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viernes, marzo 29, 2024

CAPÍTULO 60: Arqueología de la Arqueología. Doceava parte.

El Museo Nacional de Antropología (MNA)

Primera parte

Esta entrega está dedica al recinto más grande en México, y me atrevo a decir que de América Latina, en cuanto a patrimonio arqueológico se refiere: El Museo Nacional de Antropología (MNA); ubicado en el pulmón de la CDMX, que también sirvió de asentamiento de los mexicas antes de emprender el último tramo rumbo a Tenochtitlan. La imagen que aparece más abajo (perteneciente al Códice Boturini, también llamado Tira de la Peregrinación), nos muestra la importancia que Chapultepetl representó para los mexicas, incluso hay una grafía en esa misma lámina, en donde indica que se realizó una ceremonia del fuego nuevo en ese emblemático lugar. Después que los mexicas tomaron el poder, al sitio también lo convirtieron en un lugar exclusivo e importante para la elite, y las evidencias arqueológicas nos muestran que así fue. Entre muchas cosas rescatadas, tenemos “Los Baños de Moctezuma”, pero eso es otra historia que habremos de tomar en algún otro capítulo de esta serie.

Tira de la peregrinación o Códice Boturini. Láminas 18 y 19

Como ya comenté, el lugar donde se pensó el MNA, es muy emblemático para los habitantes de la capital de México. El Museo, se ha convertido en una de las visitas obligadas de mexicanos de otras latitudes y de extranjeros cuando visitan la CDMX.

En una superficie de casi ochenta mil metros cuadrados, tenemos un oasis dentro de otro oasis. El MNA fue diseñado por el Arq. Pedro Ramírez Vázquez, y se construye entre 1963 y 1964, inaugurándose el 17 de septiembre de este último año. Es un edificio imponente, que nos presenta varias salas permanentes y algunas temporales.

Plano en planta y versiones en 3d Crédito a quien correspondan

La disposición de las salas es en dos temáticas principales: pasado prehispánico y la etnografía de diversas regiones de nuestro país. Esta última sala se encuentra en el primer piso del edificio, entrando, al lado derecho, y nos muestra la diversidad cultural que podemos percibir en México. El recorrido se inicia, normalmente en la planta baja en la primera sala al lado derecho del recinto, y la intención es presentarlo cronológicamente, al menos hasta la sala mexica, y así poder apreciarlo en el siguiente orden: Introducción a la Antropología, Poblamiento de América, Preclásico en el Altiplano Central, Teotihuacan, Los toltecas y su época, Mexica, Culturas de Oaxaca, Culturas de la Costa del Golfo, Maya, Culturas de Occidente y Culturas del Norte.

Algo muy notorio es, que la Sala Mexica es la más grande, y está justo al centro y al final del recinto; y a los costados del edificio, se encuentran las demás salas, como se percibe en la anterior imagen.

Se ha debatido en referencia a que esa manera de presentar las salas, semeja a un templo, en donde al final se encuentra un altar. Y justo así parece, lo que podría decirse el altar, lo corona la Piedra del Sol; y viendo de frente esa pieza, justo al lado izquierdo, encontramos a la Coatlicue, la figura que representa a la Madre Tierra, a la Madre de Huitzilopochtli (el guía del pueblo azteca, después nombrado mexica). Ese Pueblo del Sol (así se hacían llamar este grupo), y que durante un lapso de más de doscientos años permanecieron en una caminata, hasta llegar a la tierra prometida: Tenochtitlan. De hecho, es la sala de mayor altura en el recinto (seis metros), cuando todas las demás están por debajo de eso.

La Sala Mexica. Al fondo la Piedra del Sol y a la izquierda de la imagen, la Coatlicue. Crédito a quien corresponda

Cruzando la sala que sirve como recepción, vamos a encontrar en el patio lo que se le ha denominado “la sombrilla”, una escultura de aproximadamente seis metros de altura, que sostiene una techumbre. De la escultura siempre está cayendo agua, como un diluvio permanente, dando a entender la importancia de este elemento en la cosmovisión de las civilizaciones mesoamericanas. Otro dato curioso es que, la idea era representar en el patio central del museo, el Cuadrángulo de las Monjas de Uxmal, para lo cual se le dieron las medidas exactas que tiene ese lugar de la zona maya, además de cierta similitud.

El famoso paraguas, escultura que cuanta una gran historia en sus relieves. Crédito a quien corresponda.

Al centro del patio central del MNA, después del “paraguas”, se encuentra un cuerpo de agua que asemeja lo que era el Lago de Texcoco, lugar donde se encontraba el islote de Tenochtitlan. Tiene unas plantas que semejan la vegetación que encontraron a su arribo los mexicas; y muy cercano a la entrada de la Sala Mexica, donde termina el cuerpo de agua, está una réplica de un caracol en piedra, exactamente como el que se encontró en las excavaciones del Templo Mayor. Este monolito se encuentra justo frente a la puerta del Museo del Templo Mayor, en la parte inferior.

El patio central, el cuerpo de agua, la vegetación, el caracol de piedra. Crédito a quien corresponda.

Hay varias maquetas dentro y fuera del recinto, con las que nos podemos dar cuenta de la magnificencia de las culturas que se asentaron en Mesoamérica y fuera de ella. Incluso hay réplicas de edificios, y también algunas más, de las viviendas de los antiguos mexicanos.

Maqueta de Tenochtitlan y pintura de Luis Covarrubias; Maqueta de Teotihuacan. Maqueta del Tianguis de Tlatelolco

Existe un monolito fuera del recinto, en la esquina sur-oriente, que permanece custodiando toda la construcción. Me refiero a lo que se le ha denominado Tlaloc, un bloque de roca silícea (según aseguran algunos expertos), que pesa ciento sesenta y ocho toneladas, y mide siete metros de altura. Su identidad ha estado a debate desde que lo extrajeron de la comunidad de Coatlinchan (casa de la serpiente), en las inmediaciones de Texcoco, y en las faldas del Volcán Tlaloc. Muchos investigadores aseguran que no es quien se dice que es. Aseguran que es la dualidad del personaje mencionado: Chalchihutlicue. Pero eso, amable lector(a), sería tema de otro capítulo.

El monolito Tlaloc. ¿O es Chalchihuitlicue? Intenso debate.

Para la gente oriunda de la CDMX, el MNA, es visita obligada durante la educación primaria (al menos dos veces), y durante la educación secundaria (al menos una vez), lo cual nos otorga una identidad y un conocimiento de ese pasado indígena, que incluso, expresamos de mil formas y lo debatimos. Aunque en realidad, no a todos les importen mucho las comunidades indígenas que aún existen.

La próxima entrega la dedicaremos a las salas del hermoso Museo Nacional de Antropología, que como ya lo mencionamos en el capítulo anterior, fue sede de la Escuela Nacional de Antropología e Historia durante la década de los setenta.

Estimado lector, espero sus comentarios al correo que viene más abajo. Nos leemos la próxima semana, que #HablemosDeArqueología.

NOTA: Todo lo aquí expresado, es producto de investigaciones formales, realizadas por varios profesionales, principalmente de la arqueología, así como de otras áreas académicas formales, con el afán de complementar el conocimiento aquí vertido. Las imágenes mostradas son extraídas, en su mayoría, de la revista Arqueología Mexicana y otras, tomadas del internet, así que los derechos de autor son del o los propietarios.

Cada artículo e imagen en estas crónicas, no tiene intención de dañar NI ofender ninguna posición política o religiosa. Son opiniones meramente científicas.

Los hipervínculos que aparecen son, normalmente, artículos de mi autoría y/o referencias necesarias para ampliar el tema.

CORREO: arqueolobocarlín@gmail.com

#HablemosDeArqueologíaCarlín

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Luis Humberto Carlín Vargas
Luis Humberto Carlín Vargas
Arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Coordinador General del Proyecto Cultural León Prehispánico (PCPAC). Coordinador Académico de los Diplomados de Arqueología e Historia de México (DAeHM). Ingeniero en Sistemas. Músico. Correo electrónico: luishumberto.carlin@pcleonprehispanico.com

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