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martes, abril 23, 2024

Ups

La oportunidad que abría la carta “Presidente [Enrique Peña] Nieto: Investigue los asesinatos de periodistas en México y establezca mecanismos para protegerlos” era clara para muchos. Pero, desgraciadamente, esa oportunidad no quedó clara para Presidencia de la República. Insisto: desgraciadamente.

Difundida por el PEN Internacional y el Comité de Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), la misiva fue firmada por algo de lo más graneado de las voces críticas en el entorno internacional. Cualquiera la habría interpretado como una ventana para dar respuesta a los abajofirmantes –que, quieran o no, generan opinión– y a muchos otros que demandan explicaciones del Gobierno federal.

Pero la oportunidad no sólo fue ignorada, sino que hubo falta de oficio político en el primer nivel. No fue el Presidente quien respondió. No fue el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Fue un subsecretario. Uno de tercer nivel.

Nadie le mentaba la madre a nadie. De hecho, para mi gusto, no era tibia ni mucho menos pero sí delicada: “Hoy el periodismo en todo el mundo vive bajo asedio: los reporteros mexicanos, en particular, viven en peligro mortal”, decía. Un texto cuidado; rudo pero dialogante. Pedía dos cosas:

1.-Garantizar el esclarecimiento inmediato y efectivo de los asesinatos contra Rubén Espinosa y la enorme cantidad de periodistas en México que han caído como él, y la investigación sin contemplaciones de los funcionarios estatales y municipales que, en cada caso, se puedan haber visto involucrados.

2.- La revisión inmediata de los mecanismos para la protección de periodistas y el compromiso efectivo de su gobierno para garantizar la libertad de expresión en México.

En esa carta hay intelectuales, periodistas, activistas, comentaristas, escritores, buenos conversadores, abogados notables. Muchos extranjeros pero también muchos de acá.

Y no hubo oficio político. Esa es mi impresión. O, posiblemente, hubo menosprecio, falta de tacto o pendejez, como dirían en mi rancho. (RAE: pendejez. 1. f. Méx. Tontería).

Pendejez porque, el día siguiente, el Jefe del Ejecutivo sí se refirió a no se qué bobada sobre sus calcetines. Un chisme vano, vano, vano.

El Presidente de México comunicando en Twitter sobre sus calcetines, cuando un grupo de personas inteligentes e influyentes pide aclarar el asesinato de periodistas.

Calcetines. Ups.

The Economist diría que “no entienden que no entienden”.

***

Mientras el Presidente mexicano habla de calcetines (ups), la incredulidad en su Gobierno crece. Nadie le cree a Virgilio Andrade su informe sobre la “casa blanca” o la de Malinalco. Nadie le cree a Luis Videgaray su explicación del por qué la economía y el peso se hunden (“factores externos”, dice). Nadie les cree sus explicaciones sobre la desaparición de los 43 estudiantes normalistas o las “investigaciones” sobre las matanzas de Tlatlaya, Apatzingán, Ostula, etcétera. Nadie le cree a Rosario Robles sus datos mañosos sobre los pobres en aumento.

Nadie cree un ápice porque se falta a la verdad. Punto. Y en esa tarea (la de faltar a la verdad), por desgracia, muchos medios están involucrados.

Entonces el gobierno se hunde porque la verdad es la verdad. Y con el gobierno, todos nosotros: ¿Cerrará el dólar en 25 pesos este año? ¿Hasta dónde deberán aumentar impuestos para compensar la caída de los ingresos petroleros? ¿A dónde llegará el crecimiento y hasta cuándo podrán seguir mintiendo que “se generan empleos” cuando suman, en esa supuesta generación, hasta a los informales?

Son mentiras nada piadosas. Son mentiras para mantener el control: mintieron, y mintieron, y siguen mintiendo en el Estado de México, por ejemplo, y en el Estado de México matan jovencitas y nadie paga; hay secuestros de los que nunca se habla; hay asesinatos, desempleo, chingo de pobres. Hay todo lo que no habría permitido, si este país viviera una democracia de verdad, que Peña Nieto llegara a la Presidencia.

Se aclara lo de los calcetines, pero no se aclaran los miles de asesinatos que han ocurrido en este sexenio. Todo lo contrario: desde principios de la administración, la mayoría de los medios desapareció el contador de homicidios que mantuvo desde el inicio de la guerra de Felipe Calderón.

Ups. Doble ups.

Muchos de nosotros, periodistas, somos copartícipes de las grandes desgracias que viven los mexicanos. Participamos de la mentira o, más cómodamente, abandonamos la verdad.

***

El Gobierno federal es una máquina generadora de conflictos innecesarios. La Secretaría de Relaciones Exteriores es básicamente una torre con una ametralladora encima: dispara a las organizaciones civiles internacionales, dispara contra la ONU, contra la CIDH e incluso le disparó al Papa Francisco (una nota diplomática innecesaria) cuando se dio a conocer que pidió, en una carta privada, que llamaba a no “mexicanizar” el territorio argentino, su tierra. Era una carta a un cura conocido de él. El sacerdote, por falta de pericia, la divulgó. La SRE le disparó de inmediato al Papa.

Gobernación no se quedan atrás. Y ahora se viene un conflicto serio en el que sacarán la ametralladora.

La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), el Centro Robert F. Kennedy, Human Rights Watch (HRW), Amnistía Internacional (AI), Brigadas Internacionales de Paz (PBI), el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), la Fundación para el Debido Proceso (DPLF), el Grupo de Trabajo para Asuntos Latinoamericanos (LAWGEF) y Asociadas por lo Justo (JASS) han firmado una carta (tampoco respondida) en la que le piden al Presidente Enrique Peña Nieto extender el mandato al Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI) de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que asiste en el caso de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala.

Los expertos no han terminado su trabajo. Le quedan muchos pendientes y peritajes forenses que deben concluir.

“Es importante no sólo para completar las labores aún pendientes en relación al caso de los estudiantes desaparecidos sino también para abordar la problemática más amplia de las desapariciones forzadas en el país”, dijeron en esta carta que no ha sido respondida.

Como ya no hay calcetines (ups), seguramente habrá disparos desde la torre. Es previsible que el Gobierno diga NO. Es previsible que esa comisión independiente (justo lo contrario a la Secretaría de la Función Pública) deba abandonar el país.

Y, claro, la respuesta de las expertas y expertos independientes será que México les cerró la puerta cuando estaban revisando el caso de los 43. Otro escándalo internacional está en puerta. Mentadas de madre bien merecidas.

***

Concluyo: Por falta de oficio político, majadería, desinterés, menosprecio o pendejez (RAE: pendejez. 1. f. Méx. Tontería), la administración del Presidente Peña Nieto se machuca, cada lunes y martes (y miércoles, y jueves…) los dedos. Un caso dramático es el de nombrar a un subordinado para que investigue al que paga (caso “casa blanca”). Otro caso es responder la carta de personalidades internacionales con un funcionario de tercer nivel. Pero no son los únicos.

Al gobierno se le abren oportunidades para mostrar transparencia o para rendir cuentas; para demostrar algo de sensibilidad y para responder a los señalamientos.

Opta por subirse a la torre con ametralladora y disparar. O bien, opta por los calcetines.

Ups.

Alejandro Páez Varela
Alejandro Páez Varela
Periodista, escritor. Director de contenidos en el portal SinEmbargo.mx. Su último libro es “Música para Perros” (2013) pero Alfaguara reeditó en 2014 “Corazón de Kaláshnikov”.

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