México es una verdadera potencia exportadora. De acuerdo con estadísticas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), nuestro país ocupó la posición 14 a nivel mundial en cuanto a su volumen de exportaciones en el año 2011. En el listado de la OMC los primeros cinco lugares los ocuparon China, Estados Unidos, Alemania, Japón y Francia; pero se debe destacar que México exporta un monto mayor al de España y es por mucho la nación latinoamericana con mayor volumen de ventas al exterior.
De acuerdo a cifras del INEGI, en el año 2011 México tuvo ventas al exterior por $349 mil 375.2 millones de dólares, y en los primeros cinco meses de 2012 las exportaciones suman $153 mil 877.4 millones de dólares, lo que representa un aumento de 9.4% con respecto a lo exportado en los primeros cinco meses de 2011. De esta forma, tenemos que en el periodo de enero de 2011 a mayo de 2012 las exportaciones mexicanas sumaron $503 mil 252.6 millones de dólares. Esta cifra es sin duda importante, y si tomamos en cuenta el tipo de cambio vigente en cada uno de los meses del periodo en cuestión, tenemos que el valor de lo exportado en los últimos 17 meses le representó a México ventas al exterior por $6.4 billones de pesos.
Cabe recordar que durante el año pasado, en la mayoría de los meses el dólar se ubicó en niveles que oscilaron los $11.50 y $12.50 pesos, y fue hasta septiembre de dicho año que el tipo de cambio rebasó nuevamente los $13 pesos por dólar. Por su parte, en los tres primeros meses de este 2012 el dólar volvió a bajar a niveles inferiores a los $13 pesos, y fue a partir de abril que nuevamente se ubicó por encima de los $13 pesos. Ante estos datos, resultaría interesante calcular cuanto hubiesen ingresado nuestros exportadores en términos de pesos si durante los últimos 17 meses el dólar se hubiera encontrado en una paridad constante de $14 pesos por dólar.
Así pues, con un dólar en un nivel constante en $14 pesos los exportadores hubiesen tenido ingresos de $7.05 billones de pesos en el periodo de enero de 2011 a mayo de 2012. Es decir, ingresos por unos $650 mil millones de pesos adicionales a lo que realmente se registró, los cuales sin duda le vendrían muy bien a la economía de las empresas y al fisco federal.
Si asumimos conservadoramente que el Fisco recaudara el 30% de los ingresos adicionales que hubiesen generado los exportadores, entonces habrían entrado a las arcas públicas unos $195 mil millones de pesos, cifra muy superior al aumento nominal en la captación de impuestos a nivel federal en el periodo de 2007 a 2011 (según informes de la Cámara de Diputados).
¿Y como podría hacerle el gobierno para que el dólar esté en $14 pesos si tenemos un sistema de tipo cambiario de libre flotación? Pues muy sencillo: el Banco de México debe bajar las tasas de interés objetivo, de manera que todas las demás se ajusten a la baja y como consecuencia se tendrá una menor entrada de divisas al país y la consecuencia inmediata será el ajuste del tipo de cambio hacía arriba.
Es verdad que un dólar en $14 pesos de manera sostenida provoca que los productos e insumos importados sean más caros, lo que repercute en los costos de producción de varias empresas, y con ello su margen de utilidad puede bajar y esto repercutiría negativamente en ciertos rubros de recaudación; pero en el agregado, el gobierno federal recauda más impuestos con un dólar a $14 pesos que con uno que esté a $12.50 pesos.
Y es que además de lo ya mencionado, el dólar a $14 pesos provoca que haya menos importaciones y que se incentive la demanda de productos nacionales y el empleo. Por ejemplo, si un par de zapatos cuesta $15 USD y el dólar está a $12.50, pues entonces ese zapato llega a la frontera a $187.50 pesos. Supongamos que el importador no subvalúa el producto, entonces ese producto puede estar ya en territorio nacional pagando un arancel del 30% (asumiendo que proviene de un país con el que no tenemos acuerdo de libre comercio); es decir en unos $244 pesos. Ante este escenario, los zapatos similares hechos en México que cuestan $260 pesos no podrían competir.
Por su parte, si el tipo de cambio es de $14 pesos, entonces los mismos zapatos importados llegarían a la frontera a un precio de $210 pesos, más su arancel del 30% estarían en territorio nacional en $273 pesos. Así que de esta manera, a un tipo de cambio de $14 pesos por dólar los zapatos hechos en México (para fines de este ejemplo si podrían competir).
De esta forma, el tipo de cambio más elevado ayuda a fomentar la demanda de bienes hechos e México, el crecimiento de la producción nacional, limita importaciones, genera mayores ingresos para las empresas y aumenta el nivel de recaudación fiscal. ¿Ante estos hechos porque el banco central no se preocupa porque el dólar esté siempre “caro”? Pues porque no le importa la planta productiva nacional ni los empleos, sólo se interesa porque la inflación esté bajo control y una manera de lograrlo es haciendo que los productos importados entren a México al precio más bajo posible.
Así pues, con este artículo pretendo ilustrar de nueva cuenta la importancia de que el dólar esté en su valor real y que el Banco de México desista de la estrategia de mantener al peso artificialmente sobrevaluado con las elevadas tasas de interés objetivo que ha determinado. No se trata de que el nuevo gobierno federal le “tire línea” al Banxico, sino que los legisladores por fin decidan llevar a cabo una reforma constitucional que amplíe las responsabilidades del Banxico en términos de coadyuvar al crecimiento de la producción y del empleo; y que los miembros de la Junta de Gobierno del Banxico se concienticen respecto a lo que más le conviene a la planta productiva, empleo y fisco federales.
Director General GAEAP*
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