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jueves, abril 18, 2024

Realidad sobre la deuda externa pública mexicana

Es tiempo de campañas electorales, y recientemente hemos leído y escuchado comentarios en relación a la evolución de la deuda externa de nuestro país, y este editorial tiene el objetivo de hacer un recuento de ésta variable en base a cifras oficiales.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el saldo de la deuda externa bruta del sector público era de 76,665 millones de dólares en enero de 1990 (dato más antiguo disponible en su sitio de internet), y para diciembre de 1994 ya se encontraba en 85,436 mdd, por lo que en ese periodo ésta aumentó en 11.4 por ciento, o bien creció en 8,771 mdd.

Para diciembre del año 2000 la deuda externa pública se encontraba en 84,600 mdd, por lo que podemos afirmar que en el sexenio de Ernesto Zedillo ésta disminuyó 1 por ciento, equivalente a 836 mdd menos de endeudamiento.

En diciembre de 2006 la deuda externa pública fue tan sólo de 54,766 mdd, por lo que en el sexenio de Vicente Fox ésta disminuyó en 35.3%, equivalente a 29,834 mdd menos. Cabe señalar que esto no implica que el endeudamiento total del gobierno haya disminuido, sino que se implementó una política de cambiar deuda externa por deuda interna.

Al mes de febrero de 2012 la deuda externa fue de 119,654 mdd, lo que implica que en el sexenio de Felipe Calderón ésta aumentó en un explosivo 118.5 por ciento, equivalente a 64,888 mdd más de endeudamiento. Es importante precisar que durante la actual administración la deuda interna también ha crecido de forma importante, hasta llegar a los 4 billones 32 mil 651.3 millones de pesos al concluir el primer trimestre de este año, de acuerdo con cifras proporcionadas por la Secretaría de Hacienda (SHCP).

Así, México está ahora en día más endeudado que nunca antes en su historia. Sin embargo, para muchos, las cifras de endeudamiento externo público deben verse a la luz de muchos otros factores como lo es el uso que se le dio a los recursos producto del endeudamiento.

Cabe señalar que existen otras formas de analizar el nivel de endeudamiento de un país, y una de ella es comparándolo con el monto de reservas internacionales con las que cuenta dicha nación. Si hacemos eso, pues los saldos de la deuda se ven diametralmente diferentes.

De acuerdo con cifras del INEGI y cálculos propios, tenemos que en enero de 1990 México tenía solamente 5,984.4 mdd en reservas, por lo que el saldo de la deuda en ese mes representaba casi 13 veces lo que teníamos en reserva.

Ya para diciembre de 1994 las reservas internacionales fueron de 6,148.2 mdd, por lo que en dicho mes el saldo de la deuda externa fue casi 14 veces más alto que lo que se tenía en reservas, una situación a todas luces peligrosa.

Para el mes de diciembre de 2000 México tenía en reservas internacionales 33,554.9 mdd, por lo que en dicho mes el saldo de la deuda equivalía a 2.5 veces la cantidad de reservas, lo que implica una mejora sustancial en este indicador.

En diciembre de 2006 teníamos en reservas internacionales 67,679.7 mdd, por lo que el saldo de la deuda bajó a representar apenas el 80 por ciento de las reservas internacionales. De hecho cabe señalar que fue a partir de mayo de 2006 que por primera vez en nuestra historia México tuvo más reservas internacionales que deuda externa, lo cual es sin duda una posición de mucho mayor solidez.

Finalmente, en febrero de 2012 México tenía 149,158 mdd en reservas internacionales, por lo que el saldo de la deuda externa continúa representando el 80 por ciento de las reservas.

No cabe duda que ahora México se encuentra en mejor posición al tener más reservas internacionales que deuda externa pública.

Ante estos últimos datos más de uno pudiera sugerir que usemos las reservas internacionales para pagar la deuda externa pública. Pero ante esto cabe señalar que las reservas internacionales no pueden ser usadas como tal para pagar la deuda externa, ya que las reservas son del Banco de México y la deuda fue contratada por la Secretaría de Hacienda. Si se quisiera pagar deuda externa entonces la SHCP tendría que ir a comprarle los dólares al Banxico, y de esa manera se podrían pagar los créditos externos, pero para que esto pase primero el gobierno federal debería tener un superávit fiscal.

Otra manera de analizar el monto de la deuda es relacionándola con el tamaño de la economía, medida ésta a través del Producto Interno Bruto (PIB), y en este sentido la posición más deseable es que la deuda represente un porcentaje bajo del PIB nacional.

Así pues, de acuerdo a cifras de INEGI y cálculos propios, tenemos que el saldo de la deuda externa pública en enero de 1990 representó el 35.7 por ciento del PIB de dicho año (214,500 mdd); y ya para diciembre de 1994 el saldo de la deuda externa pública representó el 23.2 por ciento del PIB de dicho año (368,680 mdd).

En diciembre de 2000 el saldo de la deuda externa pública bajó a representar apenas el 17.0 por ciento del PIB de dicho año (498,000 mdd); y para diciembre de 2006 el saldo de la deuda externa pública representó únicamente el 6.7 por ciento del PIB de ese año (820,320 mdd)

Finalmente, en la actualidad el saldo de la deuda externa pública representa el 10.6 por ciento del PIB de este año (asumiéndolo en 1,130 miles de millones de dólares).

Así pues, como conclusión podemos mencionar que ahora en día México tiene el nivel de deuda externa pública más alto de su historia y que el actual gobierno ha más que duplicado el saldo de esta deuda con respecto al monto en el que la recibió. Sin embargo, al analizar el monto de la deuda externa pública con respecto a las reservas internacionales y el tamaño del PIB, es evidente que México ahora goza de una posición mucho más cómoda que la observada a principios del siglo XXI.

Sin embargo, un factor de riesgo importante para nuestro país es lo que sucederá con el servicio de la deuda una vez que las tasas de interés comiencen a subir a nivel mundial. No se necesita ser un genio para saber que por cada punto porcentual en que aumente la tasa de interés a la que está contratada la deuda, se tendrían que pagar unos 1,200 millones de dólares adicionales nada más de intereses.

Desde mi punto de vista, lo más recomendable para el próximo gobierno federal es que se repita lo que hizo Vicente Fox, que fue canjear deuda externa por deuda interna para que la economía nacional fuera menos vulnerable a los fenómenos de la economía de otras naciones; y es que hay que entender que es preferible estar endeudados en la moneda que nuestro país emite: pesos.

Director General GAEAP*
alejandro@gaeap.com

Alejandro Gómez Tamez
Alejandro Gómez Tamez
Director General del Grupo Asesores en Economía y Administración Pública. Tel (477) 326-3633 http://alejandrogomeztamez.com/ En Twitter: @alejandrogomezt Visita nuestra página de internet: http://www.gaeap.com/

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