Por: Angélica Bustamante
La pobreza y la injusticia social son las verdaderas destructoras de los hombres. ¿Pero qué origina la pobreza y la injusticia social? Podría ser la ignorancia. Los ignorantes son generalmente pobres y las principales víctimas de la injusticia. Pero aquí están los pobres y alguien debe ocuparse de ellos.
Ese alguien ha sido siempre la Iglesia Católica con sus escuelas, asilos y hospitales, pero de unos años acá lo ha hecho también por medio de una institución internacionalmente reconocida, Caritas Internationalis. Como la Iglesia Católica es eso, universal, las 165 organizaciones de Caritas, en igual número de naciones, acuden en auxilio de las naciones necesitadas que atraviesan por situaciones difíciles causadas por terremotos, desastres climáticos o guerras. Caritas practica fielmente el mensaje de Cristo: comparte lo que tiene en algunos países para aliviar el sufrimiento de otros. Así auxilia a cerca de 24 millones de personas al año en 200 países.
Es la asociación caritativa y humanitaria más grande del mundo. Fue fundada por Lorenz Werthmann en 1897 en Colonia, Alemania, y está financiada por la Iglesia Católica. La aportación particular más grande que ha recibido ha sido la de Amancio Ortega por 20 millones de euros. En 1916 fue reconocida por la conferencia episcopal como la unión de asociaciones católicas dedicadas a actividades caritativas.
Su cuartel general está en la Ciudad del Vaticano, pero tiene representantes en las Naciones Unidas, en donde no está representado ningún otro organismo perteneciente a un país tan chico con una vocación tan grande para hacer la caridad, ni con una organización tan eficiente para socorrer a los necesitados. Acude de inmediato a las zonas de desastre llevando los recursos necesarios para resolver los problemas más apremiantes.
En las emergencias es la primera en llegar, a veces antes que la Cruz Roja Internacional. Se presenta con alimentos, agua, medicamentos y con algún método práctico para habilitar viviendas. Levanta escuelas y hospitales con rapidez porque además de tener 440,000empleados a sueldo, cuenta con su fuerza principal: las 625,000 personas que sin recibir ningún salario desempeñan su trabajo no sólo con profesionalismo, sino con verdadera devoción porque entregaron su vida para aliviar el sufrimiento de los más necesitados de la tierra, y mostrarles el camino para encontrar a Dios. Más de la mitad de las personas que han muerto de SIDA fueron amorosamente atendidas por miembros de esta organización católica.
Caritas no desaparece después de socorrer a las víctimas de los desastres naturales, sino que alienta y encauza a los más pobres y marginados para que ellos mismos se conviertan en protagonistas de su propio desarrollo, proporcionándoles alimentación, educación y alojamiento.
Ha logrado pacificar y reconciliar a los hombres, a las familias y también a las naciones porque la guerra, gane quien gane, siempre es una derrota de la humanidad. También alza la voz para defender y proteger a los inmigrantes, dándoles los medios necesarios para hacerse oír. Protesta por la injusticia económica que los arrancó de su hogar y los lanzó a un país hostil en busca de una vida mejor. La Iglesia Católica trabaja para que los países subdesarrollados se tomen en serio la educación y logren escapar de esa tremenda cárcel que es la pobreza.
Las personas que deseen participar en esta organización católica como voluntarios, pueden acudir a los centros locales de Caritas o a la parroquia más cercana, en donde los atenderán y recibirán la capacitación necesaria.
Correo electrónico: angelicabustamante213@gmail.com