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jueves, abril 18, 2024

¿Es Howard el Pato la peor película de Marvel?

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Recuerdo cuando vi Guardianes de la Galaxia (2014). No necesariamente por ser una película bastante entretenida –por supuesto que lo es- sino por su escena final. La secuencia final mostraba a un pato hablando y con ropa, y de inmediato reí con sorpresa: era Howard el pato.

El hecho de que el personaje apareciera debe de ser el “easter egg” más oscuro que haya pasado en toda la filmografía de Marvel, sobre todo porque es un guiño hacia el pasado y al primer intento de tener una oportunidad en Hollywood.

Pero ¿Quién es Howard el pato?

Steve Gerber fue uno de los tantos artistas olvidados de Marvel durante los años setenta. En la empresa tuvo el encargo de continuar los guiones de Man Thing, un personaje que gracias a Swamp Thing es parte de un robo amistoso entre creadores (ambos personajes son científicos que tras sufrir un accidente se vuelven monstruos vegetales y que resultan ser guardianes de la naturaleza). Fue en esa etapa en la que Gerber decidió incluir a un nuevo personaje: Howard el pato, quien apareció en tan sólo unas páginas del cómic pero aun así llamó la atención de tal manera que en 1976 obtuvo su propia serie y Gerber se convirtió en rey con esa publicación gracias a que fungía como escritor y editor.

Howard el Pato representó uno de los mejores cómics de comedia que Marvel tuvo en su historia, con las aventuras de un personaje proveniente de otra dimensión que a punto de suicidarse, comienza a vagar por nuestro planeta encontrándose con cosas tan peculiares como una vagabunda obsesionada por los riñones y se vuelve su némesis, un hombre que se fusionó con un rábano de otro planeta para poder ser un superhéroe, una galleta de jengibre gigante… incluso llegó a ser candidato para la presidencia de Estados Unidos.

Uno de los mejores números es el 16. En donde se supone que deberíamos ser testigos de cómo Howard combate al Dr. Bong pero el cómic se vuelve una carta por parte de Steve Gerber mencionando lo complicado que resulta ser escritor de cómics. Eso te habla del nivel humorístico que podía poseer el cómic: uno repleto de existencialismo generado por la filosofía del autor y que de paso se burlaba del medio y de lo que era rentable.

En una de las coincidencias de la vida, Howard haría una parodia hacia Star Wars.
En una de las coincidencias de la vida, Howard haría una parodia hacia Star Wars.

El personaje no pasó desapercibido a tal grado de que George Lucas se hizo fanático del cómic; Lucas había salido de las producciones de Star Wars y estaba ansioso por encontrar nuevo material para trasladar al cine. Estamos hablando del hombre detrás de la franquicia más rentable de la historia del cine buscando algo nuevo qué hacer, todos los estudios estaban dispuestos a aceptar lo que su eminencia quisiera. Y es cuando Lucas consigue a Willard Huyck y Gloria Katz para que trabajen en una adaptación en Universal Pictures, originalmente contemplada como una versión animada pero el estudio quería una película en “live action”, para competir en el verano. Problemas a la hora de filmar y de promoción dieron como resultado uno de los fracasos de taquilla más grandes de 1986, una aberración para la industria del cine, y la ruptura de la imagen perfecta que hasta en ese entonces había mantenido George Lucas.

Howard (Chip Zien) es un pato que vive en una dimensión llamada “Duckworld” donde obviamente todos son patos. Mientras está sentado en su sala es absorbido por una fuerza extraña que lo traslada hacia el planeta tierra; la idea de que exista un pato que habla hace que la gente se lo tome a broma y lo maltratan, hasta que Howard conoce a Beverly Switzler (Lea Thompson) quien decide llevarlo a su casa tras rescatarla de unos rufianes. Howard y Beverly comienzan a indagar por qué Howard terminó en esta dimensión, y descubren que es parte de un experimento fallido del doctor Walter Jenning (Jeffrey Jones) quien termina poseído por un ser de otra dimensión que a diferencia del pato no es nada amable.

Voy a mencionarlo de una vez por todas: Howard el pato no es la peor película de la historia, ni tampoco merece el título de la peor adaptación de un cómic. Es simplemente… una de las cosas más extrañas que se hayan decidido adaptar, y más cuando sabes que proviene de un capricho de George Lucas.

Los realizadores fallaron en comprender en qué hacía al cómic tan divertido y deciden jugar sólo con la idea de que hay un pato rondando entre los humanos. El cómic trata sobre la sátira y a su héroe casi nunca lo vemos feliz, estos elementos se podrían haber adaptado en una película, es decir… hacer una película que referencial y absurda se burlara del medio y los productores, pero esta idea quedó rechazada. Y ahora tienes chistes de patos por casi dos horas.

Y, algunas insinuaciones sexuales de zoofilia nada propias para una película que buscaba ser para toda la familia.
Y, algunas insinuaciones sexuales de zoofilia nada propias para una película que buscaba ser para toda la familia.

Y aún con todo eso, agradezco que exista. Sé que habla muy mal de mí esto, pero he visto más veces Howard el pato que Iron Man o El caballero de la noche. Es mala, pero hay ciertos elementos que aprecio, porque a pesar de haber entendido mal el cómic, se percibe la pasión dentro de los involucrados en el proyecto.

Los efectos especiales por parte de ILM son bastante sorprendentes sobre todo en el animatronic de Howard que puede ser bastante expresivo, fue culpa de Universal Studios y su terca decisión de no mostrar al personaje gracias a una mala recepción en un previo de audiencia lo que causó que la gente mencionara lo malo que se ve, pero eso no es cierto, puedes ver la calidad en las criaturas de la película (además de un stop motion muy bien realizado en la secuencia final).

No voy a defender a Tim Robbins que tiene un personaje tan molesto como la arena en el pelo, pero Lea Thompson es una representación fidedigna de la Beverly de papel: una chica que está buscando cómo sobrevivir en este mundo y que trata de tener un aire positivo sobre lo que le pasa, es por ello que en Howard encuentra un alma gemela, porque son unos fracasados. Y la elección de Chip Zien para hacer la voz de Howard resulta excelente por su voz tan nasal y agresiva (que creo que de haber tenido la voz de un famoso de ese tiempo no habría funcionado).

Y Jeffrey Jones siempre es agradable de ver por antonomasia, como el inepto villano de los ochentas.
Y Jeffrey Jones siempre es agradable de ver por antonomasia, como el inepto villano de los ochentas.

Lo mejor proviene de parte de su selección musical, que tiene canciones escritas por Thomas Dolby y George Clinton interpretadas por Lea Thompson quien se esforzó en aprender a cantar y tocar la guitarra para la película. En el lado del score se encuentra un trabajo tan ridículamente hermoso de John Barry (el amo y señor de la música de James Bond), que decide darle temas de saxofón a Howard para dar énfasis a su soledad en nuestro mundo, y un tema romántico para Beverly (porque sí, en esta película y en el cómic, una mujer y un pato son pareja).

Oír “Lullaby of Duckland (From Howard The Duck)” en Spotify

Steve Gerber sufrió tanto en esta vida por ser olvidado como creador en Marvel, una ironía tomando en cuenta que la película sobre su amado personaje pasaría a la infamia colectiva de ser considerada una horrenda adaptación, lo cierto es que… al igual que su obra, comienza a tener adeptos que no buscan ver reflejado a Tolstoi, sino que quieren ver una película estúpida que captura la esencia de los años ochenta.

No voy a mentir y sé que la película tiene a sus detractores, pero ¿Al grado de decir que es de las peores de la historia? Lo dudo mucho, incluso como la peor de Marvel es un título agresivo (¿No han visto Elektra, Nick Fury, Man Thing, F4?). Hay elementos que creo que la hacen disfrutable y sobre todo si analizas que estás frente a una película vulgar cuyo personaje principal es un pato que fuma, bebe, adora la pornografía, y encima salva al mundo, es algo que no debería de existir.

Yo por mi parte siempre espero que uno de mis personajes predilectos sea referenciado o aparezca en una obra de la compañía, y quién sabe, han pasado 30 años desde que tuvo un largometraje, quizás ya sea tiempo de que vuelva a este mundo que no le pertenece.

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