- Publicidad -
viernes, abril 19, 2024

Extraterrestres y pseudociencia

Mtro. José Gustavo Sámano Dávila.

Universidad de Guanajuato/CEFTA

 

En 1985 hacia aparición en las librerías de todo el mundo la novela Contacto, del astrofísico, escritor y divulgador de la ciencia Carl Sagan. En 1997 llegaría a los cines la adaptación cinematográfica, protagonizada por una genial Jodie Foster. El argumento de Contacto es el siguiente: la doctora Ellie Arroway es una astrofísica que trabaja con radiotelescopios tratando de encontrar señales de radio de civilizaciones extraterrestres. Un día se topa con una señal que resulta ser las instrucciones para construir lo que parece ser una nave espacial.

La historia de la película y de la novela, que es bastante buena, pone al lector frente al siguiente dilema: ¿debe la doctora Arroway malgastar sus talentos y su enorme inteligencia en la búsqueda de vida extraterrestre? La respuesta de la historia es un rotundo ¡SÍ! En Contacto este optimismo tiene un buen resultado, la astrofísica logra su cometido, sus esperanzas de encontrar vida extraterrestre inteligente se cumplen y el proyecto, después de muchos años, logra triunfar. Así se hace la ciencia: primero no le creen a Galileo, lo condenan y años después es un héroe de la ciencia. Lo mismo con la protagonista de Contacto… ¿o no?

En la novela, Carl Sagan es muy consciente del conflicto que la protagonista debe entablar con sus colegas: es una científica, y debería estar haciendo verdadera ciencia en lugar de perder el tiempo buscando “hombrecillos verdes”; ella, sin embargo, defiende que lo que hace también es ciencia. El mismísimo Carl Sagan fue un firme defensor de la búsqueda de vida extraterrestre inteligente. Si la ficticia Ellie Arroway es científica y cree que existan extraterrestres, y el científico real Carl Sagan cree que existen los extraterrestres, entonces ¿es que hay un verdadero fundamento científico para la búsqueda de vida extraterrestre? La respuesta, querido lector, es un rotundo NO.

Carl Sagan fue por mucho tiempo el rostro del programa SETI (Search for extraterrestrial Intelligence) y uno de sus principales impulsores. De hecho, la novela y la película que he mencionado pueden considerarse como propaganda del programa. La idea de buscar comunicaciones extraterrestres mediante el uso de radiotelescopios surgió en el año 1959, con la publicación, en la prestigiosa revista científica Nature, de un artículo titulado Searching for Interstellar Communications. En dicho artículo, se suponía que, en caso de que una hipotética civilización extraterrestre se quisiera comunicar con otra civilización desconocida, lo más probable es que usaran ondas de radio de una frecuencia equivalente a la de la emisión de frecuencia de las moléculas de hidrógeno, el elemento más abundante en el universo. De esta suposición, y de este artículo, surgió el proyecto SETI, que ha utilizado potentes radiotelescopios, como el de Arecibo, en Puerto Rico (que sale en la novela y en la película Contacto), en vano durante casi medio siglo.

Pero, seguro se está preguntando usted, amable lector: ¿si un artículo científico en una revista científica plantea la posibilidad de existencia de vida extraterrestre inteligente, y además un reconocido astrofísico y divulgador de la ciencia admite dicha posibilidad, y además se usan radiotelescopios (que son cosas que usan los científicos), entonces la búsqueda de vida inteligente debe ser considerada como una empresa científica legítima? Pues no.

Una hipótesis no se convierte, ipso facto, en una teoría científica sólo por publicarse en una prestigiosa revista científica, como Nature. El razonamiento empleado, “si hubiera una civilización extraterrestre, entonces se comunicarían así” no es válida simplemente porque ha sido supuesta, necesita demostración. Además, el hecho de emplear infraestructura y tecnologías ligadas a la investigación científica no hace a cualquier investigación científica: los ordenadores se inventaron para hacer cálculos complejos y difíciles, pero eso no significa que todo lo que yo haga con mi ordenador sea algo científico, si ese fuera el caso, usted estaría haciendo ciencia cada vez que ve porno en su ordenador.

Carl Sagan es un reconocido hombre de ciencia. Si él cree en extraterrestres, entonces creer en extraterrestres es algo científico, ¿o no? Claro que no. No todo lo que hacen o creen o comen los científicos es ciencia. Los científicos también se equivocan, también tienen creencias no justificadas, también pueden ser malos, también pueden apreciar el buen arte, o apreciar el mal arte, o creer en extraterrestres, o en fantasmas, o en el socialismo, o en la democracia, o en el monstruo del armario.

Por lo tanto, la búsqueda de vida extraterrestre no está justificada científicamente. Pero sí que puede estar justificada de otras formas. Puede estar justificada por el anhelo de descubrir una verdad más interesante, por la esperanza de no estar solos en el universo, o yo qué sé. A veces vale la pena creer en algo ciegamente. Sin embargo, no deje usted que le vendan como científicas cosas que no lo son. Aunque esté vestido de matemáticas.

Otro mito pseudocientífico es la famosa ecuación de Drake. Esta ecuación permite calcular la probabilidad de encontrar civilizaciones extraterrestres en la vía láctea capaces de comunicarse con nosotros. La ecuación es N=R*fp*ne*f1*fi*fc*L; para entender que esta ecuación no tiene nada de científica, basta con explicar lo que significa una de esas variables: fi  significa los planetas en los cuales se ha desarrollado vida; la siguiente variable es la fracción de éstos planetas en los que se ha desarrollado vida inteligente. ¿De dónde se supone que vamos a sacar esa información? Además, si conociéramos esos datos, el problema ya estaría resuelto (puesto que sabríamos con toda certeza que sí existen los extraterrestres y que sí se pueden comunicar) y no necesitaríamos la ecuación para nada. Además, ¿de dónde sacaron la ecuación? Ésta fue inventada de la nada, sin ningún tipo de experimentación de por medio, ni ningún razonamiento que la justifique. De hecho, fue un miembro del SETI, Frank Drake, quien la propuso. Ni la ecuación de Drake ni el SETI han generado algún dato convincente; lo único que han generado son novelas y películas de ciencia-ficción.

Créame, querido lector, a mi me encanta Contacto. Pero la búsqueda de vida extraterrestre no es ciencia, es pseudociencia, y sólo sirve para hacer buena ciencia ficción.

Sporadikus
Sporadikus
Esporádico designa algo ocasional sin enlaces ni antecedentes. Viene del latín sporadicos y éste del griego sporadikus que quiere decir disperso. Sporás también significa semilla en griego, pero en ciencia espora designa una célula sin forma ni estructura que no necesitan unirse a otro elemento para formar cigoto y puede separarse de la planta o dividirse reiteradamente hasta crear algo nuevo. Sporadikus está conformado por un grupo de estudiantes y profesores del departamento de filosofía de la UG que busca compartir una voz común alejada del aula y en contacto con aquello efervescente de la realidad íntima o común. Queremos conjuntar letras para formar una pequeña comunidad esporádica, dispersa en temas, enfoques o motivaciones pero que reacciona y resiste ante los hechos del mundo: en esta diversidad cada autor emerge por sí solo y es responsable de lo que aquí se expresa.

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO