La Post Revolución.
La década de los veinte y la de los treinta del S. XXI, va a traer un gran cambio en el paradigma de la Arqueología Mexicana.
Ya vimos que los años veinte son los que van consolidando el movimiento que surge después de la Revolución Mexicana: el Nacionalismo, que de verdad fue un revuelo impresionante, y que trajo aparejados, como ya lo mencioné, cambios muy profundos, no solo en lo arqueológico, si no en el México de aquellas décadas.
En 1932, el gran arqueólogo Alfonso Caso, junto con Martín Basán, hacen un gran hallazgo: la Tumba 7 de Monte Albán; que por su gran cantidad de objetos de muchos tipos y materiales, fue la catapulta para el arqueólogo Caso, que como muchos en aquel tiempo, y algo que ya expliqué en el capítulo anterior, eran “todólogos”, pero con estudios muy profundos en varias áreas.
Otro de los sucesos que se vivió en el sexenio de 1934 a 1940, es la expropiación petrolera, que se mandataba desde la promulgación de la Constitución Política de México, por Venustiano Carranza. Pasaron veinte años para que esta orden se cumpliera.
Obviamente, ese nacionalismo no se iba a quedar así nada más. Habría que darle a la Nación un gran prestigio en muchos rubros; entre ellos el educativo y el de identidad. Así que se crea el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto Nacional Indigenista (INI), entre las que van a destacar, sobre todo, en lo que respecta a la protección del patrimonio nacional.
Y así, bajo la tutela de la Secretaria de Educación Pública (SEP), nace el INAH, con la firme consigna de investigar y preservar el legado mesoamericano, que hasta entonces, carecía de un marco jurídico para hacer frente a los muchos saqueos que se vivían por aventureros e instituciones que llegaban a nuestro país para “investigar”.
Desafortunadamente hasta 1972, treinta y cuatro años después de fundada la institución, se consigue tener una “Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos”.
El primer director del INAH en 1939, fue el Dr. Alfonso Caso (abogado, arqueólogo, antropólogo). Antes de ser director, y también ya en el puesto, trabajó varias temporadas en Monte Albán (de 1931 a 1943). Como dato adicional, Caso, en algún momento, fue rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de 1944 a 1945, entre otros muchos cargos que ocupó en el gobierno federal. Si desea consultar la biografía de este interesante personaje, aquí dejo la liga.
Una de las consignas para el INAH, fue dar certidumbre de lo que era muy evidente desde hacía muchas décadas: que en este pedazo de territorio que hoy es México, se gestaron culturas y portentos de civilizaciones, desde hace más de treinta y tres mil años, y se tenían que equiparar a otras de las civilizaciones que ya eran conocidas en ese entonces en el mundo (griega, romana, egipcia, china, etc.)
Hoy el INAH, bajo la tutela de la Secretaría de Cultura desde 2015, ha cambiado mucho su materia sustantiva para lo que se concibió en 1938: la investigación. Pero eso sería tema de un capítulo más adelante.
Estimado lector, espero sus comentarios al correo que viene más abajo. Nos leemos la próxima semana, que #HablemosDeArqueología.
NOTA: Todo lo aquí expresado, es producto de investigaciones formales, realizadas por varios profesionales, principalmente de la arqueología, así como de otras áreas académicas formales, con el afán de complementar el conocimiento aquí vertido. Las imágenes mostradas son extraídas, en su mayoría, de la revista Arqueología Mexicana y otras, tomadas del internet.
Cada artículo e imagen en estas crónicas, no tiene intención de dañar NI ofender ninguna posición política o religiosa. Son opiniones meramente científicas.
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