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jueves, abril 25, 2024

Gobernanza urbana en las ciudades de Guanajuato

La ciudad, es la expresión material que refleja el pensamiento de la sociedad que la integra. La ciudad, es un fenómeno tan transparente, que incluso también es el reflejo de aquellos excluidos que en apariencia no integran ninguna sociedad. La ciudad, es la representación física de las decisiones públicas de quien hemos decidido nos administren. Y también es el resultado de la apatía de los ciudadanos, que dejamos a quien gobierna tome decisiones en las que debiéramos participar.

La ciudad, puede ser la solución a los problemas que enfrentamos como sociedad: pobreza, crisis medioambiental, inseguridad, discriminación, violencia, migración, entre otros; pero también, la ciudad es parte de los problemas que tenemos.

El Índice de Ciudades Prósperas, es un instrumento de medición de las condiciones que definen la prosperidad urbana, que busca generar un debate y discusión de políticas públicas hacia la prosperidad. La herramienta fue elaborada por el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU- Hábitat), y funciona como un marco para monitorear los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Resultan interesantes los altos estándares que abarcan la idea de “ciudad próspera”, sobre todo por las condiciones actuales adversas en las que vivimos en nuestras ciudades. ONU-Hábitat, señala que una ciudad prospera es “el lugar donde los seres humanos encuentran satisfacción a sus necesidades básicas, donde se provee de los servicios públicos esenciales y donde existen oportunidades y condiciones de bienestar. Las ciudades son vistas como el lugar donde las personas alcanzan sus metas, aspiraciones y otros aspectos intangibles que incrementan las expectativas de bienestar individual y colectivo.”

Si bien, el concepto se antoja lejano a nosotros, también es que tenemos derecho a aspirar a semejantes alcances, partiendo de reconocer que los modelos deficientes de ciudad en los que vivimos en Guanajuato, no son únicamente producto de la coincidencia, sino es el resultado de la falta de aplicación de la normatividad y la falta de instrumentación de políticas públicas.

El Índice de Ciudades Prosperas, México, 2018, en cuanto al Estado de Guanajuato, refleja la revisión realizada a diecisiete ciudades: Apaseo el Grande, Celaya, Guanajuato, Irapuato, León, Salamanca, Silao de la Victoria, Villagrán, Acámbaro, San Miguel de Allende, Dolores Hidalgo Cuna de la Independencia Nacional, Pénjamo, Salvatierra, San Felipe, San Francisco del Rincón, San Luis de la Paz y Valle de Santiago.

De todos los elementos que conforman al Índice de Ciudades Prósperas, voy a resaltar el último, relativo a la Eficiencia del Uso del Suelo, de la subdimensión “Gobernanza en la urbanización”, del índice “Gobernanza y Legislación Urbana”; relacionado a las mediciones en las ciudades de Guanajuato.

Para dar contexto al concepto, es necesario comprender que la “eficiencia del uso del suelo” se refiere a la relación entre la tasa del consumo del suelo y la tasa de crecimiento de la población urbana, es decir qué tanto crece la ciudad innecesariamente, desproporcionalmente, desconcentradamente, fragmentadamente, dispersamente.

Vamos a recordar que las ciudades que crecen de manera dispersa, son ciudades menos competitivas en las que se encarecen los servicios públicos, con la clara consecuencia de que el que los paga es el ciudadano usuario del servicio. Son ciudades cuyo crecimiento desconcentrado genera grandes extensiones de suelo vacantes o con deficiente urbanización, carente de servicios, sin consolidación de vialidades, en las que la inseguridad por la falta de alumbrado público se vuelven solitarias, teniendo por supuesto como principales víctimas de todo tipo de delitos, a las mujeres y niños.

Una ciudad dispersa, desaprovecha el suelo urbano y la dotación existente de servicios públicos, inhibe el desarrollo social, y  es agresiva con el medio ambiente al cambiar los usos de suelos forestales, en búsqueda de la urbanización de cerros y sitios con alto valor ambiental. Además, genera una dependencia del vehículo particular, con la consecuente contribución de contaminación de gases efecto invernadero, ante las cada vez más grandes distancias a recorrer al interior de las ciudades dispersas, aunado a la carencia de transporte público en las periferias.

Una vez puesto en contexto, tenemos que el resultado del Índice de Ciudades Prósperas, en lo que respecta a la “Gobernanza y Legislación Urbana”, dentro del que se encuentra la Eficiencia del Uso del Suelo, fue catalogado como MUY DÉBIL en trece de las quince ciudades evaluadas, y como DÉBIL, en dos, catalogándose el impacto entre “muy negativo” y “negativo” en el índice de prosperidad urbana.

Resulta tan trascendente el indicador de “Gobernanza y Legislación Urbana”, que el mismo Índice de Ciudades Prósperas, señala que, cuando el resultado de esta dimensión es bajo o muy bajo, no se pueden generar condiciones para mejorar de manera equilibrada el resto de los indicadores de la herramienta de medición (productividad, infraestructura de desarrollo, calidad de vida, equidad e inclusión social y sostenibilidad ambiental).

De ahí entonces la importancia de que los ciudadanos nos involucremos en la planeación de la ciudad contenida en los Programas Municipales de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Ecológico Territorial, y reconocer que el desarrollo sustentable de la ciudad requiere de una gestión multiactor que incluya a todos los ciudadanos.

Martín Barajas Torrero
Martín Barajas Torrero
Becario de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para el Programa de Estudios en Derechos Humanos y Políticas Públicas. Consultor en Ordenamiento Sustentable del Territorio. Abogado litigante en derecho administrativo. Incansable observador urbano, construyendo ciudades proveedoras de bienestar. martinbarajastorrero@gmail.com

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