Tengo que confesar con tristeza que veo a nuestros diputados locales del PAN y me dan pena ajena. Y veo a nuestro Gobernador y sinceramente me desilusiona su actuar.
No alcanzo a comprender el empuje que se le ha dado desde el Palacio de Gobierno a Carlos Zamarripa, actual Procurador de Justicia del Estado y quien ha estado en ese cargo por espacio de 8 años -ha estado con tres Gobernadores-, para convertirse en el Primer Fiscal General del Estado por los siguientes 9 años.
Los Diputados de Acción Nacional aprobarán sólitos el nombramiento que les instruyó su Coordinador de Bancada. Ello, gracias a su mayoría aplastante en el Congreso. Desgraciadamente el nivel de discusión política de hoy se reduce a donde quiero estar dentro de tres años. Por eso, ninguno de los 19 diputados panistas está dispuesto a no seguir las órdenes del Gobernador, pues en automático lo dejarían fuera en las siguientes elecciones.
¿Por qué no tenemos estadistas en lugar de chambistas? Caray, cuanta falta nos hacen servidores públicos verdaderamente comprometidos. Además, eso nos lleva a una pregunta: ¿qué caso tiene que cualquiera de esos 19 hayan ganado sus distritos pues la gente los votó, si en realidad están al servicio del gobernador y no de la gente? Y además, que los diferencia a ellos de cualquiera otra persona que el PAN pudo poner, si no tienen ideas y comportamientos propios. Es decir, como sociedad nos da igual que estén ellos o cualquier otro panista pues de todas formas son solamente un voto más en el Congreso a favor del Gobernador. Que pena me da su comportamiento pues desaprovechan una oportunidad increíble para trascender y para que nos podamos sentir orgullosos de ellos.
Guanajuato vive hoy la peor crisis de seguridad y de procuración de justicia en su historia. Los números nos ponen como el estado con mayor índice de violencia en el país. Las mujeres hoy están en peligro como nunca antes; Somos la portada negativa de las principales revistas y diarios. Pero el indicador más grave es el miedo que tenemos hoy todos en Guanajuato. Ese crecimiento exponencial se ha dado precisamente durante el último sexenio con Miguel Márquez al frente y en los meses que lleva el gobierno de Diego Sinhué Rodríguez, justo el tiempo en que ha estado Carlos Zamarripa al frente.
No se le puede cargar toda la responsabilidad a Zamarripa, eso me queda claro. Mucho de lo que sucede hoy en Guanajuato es producto de algunas condiciones y situaciones desafortunadas y no necesariamente imputables a él. Sin embargo, seguramente es más responsable él, que cualquiera de nosotros que no estamos sentados en esa silla donde se toman decisiones en materia de seguridad. Con certeza algunas o varias de sus decisiones y de la política que en materia de seguridad encabezan tanto él como Alvar Cabeza de Vaca como Secretario de Seguridad Pública, han incidido en la problemática que hoy vivimos.
Yo pregunto ¿por qué si es evidente -al menos para los ciudadanos alejados de las esferas de poder- el rechazo a la inseguridad, a las políticas públicas en la materia y también a quienes encabezan las áreas de seguridad en nuestro estado, el Gobernador se empeña -gastando quien sabe cuanto de su capital político- a impulsar lo que es evidentemente una necedad y sobretodo una preocupación?, pues la pregunta obligada es ¿quien manda: Diego Sinhué o Carlos Zamarripa?
Tendremos un poderoso Fiscal General, que tendrá atribuciones que sobrepasan algunas de ellas lo deseable.
Por ejemplo, en la iniciativa de Ley de la Fiscalía General del Estado que envío en Grupo Parlamentario de Acción Nacional, se establece que será el Gobernador quien pueda remover al Fiscal y no el Congreso. Eso es una aberración, pues entonces de que autonomía hablamos, pues de facto seguirá siendo parte del Gabinete.
Por otra parte, se especifica que habrá fiscalías especializadas en diferentes materias tales como Derechos Humanos, Delitos de Alto Impacto, Secuestros, Delitos Electorales, etc. Sin embargo, a estos Fiscales Especiales los nombrará y podrá remover directamente el Fiscal General. Después de ver que de facto el Fiscal será subordinado del Gobernador, resulta preocupante que los nombramientos de los titulares de las fiscalías especiales no necesiten de la aprobación o participación del Congreso.
Es tan absurdo el tema aquí, que nadie nos dice porqué Zamarripa es el único capacitado para el puesto. El Gobierno panista defiende el nombramiento, pero no nos dicen porqué debe ser él y no otra persona.
¿En verdad entre los más de 5 millones de Guanajuatenses no existirá alguien más con la capacidad? Yo fácilmente les podría dar 10 nombres de personas con la capacidad, los tamaños y la honestidad necesaria para realizar un trabajo digno y acorde a las expectativas.
De ese tamaño las incongruencias, de ese tamaño el poco interés en la gente de este gobierno.
El costo político que pagará Diego Sinhué estoy seguro que será altísimo. Y ¿para qué habrá sido? No lo se.
