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martes, abril 16, 2024

Mientras los jóvenes se estaban besando

Nos encontrábamos mi esposa y yo en el centro de la Ciudad de Pátzcuaro Michoacán, nos metimos a un café y me puse a escribir acerca de que somos polvo de estrellas, al poco tiempo llegaron un par de jóvenes, la complexión de él delgada la de ella no tanto, nos saludaron como quien decentemente saluda al llegar a un restaurante y se sentaron en las sillas de una mesa que se encontraba enfrente de nosotros como a una distancia de 4 metros, les sonreí y seguí viendo durante unos segundos, ellos se sentaron y a la velocidad de sus alientos se besaron, dejé inmediatamente de observarlos para no distraerlos y me aboqué a escribir, al poco tiempo me paré para ir al baño, los chicos me voltearon a ver y me dirigí a ellos, cuántos años tienen, le pregunte, y añadí, yo creo  que han de tener unos 17 o 18 años verdad, el chico abrió sus ojos y dijo no no, yo tengo y tardo en contestar, 14 años, y tú, le pregunté a la chica, yo también 14, ya con mayor  confianza les dije: ya se verán juntos ustedes en 35 años y recordarán aquella vez que un señor canoso les dijo que estarían juntos 35 años, se miraron y sonrieron,  les comenté  que mi esposa y yo estábamos cumpliendo 35 años de casados, ellos nos felicitaron, fui y regresé del baño, me senté, voltee a ver a los chicos y los chicos se besaban, en voz baja le dije a mi esposa, híjole ya les eché la maldición a estos pobres, pues jajaja y volví a somos polvo de estrellas.

Si el universo está en expansión entonces todo está en movimiento y cambio, se ha dicho que las únicas certezas son que todo cambia y que nos vamos a morir, también  podemos considerar que para percibir el cambio, es decir el movimiento ya que algo cambia porque se está moviendo, requerimos estar quietos; es decir sin cambio, así como cuando estando  en nuestro vehículo detenidos y  esperando avanzar el auto que se encuentra a un lado por alguna razón es dirigido en reversa, en ese momento tenemos una fuerte impresión de que somos nosotros los que nos estamos moviendo hacia adelante y puede que incluso rápidamente nos queramos cerciorar de que tenemos el pie en el freno, dándonos cuenta que todo ha sido una  ilusión de momento y que nosotros no nos habíamos movido absolutamente nada.

Bueno, en esto alcé mis ojos justo por encima de la computadora y observé que estos chicos se besaban, la mano derecha de ella entrelazada con la mano izquierda de él, la mano derecha de él tocaba delicadamente la cara de ella, la mano izquierda de ella tomaba suavemente el rostro de él y ambos mantenían sus ojos cerrados, pensé uuorale estos chicos tiene sus corazones y sus cuerpos absortos en el presente, entonces me acorde de mi Tía Prudencia, ay mira nomás, luego andan por allí teniendo una bola de hijos por todos lados y sin poderlos cuidar así como tu mamá, no no no tía, le dije, nosotros fuimos 7 pero mi madre se casó debidamente por el civil y la otra ley, y en lo que se refiere a andar todos por todos lados y sin cuidar pues sólo yo, de acuerdo Richy  pero que tal tus hermanos, bueno tía allí ya no te digo nada.

Bajé mis ojos y regresé a lo de antes, hay otra condición para poder percibir el cambio, es que nos estemos moviendo a una velocidad menor en comparación a lo que estamos observando, es decir, que nuestra posición o actitud de cambio sea menor al cambio que alguien o algo esté generando, para los de extrema derecha al estilo del presidente Trump, los conservadores son izquierdistas que desestabilizan la nación, a su vez estos conservadores son de derecha  para los liberales, en cambio los liberales resultan ser conservadores para los que profesan una posición de izquierda radical, y luego resulta que estos revolucionarios cuando toman el poder se convierten en los dictadores del mañana, la historia de la humanidad, como diría el compadre Carl Marx, es la historia de la lucha de clases, en realidad que en este sentido no le faltaba razón.

Me tomé un momento para estirarme, levanté mis ojos y miré que estos chicos no se habían tomado ni un suspiro, ahora la mano izquierda de ella que antes tomaba el rostro de él sujetaba su brazo sus besos eran acompasados y se veían como peces en el agua, ahora sí, como dice una canción de Bosse, no había un segundo que perder, entonces al observarlos me di cuenta que estaban haciendo el amor, no porque estuvieran teniendo un coito en público, claro que no, pero estos jóvenes se estaban amando, podría asegurar que en esos momentos estaban pasándoles por lo menos dos cosas que no se dan en maceta, la primera es que sus mentes estaban en silencio, la segunda que su atención estaba sumergida en la profundidad de lo que vivían en ese momento, ya me decía y con toda razón mi amigo Alejandro, el sexo es el pulso de la vida, pues sí, estos chicos en medio del coronavirus y la contingencia que nos obliga a usar cubrebocas y tener distancia segura se comen a besos, podría asegurar que a este par de chavos no le dará ningún contagio, su ejército de endorfinas los dejará muy bien blindados, así, después de seguir escribiendo sobre la quietud y el cambio, noté que los chicos habían pedido la cuenta, le daban unos sorbos a sus bebidas y no se habían soltado de la mano después de las dos horas que estuvieron allí sentados, llevaban ambos sus miradas al frente como si estuvieran mimetizados, sus ojos estaban idos como cuando uno termina de hacer el amor, se levantaron pagaron su cuenta y se fueron sin voltear a ver a nadie.

Ricardo Solórzano Zínser
Ricardo Solórzano Zínser
Psicólogo egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana, con estudios de Maestría en Psicoterapia Gestalt en el Instituto de Terapia Gestalt Región Occidente. Se dedica a la atención psicoterapeutica, es facilitador de proceso de desarrollo humano en instituciones gubernamentales, no gubernamentales y docente en el Departamento de Educación de la Universidad de Guanajuato impartiendo en la Maestría en Desarrollo Docente, y en el Departamento de Matemáticas de esta misma institución.

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