Mamá — “¿Ya le puedo dar pecho a mi bebé?
Enfermera — “Espere un ratito a que se le pase la anestesia, señora…”
¿A alguna de ustedes les dijeron algo así?
Una frase de este tipo, pareciera que sugiere que la anestesia está contraindicada en la lactancia. La realidad es que la mayoría de los fármacos que se utilizan para anestesiar y acompañar el parto o cesárea, son inocuos para el bebé.
En entrevista con la Dra. Fabiola Huerta, anestesióloga e IBCLC, nos comenta: “La gran mayoría de las veces, se utiliza anestesia regional y la cantidad de medicamento que se utiliza mínima, además de que no es absorbido por la sangre. Este medicamento se queda confinado en la columna vertebral y su acción es totalmente local; su acción es “bañar” la médula espinal, haciendo que el cuerpo “se duerma de la cintura para abajo, dando la oportunidad de que la mamá esté “despierta” de ese punto hacia arriba y en condiciones de ver y tocar a su bebé inmediatamente.
En ocasiones, cuando la mamá está muy inquieta, algunos anestesiólogos recurren a sedar un poco a la mamá; esto es porque no todos los compañeros tienen la consciencia de la importancia que tiene el apego inmediato para la lactancia.
Cuando es necesario tranquilizar a la mamá, se puede recurrir a ciertos sedantes de efecto leve que permiten que al estimularla, ella despierte y pueda estar en condiciones de gozar este contacto piel con piel de forma inmediata. Ojalá que todos los compañeros anestesiólogos tuvieran consciencia del papel tan importante que juegan durante una cesárea para que las mamás puedan estar alertas y capaces de recibir y abrazar a su bebé nada más nacer. Lamentablemente es algo que no se nos enseña y que es necesario.”
Sin embargo, lo más común es que mamá y bebé sean separados. Los pequeños sólo son “presentados” a sus mamás y retirados a revisiones que en muchas ocasiones son invasivas e inclusive podrían hacerse en otros momentos. Y es precisamente esta separación la que en algún momento son las que pueden afectar el establecimiento de la lactancia, más que por la anestesia en sí.
Como también lo avala e-lactancia.org, es sitio donde podemos verificar la compatibilidad de los medicamentos y la lactancia:
“La mayoría de los anestésicos se excretan en pequeña concentración en la leche y/o son de eliminación muy rápida, lo que permite amamantar tan pronto la madre esté despierta, alerta y se encuentre en condiciones y capacidad de sostener a su bebé (Mitchell 2020, Oliveira 2019, Fischer 2019, Reece 2017, Cobb 2015, Dalal 2014, Kranke 2011, Sønderskov 2011, Dahl 2011, Nitsun 2006, Lang 2003, Borgatta 1997, Lee 1993).”
Por otro lado, hay mamás que tienen algunas reacciones después del nacimiento, como náuseas o vómito. La Dra. Huerta nos explica que esto puede deberse a la manipulación que llega hacer el ginecólogo para sacar al bebé o por hipotensión provocada por el anestésico, más, señala que estas situaciones también pueden contrarrestarse con otros medicamentos para que la reacción no sea tan severa y aunque molestas, estas situaciones rara vez son graves.
¡La cultura de la lactancia, la hacemos TODOS!
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