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jueves, abril 18, 2024

Reflexiones sobre la ITM Hannover Messe

*Por Jonathan Palafox 

El lugar es León, Guanajuato. La fecha, 6 de octubre. No es el día de la inauguración, pero el ambiente es igualmente animado, amable, agradable. Lo que se intuía desde el estacionamiento, en los pasillos se comprueba: la asistencia es nutrida y la organización es buena. Eso, al menos, desde la perspectiva del que escribe. Esto no es una evaluación, es un relato.

La ITM Hannover Messe, una exposición donde grandes empresas de distintos tamaños y orígenes hacen muestra y gala de sus productos y servicios pero, sobre todo, están presentes para conectar, conversar con otros que quizá ni siquiera sabían que los andaban buscando.

La feria, una extensión de la Hannover Messe que acontece en Alemania desde mediados del siglo pasado, tiene diferentes caras, que se muestran según la perspectiva desde la que la analicemos. Una de ellas nos habla de la ciudad, León, un centro urbano sumamente importante no solo para el estado sino para la región y el país. León ocupa un lugar privilegiado geográficamente y forma parte de la cadena de municipios que colocan al estado en el sexto lugar nacional en cuanto a PIB. Eso se nota. La ciudad es una ciudad creciente, atractiva y con aspiración cosmopolita al aglutinar y arropar a un buen número de distintas comunidades extranjeras. En ese sentido, también se nota que los esfuerzos orientados a mantener la infraestructura de la ciudad deben incrementarse, para evitar que la popularidad y relevancia ganadas terminen por jugar en contra. Y, por supuesto, también los esfuerzos orientados a la seguridad y a la percepción de esta.

Otra cara que nos da el evento para el análisis es la de la tecnología. Mucho ha cambiado en este aspecto durante la última década, si bien es cierto que no todos los sectores cambian al mismo ritmo. El sector automotriz, por ejemplo, al que pertenecen la mayoría de las empresas que suelo visitar, es quizá el que ostente con mayor claridad la implementación de los productos y servicios mostrados en la ITM. Reconozco que mi impresión no es más que anecdótica, pero si tuviera que apostar, esta sería mi elección. Quizá sea el hecho de que la mayoría de estas empresas provengan del extranjero lo que facilite el cambio organizacional que resulta necesario para mantener el ritmo en una sociedad hiperconectada. Si bien los tiempos futuros no son claros (la guerra actual en Europa y los sentimientos y políticas nacionalistas que han emergido) el mercado sigue siendo global, y una reconfiguración no sucederá de la noche a la mañana.

Otros sectores, sin embargo, pueden aprovechar menos estos avances. En ocasiones impedidos por los costos, en otras por la practicidad. Con motivo de la feria, justamente, dialogaba con un amigo respecto de la cabida que tenían los robots y automatizaciones en ciertas industrias más tradicionales. Aunque la conversación fue más larga, las conclusiones fueron concretas: sigue siendo más productivo y rentable tener a personal humano, en ciertas áreas. Antes de esa conversación, juzgaba con dureza a ciertas empresas que parecían resistirse al cambio tecnológico. Ahora no pienso igual. Aun en condiciones controladas, durante el evento, pude notar como algunas demostraciones fallaban. Estoy seguro de que los productos de hoy son superiores, en algún aspecto, a los presentados el año pasado, pero no son todavía universalmente buenos. Esto, lejos de desanimarme, me hace pensar que los sectores de la industria que aún no han adoptado tecnología están a la espera y convencidos de su utilidad, solo pendientes del momento en que puedan confiar al menos tanto como en el personal actual.

Una cara adicional que nos brinda el evento es la social. El esfuerzo al que debemos enfocar nuestras baterías es al sector de la educación, para formar profesionales más capaces y en áreas más demandadas. No es poco el tiempo que vengo pensando que es difícil lograr el ideal que le han vendido últimamente a los jóvenes (no sé quién o con qué fines), ese de “hacer lo que te gusta”. Las dinámicas de trabajo y recompensa se están reacomodando, y resulta evidente que no son sostenibles las mismas prácticas que se mantenían en generaciones anteriores; sin embargo, considero más adecuado un esfuerzo integral, estado-sociedad, para lograr transmitir con pasión los conocimientos de las carreras y/o actividades que resulten más demandadas, más útiles para la generalidad, de manera que toda la comunidad pueda beneficiarse de esto. Es en la manera de presentar y transmitir las distintas temáticas donde se encuentra el secreto para que nuestros jóvenes encuentren vocaciones que no sabían que tenían.

Al caminar entre los stands, pienso todo esto. Veo empresas consolidadas, tractoras, generadoras de empleo, bienestar y movilidad social. Veo otras con aspiraciones elevadas, dispuestas a dejar la piel para convertirse en referentes. Veo la sonrisa y las formas en que la gente conversa, en general; cómo se dan la mano e intercambian datos; cómo se agendan reuniones posteriores o se cierran incluso algunos tratos. Veo todo esto, y de pronto el futuro, ese que está contaminado a diario con noticias de otras secciones, menos alentadoras, puede no ser tan desagradable.

Veo un futuro posible y reconfortante, y el viernes, al terminar el evento, le propongo a mi equipo construirlo.

* Ingeniero en Sistemas Computacionales, fundador de Tres Factorial Ingeniería de Software. Miembro de Canieti Guanajuato desde 2018 y Coordinador de la Comisión de Innovación en Concamin.

jonathan.palafox.lopez@gmail.com

twitter @jpalafoxlopez

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