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viernes, marzo 29, 2024

Honor entre Ratas: A Cold Is My Passport

En los años sesenta, la compañía Nikkatsu se encuentra en problemas. A pesar de ser la productora más vieja de Japón sus ingresos no son los más exitosos, la gente no asiste a sus producciones de contenido feudal y al ser películas tan caras deciden que lo mejor será invertir en otros proyectos. El estudio sabe que los jóvenes están mirando la televisión, y es a ellos quienes quieren vender el contenido, después de todo, ellos son los de la taquilla. Por lo que deciden aprobar comedias, dramas y películas de crimen que apelen a sus gustos… aún si ellos no comprenden al 100% su forma de pensar.

Es así como nace un subgénero que le da un poco de vida al estudio: el Nikkatsu Noir. Películas sobre criminales realizadas con un presupuesto muy pequeño y estableciendo como directores a varios que comenzaron su carrera en proyectos televisivos. Lo interesante de estos proyectos es que, a pesar de quedar en el olvido colectivo –a excepción de una colección que realizó Criterion para nuestro continente no hay otro intento de recuperar este material fílmico- las películas que realizaron los directores de Nikkatsu son prueba fidedigna de que la inspiración es un “boomerang” cultural.

Kanimura (Jo Shishido) es el mejor asesino que una persona pueda contratar, suave, frío y eficaz. Encargado de eliminar a un jefe de la mafia que no coopera con los estándares modernos de los demás criminales, Kanimura decide eliminarlo sin chistar en una ceremonia privada, involucrando al que lo contrató y ganándose la ira inmediata del hijo del rival fallecido, quien decide que lo que más quiere es ver muerto a Kanimura. El asesino decide que debe huir del país acompañado de Shun (Jerry Fujio), situación nada fácil pues ahora es buscado por la mafia y por un asesino que ve en Kanimura a un rival sin precedentes.

Akira Kurosawa inspirado en las películas de John Ford reivindicó el género “chambara”, este a su vez inspiró la versión más famosa del “western” ante nuevas generaciones con los trabajos de Sergio Leone y es en este espacio de tiempo que la influencia del director italiano llegaría al cine japonés. A Colt Is My Passport es un filme sobre asesinos de alta moral en un mundo corrupto y decadente, con tiroteos fantásticos y una música renimiscente a un tema perdido de Ennio Morricone… y es genial.

Esta es una película de testosterona suave, emulando ser Bond y en donde la mujer es un objeto o estorbo para el éxito.

Usa estos elementos sin sentirse barato o que trata de emular un género que no le compete, sino que al plantear los diversos elementos termina creando un híbrido que pocas veces se vio en el cine en una película bastante entretenida.

El planteamiento de Takashi Nomura es rápido. Durante el primer segmento vemos cómo trabaja Kanimura y es cuando decide realizar su trabajo manchando la imagen de los corruptos que adquiere un tono de antihéroe, y a partir de ahí la película se vuelve un frenesí de estilo y elegancia con hombres que buscan al asesino y a su compañero. Es a partir del error que también la película se vuelve más que un simple producto de la época, de vez en cuando sacando frases que resienten en la fibra del espectador y que hace cuestionarse cosas como el honor, y la marginalización del trabajador japonés frente al crimen organizado.

Es una película que habla de los sueños, del miedo que tenemos de cumplirlos… y de los asesinos que hacen replantear nuestra vida, de alguna forma.

Y es bastante curioso, porque a simple vista esto es un producto para atraer jovencitas al cine. En uno de esos casos peculiares de Japón siendo Japón, la idea de un hombre con cachetes enormes es un símbolo sexual de la época, y nada define mejor este estilo que Jo Shishido. Un hombre extremadamente raro en su morfología, que dependiendo de la toma se ve seductor o un hombre al que le acaban de sacar las muelas. No importa mucho porque termina ganando nuestra confianza y realmente vemos en él a un asesino con código de honor, que a pesar de ser misterioso de pronto decide volverse bondadoso sin dejar de ser un héroe de acción.

La película dio espacio a Shishido para abandonar la imagen de galán de comedias románticas y también fue la primera vez en la que se vio con su cirugía rompe corazones. Y realmente te gana, crees que es un héroe de alto calibre y uno que quisieras haber visto en tu infancia.

A Colt Is My Passport sería redescubierta hasta hace una década por círculos de amantes del cine en todo el mundo que verían en la película de Nomura una extensión al pensamiento de la globalización fílmica, una película que a pesar de su estilo emocionante –tiene uno de los mejores finales de la historia, punto- y sorprendente calidad tratándose de un encargo taquillero no tendría el éxito esperado. Nikkatsu seguiría contemplando la idea de volverse más y más hacia los filmes de contenido erótico, pero algo sacaron de este producto: el par de mejillas que terminarían protagonizando su película más infame… pero esa es una historia para otro momento.

 

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