano. Pero si es posible el financiamiento de este déficit con la cuenta de capital (atrayendo más inversión directa y de cartera) entonces veremos estabilidad en la paridad cambiaria.

¿Y qué implicaciones tiene todo lo hasta ahora dicho? Pues en el corto plazo ninguna, pero si hay repercusiones importantes que se deben atender para el mediano y largo plazos que es para cuando se espera una caída en la producción de hidrocarburos y una mayor demanda de petróleo por parte del mercado interno.

De esta manera es de fundamental importancia que el gobierno federal apoye de manera decidida a la planta manufacturera nacional para que pueda elevar sus exportaciones. Y claro que hay muchas maneras para lograr esto, pero una que pudiera ser efectiva más rápidamente implica el establecimiento de una política monetaria que lleve al tipo de cambio a un nivel de mayor competitividad. Es decir, se requiere que los industriales de nuestro país puedan desarrollarse en un ambiente de negocios en el cual no haya un peso sobrevaluado, sino que éste se encuentre en su nivel de equilibrio en base a los diferenciales de inflación acumulados entre México y los Estados Unidos). Cabe señalar que el tipo de cambio de equilibrio en estos momentos se encuentra en torno a los $13.60 pesos por dólar.

Si nuestro país no hace nada para prepararse ante el escenario inevitable de agotamiento de los recursos petroleros entonces el impacto en el tipo de cambio será mucho más fuerte para productores nacionales, consumidores e inclusive para los importadores. Y es de esta manera que nuevamente la responsabilidad sobre lo que se tiene que hacer descansa en el Banco de México y en el nivel que determine para su tasa de interés objetivo.

Hemos señalado en múltiples ocasiones que si el Banxico baja su tasa de interés marginalmente (un cuarto de punto porcentual) ocasionará una menor entrada de divisas al país y con ello tendríamos un ajuste en el tipo de cambio que le daría mayor competitividad a las exportaciones mexicanas, sobre todo ahora que se está dando una desaceleración económica mundial. Como ya lo señalamos, este sería el primer paso para irnos preparando ante el eventual agotamiento de las exportaciones petroleras. Ojala que el Banxico lo pudiera entender y actuara en consecuencia por el bien de México.

Alejandro Gómez Tamez
Alejandro Gómez Tamez
Director General del Grupo Asesores en Economía y Administración Pública. Tel (477) 326-3633 http://alejandrogomeztamez.com/ En Twitter: @alejandrogomezt Visita nuestra página de internet: http://www.gaeap.com/

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO