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viernes, marzo 29, 2024

Ganadores y perdedores en las manufacturas en 2011

Es común escuchar que hay algunos sectores manufactureros que aplauden la política económica, mientras que otros no la ven con buenos ojos. Si bien las cifras macroeconómicas de México correspondientes al 2011 son “positivas”, no se debe dejar de reconocer que hay actividades que tuvieron un mal año; y en este artículo editorial veremos a quien le fue “bien” y a quien le fue “mal”. Todo en aras de que se realicen los ajustes necesarios en la política económica que permitan un desarrollo mucho más equilibrado.
El Instituto Nacional de Estadística y  Geografía (INEGI) recientemente publicó los datos de cierre de 2011 respecto al Índice de volumen físico de la producción manufacturera por subsector económico (SCNM), y si bien las cifras agregadas pudieran parecer favorables para el país, ya que la actividad manufacturera aumentó en 5.1 por ciento en 2011, hay varios subsectores de actividad que están sufriendo una situación complicada y que por lo tanto deben ser atendidos.
Así pues, el INEGI establece en su metodología 21 subsectores de actividad manufacturera, y tenemos que durante el 2011 un total de 14 registraron incrementos respecto al 2010, uno se encuentra estancado en el mismo nivel del año anterior, mientras que 6 de ellos muestran retrocesos. Esto demuestra que lo favorable que pudiera ser el desarrollo macroeconómico del país no es un fenómeno homogéneo entre las distintas actividades, por lo que podemos confirmar que efectivamente hay “ganadores” y “perdedores” de las acciones y omisiones gubernamentales.
Los 14 subsectores de actividad que crecieron en el 2011 son los siguientes: Industria alimentaria (crecimiento de 1.7 por ciento); Industria de las bebidas y del tabaco (4.6 por ciento); Industria de la madera (6.3 por ciento); Impresión e industrias conexas (2.3 por ciento); Industria química (0.6 por ciento); Industria del plástico y del hule (7.9 por ciento); Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (3.6 por ciento); Industrias metálicas básicas (4.8 por ciento); Fabricación de productos metálicos (12.1 por ciento); Fabricación de maquinaria y equipo (11 por ciento);            Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (2.7 por ciento);  Fabricación de equipo de transporte      (16.9 por ciento); Fabricación de muebles y productos relacionados (0.4 por ciento);             y Otras industrias manufactureras (2.7 por ciento).
Por su parte el sector que se encontró estancado en el 2011 con respecto al año 2010 es el de Fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos, excepto prendas de vestir (decrecimiento de -0.001 por ciento).
Finalmente, los subsectores de actividad que retrocedieron en 2011 con respecto al 2010 son los siguientes: Fabricación de insumos textiles (disminución de -5.3 por ciento); Confección de productos textiles, excepto prendas de vestir (-2.7 por ciento); Fabricación de prendas de vestir (-2.7 por ciento); Industria del papel (-0.8 por ciento); Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (-4.8 por ciento); y Fabricación de equipo de generación eléctrica y aparatos y accesorios eléctricos (-0.6 por ciento).
Así con estos datos podemos ver con preocupación que varios de los subsectores intensivos en mano de obra están atravesando por problemas fuertes, y tal es el caso de calzado, textil y vestido. Mientras que en buena medida, son aquellas actividades intensivas en capital (maquinaria y equipo) las que tuvieron un mejor desempeño, como es el caso de la fabricación de equipo de transporte.
Dado lo anterior es pertinente preguntarse, ¿en el ámbito económico que es lo que más requiere nuestro país? La respuesta es sin duda: Empleos. De esta manera, no podemos aplaudir una política económica que al parecer premia y da toda clase de incentivos a aquellas actividades que generan pocos empleos como es el caso de la industria automotriz, y no apoya debidamente a las actividades que generan muchos más empleos como lo son textil, vestido y calzado.
¿Y a qué aspectos de la política económica me refiero cuando señalo que no hay suficientes apoyos para las industrias intensivas en mano de obra? A continuación me referiré solamente a tres de ellas:
1. La apertura comercial indiscriminada y unilateral. Este punto se refiere a que en diciembre de 2008 el gobierno mexicano decidió unilateralmente (y sin consultarlo con ningún sector económico) bajar los aranceles a la importación de mercancías provenientes de países con los cuales no tenemos tratado de libre comercio, pero que son parte de la Organización Mundial de Comercio (OMC). ¿A cambio de qué hizo esto? ¿Fue alguna contraprestación por algo que hayan hecho naciones como  China por nosotros? La respuesta es no.
Así, a cambio de absolutamente nada, el gobierno mexicano estableció un calendario de desgravación que implicaba que a partir del año 2009, 2 mil 213 productos entrarían a México libre de arancel y para el año 2010 se sumarían otras 4 mil 412 fracciones también con arancel cero. Al final de cuentas, se estipuló que para 2013, la meta es que todos los productos finales que lleguen a México tengan un arancel de 20 por ciento; los bienes intermedios, de entre 15 y 10 por ciento, y los bienes básicos, de 5 o de cero por ciento. Claro que los bienes que provienen de naciones con las que tenemos tratado de libre comercio, en su gran mayoría entran al país sin arancel.
2. IETU y régimen de seguridad social. El productor nacional se enfrenta a un ambiente complicado ya que está sujeto a un sistema fiscal en el que él tiene que pagar un Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) que no le permite deducir muchos de sus legítimos costos de producción, es hostigado por instituciones como el IMSS y la Secretaría del Trabajo, está sujeto a legislación laboral y de seguridad social que le genera altos costos de producción, y por lo general tiene que hacer frente a productos de fuera que no tienen estos costos que en México si se dan.  Esto es una competencia inequitativa porque no hay las mismas circunstancias aquí que en países como China o Vietnam.
3. Manejo del tipo de cambio con fines de control de la inflación. Este punto se refiere a que todo parece indicar que el Banco de México ha decidido deliberadamente mantener altas las tasas de interés de referencia, ya que en momentos  de menor aversión al riesgo global, provoca una entrada masiva de dólares al país con lo que el peso se revalúa (el dólar se vuelve más barato), y de esta forma con billetes verdes a menor precio el costo de las importaciones disminuye.  Y si tomamos en consideración que tan sólo en el 2011 tuvimos importaciones por $349 mil 675.9 millones de dólares, pues nos podemos imaginar que el hecho de que el dólar esté tan sólo un peso más barato ayuda a controlar la inflación.
Sin embargo, el tener un dólar barato perjudica enormemente la planta productiva nacional ya que al hacerse más baratas las importaciones se desplaza a la producción nacional por productos importados. Además de que las empresas nacionales tienen mayores dificultades para exportar porque sus productos se vuelven más caros en moneda extranjera.
Así pues, solamente he mencionado tres aspectos de la política económica que afectan a sectores productivos intensivos en mano de obra. Lo ideal es que el crecimiento de la economía beneficiara a todos, y no sólo a algunos. Es de fundamental importancia la creación de empleos y en ese sentido la prioridad gubernamental debería ser implementar aquellas políticas que fortalezcan a las micro, pequeñas y medianas empresas manufactureras que crean más empleos.

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

Alejandro Gómez Tamez
Alejandro Gómez Tamez
Director General del Grupo Asesores en Economía y Administración Pública. Tel (477) 326-3633 http://alejandrogomeztamez.com/ En Twitter: @alejandrogomezt Visita nuestra página de internet: http://www.gaeap.com/

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