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sábado, abril 20, 2024

¿Por qué fracasó el Presidente del Empleo?

No obstante que fue la principal promesa de campaña del Presidente Felipe Calderón, y que ahora en día se nos diga que México goza de una estabilidad macroeconómica envidiable, la realidad es que en materia de creación de empleos los resultados del sexenio fueron decepcionantes.
El empleo es una de las variables más sensibles para el bienestar de la población, y de acuerdo a cifras publicadas en el sitio web del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el número de trabajadores registrados ante dicho instituto creció en apenas 2,201,094 unidades entre diciembre de 2006 y octubre de 2012, lo que arroja un promedio de 31,000 empleos creados por mes o unos 372,000 empleos al año.
Si tomamos en consideración que según el INEGI México tiene una Población Económicamente Activa (PEA) de  51.4 millones de personas, y si conservadoramente asumimos que ésta crece a una tasa de 2% anual, pues entonces la meta de creación de empleos al año debería ser de 1,028,000 empleos. Esto significa que la creación de empleos formales en el país durante el sexenio del presidente Calderón representó apenas el 36% de lo que nuestro país requiere.
Estas cifras evidencian que el Presidente del Empleo fracasó en sus políticas y no sólo no se abatió el rezago en materia laboral, sino que éste aumentó. Y es que de acuerdo a cifras del INEGI, al tercer trimestre de este año en México había 2.7 millones de desocupados (personas que están activamente buscando un empleo y no trabajaron ni una hora a la semana) y 4.2 millones de subocupados (personas que no laboran jornadas completas siendo que desean hacerlo).
Y si lo anterior no es suficiente para ilustrar el desastre en materia laboral del sexenio, pues podemos agregar que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, al tercer trimestre de este año  en nuestro país había en la economía informal 14.2 millones de personas, quienes representan el 29.2% de la Población Ocupada. Cabe señalar que esta proporción superó a la de igual trimestre de 2011, por lo que en el último año las personas laborando en esta economía informal crecieron en 783 mil personas.
Ante estos datos podemos preguntarnos ¿Por qué fracasó el Presidente del Empleo? La respuesta puede ir en varias vertientes, las cuales trataré de explicar a continuación:
Falta de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipimes): En nuestro país las mipymes representan el 99.3 por ciento del total de empresas y el 80 por ciento de los empleos en México, por lo que cualquier esfuerzo serio por acrecentar el empleo debe centrarse en satisfacer lo que este tipo de empresas requieren; y al parecer durante el sexenio que termina los mayores esfuerzos gubernamentales estuvieron centrados en el apoyo a las grandes empresas como las del sector automotriz, a los grandes corporativos extranjeros, a los consorcios comerciales asociados a la ANTAD, y a otro grupo de empresas más bien intensivas en capital poco generadoras de empleos.
Tipo de cambio sobrevaluado: Durante la mayor parte de este sexenio (salvo por los momentos en que vivimos la crisis de 2009 y sufrimos una importan te devaluación de nuestra moneda) el peso estuvo sobrevaluado respecto al dólar. Cabe recordar que en 2008 vivimos el peor momento del “super-peso” cuando la paridad cambiaria alcanzó los $9.80 pesos por dólar y el margen de sobrevaluación se acercó al 20%. Y es que desde que Guillermo Ortiz Martínez fungía como Gobernador del Banco de México, la política monetaria de nuestro país ha sido astringente y ha provocado artificialmente elevadas tasas de interés, lo que se ha traducido en entrada masiva de capitales golondrinos. Esta sobre oferta de dólares provoca la sobrevaluación del peso y por lo tanto una pérdida de competitividad de nuestras exportaciones y mayores importaciones, lo que perjudica a la planta productiva nacional y la posibilidad de crear  empleos en nuestro país.
 
Falta de una política industrial y falta de apoyo a sectores productivos intensivos en mano de obra: Mucho se ha dicho sobre la falta de una política industrial en nuestro país, pero lo que es peor es que los leves esbozos que ha habido de ésta se han enfocado en privilegiar al comercio, a los importadores y a los sectores intensivos en la utilización en capital y no en los sectores intensivos en mano de obra, tales como textil, vestido y calzado. De esta forma, a través de incentivos fiscales se premia la inversión en maquinaria y equipo, y se castiga la contratación de personal a través de un excesivo costo de seguridad social.
Aperturismo enfermizo: Hemos criticado duramente la desgravación arancelaria unilateral emprendida por el gobierno mexicano a partir del 1 de enero de 2009. Esta desgravación se dio a cambio de ninguna contraprestación por parte de nuestros socios comerciales y ocurrió para productos terminados. El menor cobro de aranceles provoca que los costos país de México repercutan en la competitividad de las empresas nacionales y hacen más atractiva la importación de productos extranjeros. Hemos señalado que esta desgravación tiene la desventaja adicional de que ha sido selectiva en el sentido de que se ha echado a competir a amplios sectores manufactureros, pero simultáneamente se mantienen monopolios y oligopolios en áreas estratégicas que merman la competitividad de la economía en general.
Este es un simple diagnóstico del porqué del fracaso en materia de creación de empleos; y ante ello resulta muy lamentable que nuestras autoridades no sean capaces de generar un modelo de crecimiento que sea capaz de abatir el desempleo, disminuir la preponderancia de la economía informal,  y disminuir el déficit de empleos formales.
¿Qué se debió hacer o qué se puede hacer las autoridades? Pues de una manera inteligente debemos copiar modelos exitosos de crecimiento y desarrollo como el que ha seguido China, una nación que primero se volcó hizo todo para volcarse al exterior para crecer y ahora ha desarrollado un mercado interno vigoroso que le permite mantener niveles aceptables de crecimiento a tal grado que se prevé que en unos cuantos años alcanzará el tamaño de la economía estadounidense.
Y es que la economía de China es capaz de dar trabajo a una población económicamente activa que según el CIA World Factbook asciende a 795.5 millones de personas, pero nosotros en México no somos capaces de generar un modelo económico que dé empleo suficiente a una población económicamente activa de 51.4 millones de personas.
Así pues, es pertinente preguntarse ¿Por qué las autoridades no copian los modelos exitosos de otras naciones? Y la respuesta es simple: si no copian  lo bueno de otras naciones es porque las autoridades a cargo no le entienden al modelo o porque hay otros intereses que trabajan en contra del país, como lo es el interés enfermizo e inundar al país de productos “baratos” aunque esto implique la pérdida de miles de empleos a costa de crearlos en otros países.
Ojala que le quede claro al presidente electo Enrique Peña Nieto y a su equipo que los modelos técnicos de libro de texto ya no funcionan en la economía actual y no dan los resultados que el país requiere (sólo se requiere ver lo que le ha pasado a México estos últimos 12 años). Ya basta de modelos ortodoxos que se enseñan en prestigiosas universidades extranjeras que sólo benefician a intereses extranjeros pero que no responden a las necesidades del país, lo que este país requiere es aprender de las experiencias exitosas de otros países y un excelente ejemplo es el caso de China.
Director General GAEAP*

 

Alejandro Gómez Tamez
Alejandro Gómez Tamez
Director General del Grupo Asesores en Economía y Administración Pública. Tel (477) 326-3633 http://alejandrogomeztamez.com/ En Twitter: @alejandrogomezt Visita nuestra página de internet: http://www.gaeap.com/

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