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martes, abril 23, 2024

Enriqueciendo el cerebro de tu bebé con… palabras

Declaro no tener conflicto de intereses

En estos agitados días, de cercanía y lejanía impuestas, podemos aprovechar para generar el andamiaje sobre el cual nuestros hijos puedan salir fortalecidos.

Te platico, Esteban Gómez Muzzio, director ejecutivo de la Fundación América por la Infancia, explicaba la importancia de la cantidad y variedad de palabras que un bebé recibía a la semana y el impacto que podía tener esto para generar o no, una brecha cognitiva en comparación con los niños que escuchaban un menor número de palabras durante su primera infancia.

Mencionaba que se habían corrido estudios donde habían podido notar que las personas con menores ingresos y grados académicos solían hablar menos a sus hijos, por diferentes motivos (no veían la necesidad, ya que eran bebés; tenían menos tiempo, etc.) y que cuando lo hacían, solían hacerlo con un vocabulario limitado, emitiendo un promedio de 25 mil palabras a la semana.

Por su parte, los padres de una clase socioeconómica media pronunciaban un promedio de 65 mil palabras a la semana y con un repertorio más amplio.

Y en contraste, el bebé de una familia de un nivel socioeconómico y cultural alto podía recibir ¡hasta 125 mil palabras a la semana!

Con lo cual, en el estudio que menciona Gómez Muzzio, al término de la primera infancia, un pequeño de clase baja en comparación con uno de clase alta podía recibir hasta 30 millones de palabras menos, efecto al que se le llamó “la brecha de los 30 millones”. Lo cual hace referencia a una brecha cognitiva que, de no revertirse antes de los 18 meses de vida de un bebé, podría impactar posteriormente, en su desempeño académico, su comprensión lectora, la capacidad de expresarse y a la larga, hasta en su nivel de ingresos en su vida adulta.

No obstante, yo me pregunto, si estas estadísticas son vigentes respecto al nivel sociocultural de las familias, en un mundo en donde los dispositivos electrónicos han ocupado el espacio que anteriormente era ocupado por la presencia de los padres.

Yo considero que todos los niños desde el útero deberían recibir el alimento de la palabra. Pues, con las palabras damos nombre, orden, énfasis, tono y estructura a nuestros pensamientos. Es una de las maneras de expresar el mundo interno de cada persona, sus ideas y creencias, el marco en el cual encuadra su realidad.

Las palabras son la llave mágica que permite a las otras personas entrar en los vericuetos de nuestra esencia, creatividad, sentimientos, sueños, anhelos, debates internos…Y, la palabra nutre, especialmente las palabras que acompañan nuestra infancia. Si a un bebé se le habla, se le describen las cosas y acciones cotidianas, se les da nombre a las partes de su cuerpo y a sus emociones, es una personita que va adquiriendo de manera orgánica, la forma de estructurar su realidad y compartirla con su entorno.

Dice Robin Sharma “Las palabras pueden inspirar. Y las palabras pueden destruir. Elige bien tus palabras”… basta con que recuerdes qué cantos, dichos, refranes y frases célebres resuenan en tu cabeza cuando evocas tu niñez, para comprender lo que digo.

Ahora elige, qué palabras quieres que resuenen en la memoria de tus hijos…

Miriam del Toral
Miriam del Toral
WhatsApp para asesoría de lactancia: 477 674 9021. Asesora especializada en Lactancia y Múltiples, Lactivista, columnista, comunicóloga, especialista en Desarrollo Humano y en Facilitación de Grupos. Acompañante Tanatológica. Es fundadora de Maternidad Sustentable, donde se difunde información sobre lactancia materna y crianza respetuosa. Docente en PILU. Colabora en Fuente de Vida, Grupo de Apoyo a la Lactancia y en UPA Tribu.

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