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jueves, marzo 28, 2024

Libertinaje de las finanzas públicas

Ante las dificultades fiscales observadas en los Estados Unidos y la Unión Europea, es común ahora en día ver a nuestras autoridades federales “presumiendo” la solidez de las finanzas públicas mexicanas y hablando de lo blindados que estamos ante el entorno financiero internacional. Sin embargo, la realidad no es como nos la quieren hacer ver y lamentablemente no hay muchas voces que evidencien que si bien no estamos tan mal como en otras partes, México ha estado sumergido en una fiesta de crédito que ha durado ya varios años, y el costo de este excesivo y creciente endeudamiento pudiera limitar las posibilidades de desarrollo de futuras generaciones. Veamos algunas cifras relevantes sobre el tamaño del problema:

De acuerdo con cifras divulgadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la deuda total del sector público mexicano llegó a los 5 billones 473 mil 698 millones de pesos al cierre del año 2011, lo que implica un incremento de 168 por ciento durante los últimos 11 años. ¿Qué tan grandes son estos números? Para contestar esta pregunta vale la pena referenciar el tamaño de la deuda con el tamaño de la economía nacional, y en ese sentido tenemos que la deuda pública representó al cierre de 2011 el 36.5 por ciento del producto interno bruto (PIB).

Por su parte, tenemos que el incremento del endeudamiento público en los últimos 11 años ha sido de 3 billones 428 mil 691 millones de pesos, cifra superior a los ingresos totales presupuestario del propio sector público obtenidos en 2011, los cuales ascendieron a 3 billones 269 mil 331 millones. Cabe señalar que de este incremento adicional de deuda, 2 billones 159 mil 236 millones de pesos fueron contratados durante la Administración del presidente Felipe Calderón.

¿Y de la deuda actual cuanto es deuda interna (emitida en pesos)? Según los informes de la SHCP, el 72 por ciento del endeudamiento total del sector público corresponde a la deuda interna, con un saldo de 3 billones 928 mil 321 millones de pesos al cierre de 2011, lo que implicó un crecimiento de 203 por ciento en los últimos 11 años. Obviamente, el 28 por ciento de la deuda pública es entonces deuda externa (cotizada en alguna divisa).

Un aspecto muy relevante para determinar nuestra estabilidad cambiaria, es conocer el monto de la deuda pública interna que está en manos de extranjeros. A este respecto tenemos que de acuerdo a cifras del Banco de México, al cierre de 2011 éste ascendió a 973 mil 246.4 millones de pesos, lo que implica un incremento descomunal de 10 mil 528 por ciento en los últimos 11 años.

Así pues, al tipo de cambio vigente, al 30 de noviembre de 2000 los extranjeros poseían valores del gobierno mexicano por alrededor de 969 millones de dólares, monto equivalente a tan sólo 1.3 por ciento del total en circulación. Pero once años después, al cierre de 2011, el saldo de la inversión extranjera en bonos del gobierno federal era equivalente a 69 mil 654 millones de dólares y representa 26.3 por ciento del total de la deuda interna gubernamental en circulación. Para algunos esto pudiera ser un detalle menor, pero en realidad no lo es, ya que indica que ante cualquier incertidumbre interna o del extranjero, hay una enorme cantidad de dólares que pudiera salir del país, con ello desestabilizando nuestra economía y el tipo de cambio.

Ante todo lo anteriormente expuesto, vale la pena preguntarse, cuanto es lo que nos cuesta este endeudamiento. Contestar esta pregunta implica un amplio ejercicio, por lo que en este editorial me concentraré en el costo de la deuda externa (tanto pública como privada).

De acuerdo a cifras del Banco de México, en los últimos cinco años salieron del país al rededor de 78 mil 400 millones de dólares como pago de los intereses generados por las deudas con el exterior del sector público y las empresas privadas. Esta cantidad es equivalente al 70 por ciento de las remesas de divisas enviadas a sus familiares por los trabajadores mexicanos en el exterior durante el mismo periodo.

Cabe señalar que casi dos terceras partes de esa salida de divisas, que es sin duda la más elevada en la historia financiera del país, correspondió a los pagos de empresas privadas registrados como intereses por el banco central, cuyos envíos al exterior por este concepto ascendieron a unos 49 mil 400 millones de dólares, por una deuda privada externa que llegó a 80 mil 422.3 millones de dólares hacia fines de 2011.

Por parte del sector público, entre 2007 y 2011 se pagaron 29 mil millones de dólares como intereses de un endeudamiento, que al cierre del año pasado ascendió a 113 mil 867.6 millones de dólares, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Así, el endeudamiento externo de ambos sectores ascendió a 194 mil 289.9 millones de dólares al finalizar 2011, lo cual implicó un crecimiento de 71.1 por ciento desde el monto deudor que por 113 mil 548 millones de dólares se tuvo al comienzo de la actual Administración federal.

Cabe señalar que al cierre de 2006 la deuda externa del gobierno federal se ubicaba en 54 mil 766.3 millones de dólares, lo cual fue resultado de una política de desendeudamiento y acumulación de reservas de divisas para evitar que la deuda externa gubernamental fuera fuente de desequilibrios macroecómicos.

Pero en el periodo de 2006 a 2011 se retomó el camino de los préstamos y emisiones de deuda del gobierno en los mercados internacionales, y de esta forma el endeudamiento público externo llegó a 113 mil 867.6 millones de dólares al término de 2011, con lo cual ha tenido un incremento de 108 por ciento en cinco años.

Dejando de lado la deuda externa y su costo; otro aspecto que denota el libertinaje de las finanzas públicas puede ser encontrado en las cuentas de Petróleos Mexicanos (Pemex), organismo que en el actual sexenio habrá visto su deuda incrementada en 30 por ciento, cifra que representa unos 13 mil 800 millones de dólares adicionales, al pasar de 46 mil 100 millones de dólares contabilizados en 2006 hasta los 59 mil 900 millones de dólares estimados al cierre de 2012.

Cabe señalar que tan sólo en este 2012 Pemex pretende contratar deuda en los mercados internacionales y nacionales por 10 mil 100 millones de dólares para completar sus programas de expansión productiva y re financiación de su deuda; y con ello espera elevar la producción de crudo en apenas 10 mil barriles diarios con respecto de los 2 millones 550 mil barriles diarios que obtuvo en promedio en 2011.

Ante todos estos datos resulta importante analizar lo que las empresas privadas le deben a la SHCP por concepto de créditos fiscales, ya que la cifra es escandalosa. Tenemos que de acuerdo con Hacienda, hay más de 1.6 millones de empresas y personas físicas con actividad empresarial que financiaron parte de sus operaciones a través del aplazamiento o suspensión del pago de impuestos; y el monto de los llamados créditos fiscales se elevó a 743 mil 783.8 millones de pesos, cantidad que resulta superior a la recaudada por concepto del impuesto sobre la renta (ISR), que se ubicó en 721 mil 835.5 millones.

Cabe señalar que los créditos fiscales permitidos por la Secretaría de Hacienda a lo largo del año pasado representaron un incremento de 6.85 por ciento en cuanto a su número, 103 mil 75 más, y de 21.5 por ciento respecto del monto, 131 mil 869.7 millones, frente a los registros de 2010.

Finalmente, vale la pena echar un vistazo a la situación de la deuda púbica de los gobiernos de los estados, y a este respecto vale la pena señalar que de acuerdo a cifras de la SHCP, la deuda de las 32 entidades federativas del país creció un explosivo 24.2 por ciento tan sólo en el 2011 con respecto al año previo.

Así, las obligaciones financieras de los 31 estados y el Distrito Federal ascendieron a 390,777 millones de pesos, es decir, 76,113 millones más que en el 2010. De esta forma, en los últimos cinco años tenemos que éstas aumentaron 96.7 por ciento.

Como puede apreciare por donde se le vea (deuda pública interna y externa, costo de financiamiento, créditos fiscales de la SHCP y deuda de los estados), México no está manejando sus finanzas públicas correctamente y pareciera que estamos siguiendo los malos ejemplos de Estados Unidos y Europa, o bien estamos regresando a esquemas obsoletos que ya vivimos en la década de los 70s y 80s.

México debería endeudarse exclusivamente para generar infraestructura que nos haga más productivos, pero el problema es que la deuda pública en México se debe ahora en día a que los gobiernos tienen un creciente gasto corriente (servicios personales, gastos de mantenimiento, entre otros) y los recursos para gasto de inversión son cada vez más reducidos, por lo que entonces tienen que adquirir deuda para poder realizar obra pública.

No es correcto tampoco que cada vez paguemos más impuestos y que en paralelo el país esté cada vez más endeudado y no veamos esto traducido en mayores obras que se traduzcan en más productividad. Ese no debe ser el camino correcto.

Es importante pues replantear el camino y el gobierno debe hacer esfuerzos para reducir el gasto corriente que libere recursos para realizar más gasto de inversión (y así se evitaría contratar más deuda pública). De lo contrario, en algunos años estaremos nuevamente viviendo una crisis de deuda como la de los 80s, o bien, estaremos discutiendo como salir de una crisis similar a la que viven ahora en día varios países europeos.

Alejandro Gómez Tamez
Alejandro Gómez Tamez
Director General del Grupo Asesores en Economía y Administración Pública. Tel (477) 326-3633 http://alejandrogomeztamez.com/ En Twitter: @alejandrogomezt Visita nuestra página de internet: http://www.gaeap.com/

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