- Publicidad -
miércoles, abril 24, 2024

La inflación en México y sus causas

México es un país que ha sufrido los estragos de la inflación y esta alza de precios sin duda ha mermado el poder adquisitivo de los salarios del grueso de la población. De acuerdo a cálculos realizados con cifras de INEGI la inflación acumulada en el sexenio de Luis Echeverría Alvarez fue de 129.6%, en el de José López Portillo fue de 459.0%, con Miguel de la Madrid fue de 3,710.1%, con Carlos Salinas de Gortari fue de 139.1%, y con Ernesto Zedillo fue de 226.0%. Por su parte, en el sexenio de Vicente Fox llegó a 29.8% y en lo que va del sexenio de Felipe Calderón es de 25.3%.

Los anteriores datos implican que en la década de lo 70s la inflación acumulada en México fue de 304.4%, en la década de los 80s fue de 15,052.6%, en la década de los 90s fue de 497.7% y en la primera década del siglo XXI fue de 69.0%.

Los números se dicen fácilmente, pero los aumentos de precios que se dieron entre enero de 1970 y el mismo mes del año 2001 provocaron una caída en el salario mínimo en términos reales de 68.33%. Si bien con los gobiernos federales panistas la inflación se controló, en el periodo de enero de 2001 a marzo de 2012, el salario mínimo cayó otro 4.47% derivado nuevamente del hecho de que los precios siguen subiendo más que los salarios nominales. Todo esto significa que en los últimos 40 años el salario mínimo en México ha perdido tres cuartas partes de su poder de compra.

Esto quiere decir que los salarios mínimos de 1970 servían para comprar poco más de cuatro veces más productos de los que compran ahora en día. Es como si el salario mínimo actual fuera de aproximadamente $250 pesos diarios o bien unos 7 mil 500 pesos al mes, cuando realmente es de poco más de $1,800 pesos en la Zona Geográfica A.

Es por eso que un trabajador que en los años setentas y principios de los ochentas ganaba el salario mínimo podía dar los pagos para adquirir una vivienda, y después de algún tiempo también podía comprarse su automóvil. Pero ahora en día el salario mínimo no sirve ni siquiera para comprar la canasta básica, ya que ésta cuesta unos cuatro salarios mínimos para una familia de cinco miembros.

Así pues, vemos que la inflación ha deteriorado severamente el poder de compra y nos ha empobrecido, debilitando el mercado interno y sumiendo a la economía a periodos de crecimiento mediocre. ¿Pero a qué se debe la inflación en un país? Para contestar a esta pregunta podemos mencionar tres escuelas de pensamiento que tratan de responder a esta interrogante: la estructuralista, la monetaria y la de “lucha por el ingreso nacional”.

La estructuralista trata de explicar la inflación como un exceso de demanda agregada en relación a la producción u oferta agregada. Es decir, la ciudadanía, las empresas y el gobierno demandan bienes por encima de lo que se producen nacionalmente y eso provoca la inflación. Ante esta situación, lo que se propone para controlar la inflación es el aumento de impuestos que disminuya el ingreso disponible de empresas y hogares y la disminución del gasto público.

Esto significa que la inflación se debe a que hay sectores de la economía que no tienen capacidad de incrementar su producción tan rápidamente porque hay un exceso de regulación, existen monopolios y sectores protegidos por el gobierno, faltan carreteras, aeropuertos, insumos naturales o físicos, recursos humanos, capital físico, etc.

Por su parte, la escuela de pensamiento monetarista propone que la inflación es producto de un exceso de dinero en relación a la producción que se logra en un país. La postura de esta escuela puede explicarse a través de la ecuación cuantitativa del dinero, la cual establece que M*V = P*Q, donde M es la base monetaria, V es la velocidad del dinero (cuantas veces en promedio es utilizado el mismo billete o moneda en un año), P son los precios de los bienes y Q es la producción. De esta forma, la ecuación dice que la cantidad de dinero en circulación u oferta monetaria debe ser igual al valor total de la producción (PIB nacional).

De esta forma, si aumenta M (la base monetaria), lo que se puede esperar es que aumente P (los precios), ya que la producción (Q) no puede incrementarse tan rápidamente. Así pues, todos los movimientos de alza en precios son atribuibles a un aumento de la base monetaria, por lo que la receta contra la inflación es la restricción del circulante, justo lo que durante mucho tiempo ha hecho el Banco de México.

La tercera escuela de pensamiento es la de la “lucha por el ingreso nacional”, y ésta nos dice que la inflación se debe a que nadie quiere sacrificar sus ingresos o riqueza, lo que genera un círculo vicioso inflacionario muy difícil de detener.

Este argumento se refiere a que si un dueño de una fábrica se ve afectado porque el gobierno le aumentó los impuestos o las tarifas electricidad, él en lugar de absorber el costo sacrificando utilidades lo que tratará de hacer es aumentar los precios de los productos que fabrica. A su vez, el consumidor (quién también es un trabajador) demandará un aumento de sueldo porque ya su salario no le alcanza para comprar los bienes que subieron de precio. Sí el gobierno decreta un aumento salarial para satisfacer las necesidades de los trabajadores, encarecerá los costos de producción del empresario y éste volverá a aumentar los precios porque no estará dispuesto a sacrificar sus utilidades. Así, es la historia de nunca acabar, donde trabajadores, empresarios y gobierno tienen una parte del pastel (riqueza nacional) y no están dispuestos a perderla lo que genera alzas de precios.

La evidencia parece indicar a que en México los problemas inflacionarios se deben a problemas estructurales (tenemos una economía poco flexible) y a que hay una verdadera lucha por el ingreso nacional.

Nuestro país ha hecho un enorme esfuerzo por disminuir la inflación a partir de que el Banco de México logró su autonomía en 1993. El esfuerzo no ha sido únicamente de los funcionarios del Banxico, quienes simplemente están haciendo su trabajo y para eso se les paga. El esfuerzo es de todos nosotros que hemos sufrido largos periodos de falta de liquidez en la economía con altísimas tasas de interés.

¿Y porqué hemos pagando un costo tan alto en la lucha contra la inflación? Porque el gobierno federal actual, igual que los anteriores, no se ha dado a la tarea de corregir los problemas estructurales de la economía (no combate monopolios ni oligopolios –tiene sectores consentidos-, no desregula, no hace que la economía sea más competitiva, etc.), aumenta impuestos, aumenta los precios de los bienes suministrados por el Estado cada mes; además de que la estrategia durante mucho tiempo ha consistido de enfrentar el problema inflacionario con costosas medidas de restricción monetaria y tratando de mantener un dólar barato en perjuicio de la planta productiva y el empleo nacionales.

Director General GAEAP*
alejandro@gaeap.com

Alejandro Gómez Tamez
Alejandro Gómez Tamez
Director General del Grupo Asesores en Economía y Administración Pública. Tel (477) 326-3633 http://alejandrogomeztamez.com/ En Twitter: @alejandrogomezt Visita nuestra página de internet: http://www.gaeap.com/

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO