León, Gto.- ¿Saben qué es bonito ver? A un público abarrotando una sede. El día jueves la gente se acomodaba en largas filas en Teatro Bicentenario para dos opciones, algo poco usual dentro de las instalaciones porque siempre estamos acostumbrados a que la visita se dé para un sólo evento, pero aquí hay para dónde elegir dentro de una cartelera cultural sumamente interesante. Entre música y teatro, yo me decidí por mi debilidad: los espacios en donde la gente encarna personajes escritos… y personajes que han pasado a la historia popular como parte de los más reconocidos dentro de la dramaturgia española.
La Celestina de Fernando de Rojas es una obra que hasta el día de hoy podemos entender su vigencia, una anormalidad del siglo XV por su tratamiento cuasi obsceno y amoral de sus personajes, que significan un punto de choque de las costumbres cotidianas y moralistas de otras obras de la época. Podríamos mencionar que hay otras obras literarias que retratan el sexo en esa época, pero no muchas como La Celestina, que lejos de verlo nada más como un tinte cómico, es un elemento importante dentro de la demostración de poder y deseos impuros que llevan a decisiones poco acertadas de los protagonistas.
Rosenda Monteros hizo una adaptación de La Celestina omitiendo uno que otro detalle como el personaje de Centurion o el establecer más la relación entre Lucrecia y Tristán, pero hace esto para darle más enfoque y agudeza a la decadencia dentro de las tramas de Celestina, Sempronio y Pármeno que terminan siendo principales catalizadores. Es además, noble la labor de la compañía de entregar una obra que resultó el último servicio vocacional de la famosa actriz antes de fallecer el año pasado, y quienes pudieron dejar de lado el esfuerzo pero que en vez de ello retomaron labores y ofrecen una representación de deleite a cargo de Ruby Tagle.
Celestina es interpretada de manera imponente y magistral por Laura Padilla, quien le otorga vigor sexual y de sabiduría al personaje y quien siempre tiene un tinte siniestro (se podría argumentar si en realidad es un asunto de hechicería o de agudeza mental lo que termina funcionando en su plan). Sempronio de Eduardo Candás es un personaje detestable y vulgar que además sirve de punto de comparación dentro de la caída de gracia de un lastimero Pármeno por Adrián Aguirre, quien empieza siendo fiel como perro a su amo pero por los beneficios del sexo y el oro termina degenerándose a un nivel similar al de su “hermano”. También resaltable resulta la labor de Paulina Treviño como Melibea; poseedora de una belleza natural y que desvaría entre el deseo de la carne, y también la decencia presente y juguetona frente a las exigencias que le pide a Calisto (Misha Arias de Cantolla), y quien termina expresando de manera más agresiva esta sensación retorciéndose en más de una ocasión.
La Celestina es una obra que requiere de múltiples escenarios pero aquí, la decisión de Jesús Hernández va en un plano expresionista, con un piso inclinado de manera incómoda y un puente que se traslada para construir diferentes espacios apoyados por la iluminación difuminada de unos vitrales,
La gente se está abarrotando para ver La Celestina y no es de extrañar; siendo una obra casi obligada en las escuelas y que probablemente uno que otro haya visto en la televisión, y aquí no ha decepción alguna. También es de la razón de poder ver dentro de las instalaciones un teatro más clásico, lo cual espero que abra más puertas a representaciones que a pesar de tener centenarios en su haber, hablan de una universalidad temática… y creo que todos podemos acudir de manera morbosa a ver la corrupción del alma a través de los polvos de la madre Celestina.
La celestina tiene una representación más este sábado en punto de las 6 de la tarde, pero vayan con prisa que los boletos se han estado agotando.
