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viernes, marzo 29, 2024

Capítulo 5 – Los pasos en la investigación arqueológica

Esta semana platicaremos de un tema que algunos amables lectores me han solicitado. Es la inquietud de “cómo le hacemos” para hacer arqueología. Me parece muy interesante que estén interesados en el trabajo que realizamos los arqueólogos, así que les invito a leer “Los pasos en la investigación arqueológica”.

En el Capítulo 1 de esta serie, hablé someramente acerca de este tema. Hoy quiero profundizar un poco más, detallando cada paso que se da en este proceso, en el que empeñamos mucho tiempo, por lo delicado del asunto de tratar con patrimonio arqueológico.

Antes de iniciar con la metodología de la investigación, diré que existen tres tipos de intervención arqueológica que permite el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que son derivados de investigaciones previas o a partir de denuncias. 

El primer tipo de intervención es el Proyecto Arqueológico, que se origina a partir de un planteamiento de investigación con carácter histórico – cultural, son a largo plazo y normalmente cuentan con presupuesto asignado.

El segundo tipo de intervención es el Rescate. Este se da por la afectación de obra pública o privada; esta intervención requiere que sea de forma inmediata, para que el trabajo de las empresas no sea detenido por mucho tiempo. En este tipo de trabajo tendrá mucho que ver la ética y la voluntad de quien realiza la obra, ya que debe dar aviso del hallazgo que se encuentre en la obra. Pero se puede dar el caso que dicha empresa o dependencia que realiza el trabajo, no quiera avisar y destruya sin piedad el patrimonio arqueológico. En caso de que sí den aviso de algún hallazgo, la intervención se realiza normalmente con la maquinaria “encima del equipo de arqueólogos”, y como ya lo dije, de forma inmediata y muy rápida.

El último tipo de intervención es el Salvamento. Este es planeado debido a la programación de los que realizan dicha obra pública o privada. Debe ser meticulosamente planeado en acuerdo con el INAH.

Continuando con el tema principal, que son los pasos a seguir, iniciaremos con: La Investigación Documental, que es la fase de consultar todo lo que ya esté escrito acerca del lugar a intervenir. Es una de las partes en las que se debe profundizar, ya que será el sustento teórico, para justificar cualquier intervención en el contexto arqueológico. En el Rescate, esta fase queda para después, por la premura del trabajo.

El segundo paso es: La Prospección, momento muy importante, ya que nos dará una idea de si existe más contexto arqueológico por describir, y de ser necesario, intervenir. Existe una fase previa a este proceso que es la recolección de material en superficie, proceso que nos ofrecerá datos necesarios para inferir algunos procesos sociales.

El tercer paso es: La Excavación, la cual deberá definirse previamente para tener muy clara la ubicación en dónde se deberán hacer los pozos de sondeo. Este proceso es el más dinámico del trabajo. Cada pozo que se ubique, debe tener un trabajo muy meticuloso, en el que se irán dibujando, fotografiando y video grabando los perfiles del pozo, además del suelo. Normalmente cada capa de suelo que se retire debe ser de 15 o 20 cm (según indique el director del proyecto). Y así, en cada capa, habrá que hacer el proceso anteriormente descrito.

El proceso de excavación arqueológica es necesariamente destructivo, y es para eso que se debe hacer un trabajo muy meticuloso, y de esa forma poder reconstruir el contenido lo más fiel posible, y en algunos casos, valernos de este trabajo de dibujo, fotografía y video, para poder “armar” el contexto que vimos al ir excavando.

El cuarto paso en el proceso de Investigación Arqueológica es tan importante como los otros, aunque es un tanto tedioso y es: El Trabajo de Laboratorio, ése en el que hay que limpiar, clasificar, marcar, reconstruir y en algunos casos, poner “bella” una pieza para su exhibición.

El quinto paso es en sí el fin último del Arqueólogo; la divulgación del trabajo de investigación por el medio que se tenga que hacer, y de esa forma, darlo a conocer a otros investigadores y sobre todo, a la sociedad, que estará siempre al pendiente de esos hallazgos y con sed de saber más de nuestro trabajo.

Ser Arqueólogo implica amor incondicional al patrimonio material e inmaterial; también la defensa y el respeto del mismo, inculcándole a la sociedad el valor histórico de esos hallazgos y la importancia que tiene para fortalecer los lazos de identidad con los antiguos mexicanos y su cosmovisión. No queriendo ser ellos, pero sí respetándoles todo el grandioso legado que nos dejaron, consciente o inconscientemente.

Nos leemos la próxima semana, que #HablemosDeArqueolgía. Espero sus comentarios al correo que viene más abajo.

#HablemosDeArqueologíaCarlín 

https://www.facebook.com/Mah-titlahtohcan-itech-arqueología-108577840559560/

Luis Humberto Carlín Vargas
Luis Humberto Carlín Vargas
Arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Coordinador General del Proyecto Cultural León Prehispánico (PCPAC). Coordinador Académico de los Diplomados de Arqueología e Historia de México (DAeHM). Ingeniero en Sistemas. Músico. Correo electrónico: luishumberto.carlin@pcleonprehispanico.com

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