Por si había alguien que lo dudara, la desaceleración de la economía nacional ya es una realidad que acaba de ser confirmada con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), organismo que el viernes 16 de mayo dio a conocer que el Producto Interno Bruto de México creció apenas un 0.8% en el primer trimestre de este año con respecto al mismo trimestre del año 2012. Esta tasa se compara desfavorablemente con el incremento de 4.9% anualizado observado en el primer trimestre de 2012.
Pero esto no es lo más grave, sino el hecho de que en el comparativo del primer trimestre de este año respecto al mismo trimestre del 2012, la producción de las Actividades Secundarias descendió -1.5% a tasa anualizada, producto de las disminuciones reportadas en tres de sus cuatro sectores que la componen: la construcción -2.3%; las industrias manufactureras -1.6%, y la electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final -1.3%.
En lo personal me preocupa la caída en el PIB manufacturero de -1.6%, ya que esto implica que las fábricas ubicadas en México están produciendo menos que el año anterior, y es que desde el cuarto trimestre de 2009 que no veíamos retrocesos en el PIB manufacturero. Estoy convencido de que las naciones deben cuidar sus fábricas para prosperar, y si esto no fuera esto cierto no veríamos a naciones como Estados Unidos tratando de reindustrializarse después de haber pensado por años que podrían vivir sólo de su sector comercio y servicios, manteniendo sus fábricas en China.
Si los anteriores resultados no resultan lo suficientemente alarmantes, tenemos que el Indicador Global de la Actividad Económica decreció -1.8% en el periodo de marzo de 2012 al mismo mes de 2013, lo cual se debió a que en dicho mes las Actividades Primarias retrocedieron -11.7% y las Secundarias -4.9% (incluye la industria manufacturera); en cambio las Terciarias apenas crecieron 0.6% respecto a las del mismo mes de un año antes.
¿Por qué se está debilitando tanto la actividad manufacturera nacional? Pues en buena parte porque el sector externo nacional está perdiendo dinamismo. Y muestra de ello es que mientras que en el primer trimestre de 2012 las exportaciones manufactureras sumaron $70,763 millones de dólares (mdd), en el primer trimestre de 2013 sumaron $71,183 mdd, lo que representa un magro aumento anualizado de 0.6%.
Por otra parte, el mercado interno está muy debilitado en parte por el exceso de deudas que acumulamos los mexicanos y por la inseguridad pública que en muchas partes del país no genera un ambiente adecuado para que funcionen los comercios. La debilidad del mercado interno queda manifiesta cuando vemos que el Índice de Ventas Netas al por Menor muestra una caída de -0.4% en el comparativo del primer bimestre de 2013 respecto al mismo bimestre de 2012.
Así pues, queda claro que tanto el sector externo como el mercado interno están pasando por un mal momento, y esto se ve reflejado en el mal desempeño de indicadores como el PIB y como el IGAE, y es por esta razón que hemos insistido desde hace ya varias semanas en que las autoridades deben tomar urgentemente medidas de política económica contracíclicas para hacer apoyar la situación que viven las empresas nacionales (esto es aumentar el ritmo de ejecución del gasto público por parte de la Secretaría de Hacienda y bajar la tasa de interés de referencia por parte del Banxico, entre muchas otras medidas).
Pero en lugar de esto vemos a la autoridad federal con un discurso optimista fincando el futuro económico de nuestro país en la a probación de las reformas estructurales, pero en la práctica sin implementar programas concretos de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), y tampoco destinando apoyos suficientes a las empresas a través de organismos como Proméxico. Si, es verdad que se creó el Instituto Nacional del Emprendedor, pero la realidad es que éste no es nada diferente al anterior Fondo Pyme. Por su parte, dese que arrancó este sexenio Proméxico ha estado ausente y no tiene recursos para trabajar.
Así, parece que la autoridad piensa que sólo con las reformas a las telecomunicaciones, la energética y la fiscal de pronto mágicamente la economía nacional empezará a crecer nuevamente. Pero la realidad es que las reformas no se han materializado y en segundo lugar, los impactos que éstas puedan tener en la economía las sentirán en primera instancia las grandes empresas y al cabo de cierto tiempo. Si no apoyan a las mipymes a través de proyectos y programas concretos que se traduzcan en beneficios concretos., la economía seguirá igual como lo ha estado: estancada.
Se dice que el primer paso para resolver un problema es reconocer que éste existe, y en este sentido la autoridad federal aun no ve una recesión o estancamiento económico, y continúa previendo una tasa de crecimiento del PIB para este año que francamente simplemente no sucederá. Y es que resulta increíble ante las cifras dadas a conocer el viernes 16 de mayo por el INEGI que el gobierno federal haya ajustado su expectativa de crecimiento de la economía nacional de 3.5% a 3.1%. La realidad es que este año no vamos a crecer a una tasa de 3.1% ya que para que eso ocurra debemos tener tasas de crecimiento del PIB de 3.9% en los tres trimestres restantes, y francamente no veo cómo se va a lograr eso.
Lamento decir que mi pronóstico para lo que resta del año es que si continúa el tipo de cambio en niveles inferiores a los $12.50 pesos por dólar, y Estados Unidos sigue con un crecimiento débil, pues el motor del sector externo para la economía nacional continuará apagado, ya que los exportadores nacionales no pueden competir con un peso tan fuerte y seguiremos siendo invadidos de importaciones subvaluadas de bienes de consumo, principalmente provenientes de China. Y si por otra parte, no ocurren inversiones productivas en la economía mexicana y continúa el clima de inseguridad pública que inhibe el consumo, pues el mercado interno también seguirá débil. Por lo tanto mi estimación es que en este año la economía mexicana crecerá a una tasa entre 2 y 2.5% en el mejor de los casos; y que se estarán creando entre 400 mil y 450 mil empleos formales registrados en el IMSS.
Estos pronósticos son pesimistas comparados con los recabados en la Encuesta Sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, la cual es realizada mensualmente por el Banco de México, pero dicha encuesta suele ser generalmente demasiado optimista, y como ejemplo menciono que en la encuesta de enero de 2009 los consultores encuestados por el Banxico esperaban una contracción del PIB para dicho año de -1.16%, cuando en realidad la economía mexicana cayó -6%, su peor caída anual en la historia moderna.
Así pues, podemos decir que ya se nos acabó el vuelo que traíamos y que el panorama económico ya es difícil para muchas empresas en México. Ojala que los datos publicados por el INEGI hayan encendido los focos amarillos en el gobierno federal para que se lancen apoyos concretos y eficaces a las mipymes. Esperemos que en base a todo lo anterior ahora haya menos voces que todo le aplauden al gobierno y que ahora haya más críticos de la política económica del gobierno, la cual no ha cambiado nada que sirva para potenciar el crecimiento de la producción y del empleo.
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