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sábado, abril 20, 2024

Capítulo 49: Arqueología de la Arqueología. Primera parte

Esta sección cumple su primer aniversario el 18 de octubre, y me hace sentir satisfecho por contribuir con un granito de arena en la divulgación de la mejor disciplina que he conocido hasta el momento. La Arqueología. Y como en muchas ocasiones lo he reiterado, “Si existiera una mejor profesión que la Arqueología, seguramente la estaría haciendo”.

Y con este breve prefacio, quiero mencionar que dedicaré algunos capítulos para platicar un poco de la historia de la Arqueología, o como dice el título, a desenterrar algunos datos que contribuyan a que los lectores no familiarizados con esta ciencia, sepan acerca de su trayectoria.

Ya hemos platicado que la Arqueología inició como una forma de coleccionismo, que se fue perfeccionando gracias a las técnicas que fue adoptando y adaptando de otras ciencias, y que le venían perfecto para ofrecer discursos congruentes.

Pero ya que la Arqueología es una rama importante (como todas las demás) de la Antropología, tendríamos que preguntarnos de dónde comenzó a nutrirse de datos para explicar sus hallazgos.

En el caso de cómo se fue forjando la Arqueología Mexicana, puedo asegurar que los primeros elementos que tomó para su estudio es la Arquitectura, la lapidaria tan nutrida, la cerámica siempre presente, los artefactos de diversos materiales que se utilizaban a diario, ya fuera para arreglo personal, alimentarse, cazar, cultivar, etc.

Pero hay elementos del patrimonio intangible perteneciente a los antiguos mexicanos, de los que hoy sabemos gracias a los Códices Mesoamericanos y a los textos que dejaron muchos de los que llegaron a este continente con el afán de conquistarlo. Y supieron que no podrían lograr ningún sometimiento, si no conocían perfectamente las costumbres y las idolatrías de estos mexicanos.

Así que entre los textos más importantes de esa época, tenemos la “Historia general de las cosas de la Nueva España” de Bernardino de Sahagún. Una extraordinaria recopilación, vía la etnografía, que acumuló doce volúmenes perfectamente redactados en dos idiomas: náhuatl y castellano de esa época. Obvio, que no todo lo escribió él, pero fue el ideólogo para hacerlo.

Esta gran obra nos ha dado a los arqueólogos muchos elementos para acercarnos de alguna manera al grupo que en ese momento ejercía el poder en Mesoamérica: los mexicas. Aunque hay un grupo antagónico a estos, que se estableció en lo que hoy es Michoacán, justo en la Cuenca del Lago de Pátzcuaro: los purépechas o tarascos (ambos términos han generado discusiones académicas muy profundas acerca de si es uno u otro el nombre que se les debe de dar). Aunque en ese lugar hubo otros cronistas que dieron cuenta del proceso que vivían, no fueron menos importantes que los de Sahagún.

Y volviendo a los que escribieron con respecto al pueblo nahua y otros que no eran de filiación nahua (mayas, otomíes, zapotecos, etc.), existen otros documentos más, que fueron escritos o relatados por gente de la élite nahua y por europeos; trataré de resumir en este espacio algunos de ellos: “Las Cartas de Relación” (Cortés); “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” (Bernal Díaz del Castillo);Historia de los indios de la Nueva España” (Fray Toribio de Benavente); “Historia de las Indias” (Fray Diego Durán), entre otros. Y de los que representaron a las sociedades mexicanas (a tres muy importantes), y aunque no son los únicos, les dejo los nombres: Hernando Alvarado Tezozomoc, Domingo Francisco Chimalpain y Fernando de Alva Ixtlilxochitl.

Es muy importante saber y analizar a estos escritores, para que nos podamos dar una idea de las costumbres de cada grupo descrito en esas crónicas. Ya que, todo esto nos dará información importante para tratar de interpretar los hallazgos arqueológicos.

Entonces podemos decir que una de las fuentes primarias y principales del conocimiento de los arqueólogos, son estos importantes documentos. Y como ya lo mencioné, los códices mesoamericanos son una importante fuente, pero si no entendemos parte de lo que he mencionado, sería complicadísimo, interpretar a las sociedades del México Antiguo.

Estimado lector, espero sus comentarios al correo que viene más abajo. Nos leemos la próxima semana, que #HablemosDeArqueología.

NOTA: Todo lo aquí expresado, es producto de investigaciones formales, realizadas por varios profesionales, principalmente de la arqueología, así como de otras áreas académicas formales, con el afán de complementar el conocimiento aquí vertido. Las imágenes mostradas son extraídas, en su mayoría, de la revista Arqueología Mexicana y otras, tomadas del internet.

Cada artículo e imagen en estas crónicas, no tiene intención de dañar NI ofender ninguna posición política o religiosa. Son opiniones meramente científicas.

Los hipervínculos que aparecen son, normalmente, artículos de mi autoría y/o referencias necesarias para ampliar el tema.

CORREO: arqueolobocarlín@gmail.com

#HablemosDeArqueologíaCarlín

https://www.facebook.com/Mah-titlahtohcan-itech-arqueología-108577840559560/

Luis Humberto Carlín Vargas
Luis Humberto Carlín Vargas
Arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Coordinador General del Proyecto Cultural León Prehispánico (PCPAC). Coordinador Académico de los Diplomados de Arqueología e Historia de México (DAeHM). Ingeniero en Sistemas. Músico. Correo electrónico: luishumberto.carlin@pcleonprehispanico.com

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