- Publicidad -
sábado, abril 20, 2024

El futbol y el alma

El futbol se juega principalmente con la parte del cuerpo más lejana a la cabeza y al corazón,  de esto surge una suerte de transformación de la coordinación motriz gruesa a la coordinación motriz  fina, al balón se le siente y recibe con los pies como si se tratara de un niño de cuna, se le detiene cual jamón de sándwich entre la planta del pie y el suelo, el balón puede venir a gran velocidad hacia el jugador quien lo recibe con el empeine de ese pie educado en la sensibilidad  y lo deja quieto sobre el piso, en la tierra o en el pasto, pegadito a él descansando el balón en un sueño profundo, al balón se le lanza repetidas veces con un golpe suave y continuo hacia arriba  para volverlo a patear en uno de los actos más íntimos de unión entre el pie del jugador, el balón y la fuerza de gravedad; el reto de llegar al mayor número de dominadas se convierte en un desafío personal que puede estar a la vista de los demás o en la soledad del futbolista que juega solo y sueña en el futbol mientras juega con el balón.

Cuando se le comparte, el balón procura ir de pie a pie, de pie a muslo, a estómago, a hombro al pecho, a la cabeza, se acuna en la zona genital del futbolista que agradece que ese balón no haya llegado con fuerza, uno de los que juegan le da lo que se llama un pase a otro de los que visten con el mismo color, este compartir del balón lo hace  a una distancia en la que podrían darse las manos, otras veces el balón es pateado con fuerza y vuela de un extremo a otro sobre el verde césped para ser recibido por el pecho del compañero a la altura de su corazón y el balón se queda allí unos instantes como queriendo no bajar hacia el pasto, así, el balón prefiere ir entre los portadores de la misma camiseta y se niega a abandonarlos hasta que él lo decide, entonces la magia del balón les voltea la espalda a los anteriores y los olvida por completo, la amnesia del balón es asombrosa,  en un instante su lealtad pasa al grupo de futbolistas que portan otro color de camiseta, tanto los de un color como los del otro reciben y dirigen el balón, algunos llegan a declarar como real una profunda ilusión, la de que son los dueños del balón, y el balón se sabe libre pasando gran parte del juego fuera de cualquier contacto con los antropocéntricos, la danza del balon termina, entonces  se siente ser tomado y llevado por las manos del que vestía un color único y diferente a los demás, y se percibe puesto en compañía de los suyos  en un lugar oscuro y en una red, y allí el balón descansa y sueña a que juega futbol mientras pegadito a su familia de balones, les cuenta como es que en este día jugo al futbol con cada uno de los veintidós futbolistas.

 

Ricardo Solórzano Zínser
Ricardo Solórzano Zínser
Psicólogo egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana, con estudios de Maestría en Psicoterapia Gestalt en el Instituto de Terapia Gestalt Región Occidente. Se dedica a la atención psicoterapeutica, es facilitador de proceso de desarrollo humano en instituciones gubernamentales, no gubernamentales y docente en el Departamento de Educación de la Universidad de Guanajuato impartiendo en la Maestría en Desarrollo Docente, y en el Departamento de Matemáticas de esta misma institución.

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO