- Publicidad -
viernes, marzo 29, 2024

Fragmentado

M. Night Shyamalan es auténtica encarnación del mito de Ícaro: un hombre que lo tuvo todo en un momento de gloria, para posteriormente derrumbarse en un océano con las alas inservibles por tratar de acercarse al sol. El sexto sentido () fue prueba máxima de su talento, pero gracias el inusitado logro por parte de un director nuevo en Hollywood, Shyamalan comenzó a creer con fervor lo que se decía de él: que era el nuevo Spielberg.

Shyamalan no logró distinguir entre sus capacidades y limitantes y poco a poco comenzó a tropezar con su ego. Generando un cansancio en los giros de tuerca como si él los hubiese inventado, dirigiendo un proyecto basado en una historia que según le contaba a sus hijos por las noches y que también era un ataque hacia sus detractores (en el cameo que más se acerca al término “autofelarse”), y lo peor vino cuando fue el encargado de adaptar una de las series animadas más queridas en tiempos modernos con una torpeza y prejuicios de no entender el material original considerando que, según él, era un fanático incondicional, poco importaba si era el autor de una película o de si tuviese un bodrio con Will Smith en el papel estelar: Shyamalan era veneno, y los estudios se dieron cuenta.

Rechazado del gremio de calidad (en un acto bastante curioso, porque de taquilla no le va nada mal), Shyamalan se comenzó a dedicar a una serie de pequeños proyectos de un presupuesto inferior a los anteriores, en aras de recuperar su estilo. “La visita” (2015) no resultó ser el regreso triunfal del director que seamos honestos, adoramos odiar… pero sé que muy en el fondo me gustaría volver a ver a ese Shyamalan que perfeccionó el concepto de un héroe trasladado al mundo real mucho antes de que este se pusiera de moda.

Todo parece indicar que hoy por hoy, algo de eso ha regresado.

Claire, Marcia y Cassey son una jóvenes que terminan secuestradas por un misterioso hombre que poco a poco descubren que padece de un severo caso de personalidad múltiple. El hombre llamado Kevin ha vivido con 23 personalidades en su vida entre las cuales siempre destacan 4: Hedwig (un niño de 9 años), Dennis (un obsesivo compulsivo), Patricia (una mujer inglesa que arroja datos curiosos) y Barry (un experto en modas). Casey es la única que termina intentando comprender su situación y razón de su estadía, mientras que las otras dos tratan de escapar ante cualquier intento, y es algo preocupante ya que la doctora Karen Fletcher comienza a sospechar de que Kevin necesita ayuda, pues ha estado recibiendo varios correos por parte de Barry advirtiéndole de la llegada de una nueva personalidad llamada “La Bestia”.

Hay muchas cosas que se pueden apreciar de la nueva película de Shyamalan. Y es que por primera vez en mucho tiempo, decide llevar la trama de su película sin pretensiones artísticas ni complejidades, es una obra de suspenso en el que ni las protagonistas ni la audiencia se sienten seguras gracias a la inestabilidad de parte de Kevin. Queremos indagar sobre su vida, pero también queremos saber el plan que tiene, y eso es en gran parte por un excelente James McAvoy.

Quien presenta las diferentes personalidades con un toque de humor negro y que tiene el reto de mostrar a cada una con una diferencia notoria para que nosotros podamos discernir de un niño que adora a Kanye West a un hombre que tiene una fascinación por ver adolescentes desnudas; es increíble lo que logra porque su acciones corporales también representan gran parte de cada personaje y en los momentos finales es una auténtica bestia.

También tienes una aparición por parte de la más reciente “scream queen”: Anya Taylor-Joy, quien le da más sabor al clásico papel de la “damisela en peligro” por la complejidad de Casey quien más que verse asustada, como que intenta conectar con el problema de Kevin, muy a pesar de que no lo conozca en su totalidad (sino a través de sus diferentes personalidades).

Si bien se extrañan las colaboraciones habituales de Tak Fujimoto y James Newton Howard en una dura decisión por parte del director, ha encontrado un trabajo excelente con las capacidades de Mike Gioulakis y West Dylan Thordson. El primero no es sorpresa de que haya sido contratado como el cinefotógrafo del proyecto ya que Shyamalan se ha declarado fanático de “It Follows” (2014), película de donde se estrenó en la cámara. Gioulakis es capaz de ser creativo en ciertos momentos –como en la excelente secuencia del robo- y va muy acompañado del score de Thordson, que raya más en el estilo pero que se adecúa a la historia de un hombre trastornado.

Fragmentado es un retorno agradable por parte de un director que ya no tenía esperanza. No trata de ser un documental fiable sobre la enfermedad –y bajo ese argumento no se le debería de criticar- sino que genera un contenido que… para mi sorpresa, está interconectado con mi película favorita del realizador. Sé que fue algo barato y bien pudo hacerse mejor, pero creo que estamos dispuestos a otro acercamiento a ese universo semi realista que hizo en sus viejas glorias, y más importante: esta es una oportunidad de perdonar a aquel que parece haber entendido que sí es un genio dirigiendo… siempre y cuando no tenga la cabeza muy atorada en el trasero.

 

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO