¡Qué bonito estuvo el cuarto informe de Miguel Márquez Márquez! Los que sólo oímos algo de su discurso por la radio nos perdimos de la pantalla gigante de alta definición que adornaba el patio del antiguo Colegio de la Enseñanza, del tradicionalísimo besamanos, de los acarreados, de las sonrisas chuecas de tanto forzarlas, de las cascadas de cumplidos y de la escenografía futurista que augura desarrollo, derrocha orgullo y apabulla al ciudadano de a pie.
Todo, como es tradición, pagado con nuestros impuestos, incluyendo esos spots de auto aplauso, tan queridos por nuestros políticos, y el sarao del post-informe, servido por decenas de meseros de negro riguroso. Por fortuna, el espectáculo de postín habría llegado a la perfección de no ser por el grupo Cabildo Ciudadano, que a través de una lona, menos futurista que todo el tinglado, pero hiperrealista en su expresión, pedía prisión para Sixto Zetina y, con una sintaxis algo defectuosa, lo calificaba como: “Ladrón de ladrones”.
Aquí haré una breve digresión porque en esa frase no sé en qué forma se refiere a las víctimas. ¿A que Zetina nos ha robado a los habitantes de la ciudad? Bueno, yo no me daría por aludido, pues no me considero ladrón. O más bien, ¿se refieren a que ha robado a otros ladrones? De ser este último caso, él se convertiría en sus similares y esto entrañaría una paradoja. Cómo podrían pedir cárcel para Sixto si el famoso adagio reza: “Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón”. Interpreto, sin embargo, que el sentido se refiere a que nuestro anterior Presidente Municipal es considerado por Cabildo Ciudadano como un jefe de ladrones, un ladrón experto o ejemplar.
Seguro por esto mismo han interpuesto acción legal en su contra, en vista de que las averiguaciones de las autoridades encargadas de fiscalizar los delitos en contra del erario, no son sólo lentas, sino también parecen actuar según se mueva la política local o estatal. En cualquier caso, me gustaría conocer, como a muchos más irapuatenses, las pruebas sobre las cuales se sustenta la acusación.
Pero volvamos al discurso, a la fiesta, a las palabras de aliento y encomio. No me sorprende que el pasado domingo, tras el show mediático se publiquen sobre el informe dos engroses en los diarios, con 22 páginas en total, con muy poco para leer pero más de 47 pautas publicitarias pagadas principalmente por ayuntamientos, entidades gubernamentales y educativas. Todos reparten abrazos al Lic. o C. Gobernador, según; dan las gracias, y, sin excepción, felicitan. Celaya, Acámbaro, Salamanca, Irapuato, Juventino Rosas, Apaseo el Grande, Uriangato, Valle de Santiago, Tarimoro, Abasolo, Pénjamo, Cuerámaro, Purísima y San Francisco del Rincón le entraron al gasto de publicidad. Al igual que la Universidad de Guanajuato, la Japami, el Poder Judicial del Estado, la COEPES, la AJEI (reto a los lectores a descifrar estas últimas siglas), empresas de catering, colegios de primaria hasta preparatoria, diputados a nombre propio o colectivo y otras variaciones mutantes.
La lista es muy variada porque incluye instaladores de audio para coches, constructoras, la unión ganadera regional de porcicultores, hoteles, la asociación sindical de trabajadores administrativos de la Universidad de Guanajuato (ASTAUG), y hasta el equipo de basquetball de las Abejas de Guanajuato… talvez a la espera de mejores uniformes este año para que puedan incluirse en el informe del año entrante.
Pero el mejor anuncio de todos, a mi modo de ver, lo hizo una empresa llamada “Oriental refaccionaria”. Ellos no felicitan, no abrazan, ¿por qué? seguro que aplican el mismo rasero de nuestras instituciones que no nos agradecen por declarar y pagar impuestos, ni por respetar los semáforos en rojo, se supone que es parte esencial de la convivencia ciudadana, como para un gobernante lo es rendir cuentas a sus gobernados.
La frase, enigmática como si proviniera de algún texto tan oriental como la empresa mencionada, dice: “El crecimiento y desarrollo del estado va encaminado con el compromiso y la fortaleza de quienes lo hacen posible”. Eso es todo, sin nombres propios, limpio, claro; hasta auto referente. Recomendaría a Cabildo Ciudadano acercarse a su agencia de publicidad.
¿Hay que felicitar y aplaudir? No. No siempre, y de igual forma es posible apartarse del cliché, de lo manido para parecerse menos a los aduladores, o a los políticos tradicionales. Y claro, como nos lo enseña esta empresa, también puede hacerse con mucha elegancia.
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