Por: Félix Fuentes
En la Línea
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Ahí como “una curiosidad, nada más”, el presidente Calderón dijo que la gente no sale a protestar en su contra y sí ataca a otros actores, en obvia referencia al priísta Enrique Peña Nieto. Debiera darse de santos el Ejecutivo.
Motivos sobran para la protesta general, pero no despierta el “México bronco”, tan mencionado por el viejo Jesús Reyes Heroles cuando abrió las puertas de la política y las plurinominales y a “la chiquillada”.
Obstinado en hablar de él y de su gobierno cuando se encuentra fuera del país, con esa risa de entre mofa y logros fingidos, Calderón no piensa ni por un momento en la herencia trágica que dejará a su sucesor y por la cual sigue en un mediano lugar su despreciada ex colaboradora, Josefina Vázquez Mota.
Éstos son algunos de sus logros: el crecimiento económico de México ha sido de 2% en 12 años de panismo, muy abajo del de naciones como Brasil y Argentina. Ésta promedia avances de 4.6% anual. De acuerdo a cifras del INEGI, 40.8% de la población nacional no es económicamente activa.
Según el mismo organismo oficial, 12.4 millones de compatriotas están dedicados al comercio ambulante, sin contar servicios domésticos, de la construcción y de empresas pequeñas, carentes de Seguro Social.
Más impactan los informes del Centro de Estudios Económicos del sector privado que, advierte, 64 de cada 100 mexicanos carecen de servicios formales de salud. Esto exhibe la falacia del Seguro Popular, del cual presume Calderón sobre supuesta atención médica al 100% de la población.
La mayoría de los 55.6 millones de pobres se automedican o recurren a remedios caseros por su imposibilidad para pagar una consulta o comprar medicinas. Los inscritos en el IMSS y el ISSSTE sufren la pena negra porque los hospitales son de horror, carentes de camas suficientes y de medicinas. A quienes padecen enfermedades graves y menores les dan consultas cada Corpus y San Juan.
DEBIDO A LA INSEGURIDAD y a las extorsiones, cientos de miles de familias se fueron de México y muchas más quieren emigrar. Cerraron negocios y ante amenazas de secuestros y pagos exorbitantes huyeron. Les asusta aumentar las listas de 60 mil muertos de este sexenio.
Aparte de los pleitos de la candidata Vázquez Mota, ex secretaria de la SEP, y la líder Elba Esther Gordillo por el fracaso de la educación básica, esto informa el rector de la UNAM, José Narro: 5.5 millones de analfabetas, 30 millones en rezago educativo y casi 8 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan. ¿De ello se tiene alguna duda?
Podríamos llenar el periódico con las desdichas de México. Y si la población no protesta por aquello de que los mexicanos “somos muy aguantadores”, no se vale —según frase favorita de Calderón— el escarnio al pueblo porque guarda silencio.
Este gobierno mediático gastó en publicidad 16 mil 894 millones de pesos entre los años 2007 y 2010; del 2011 se desconoce la cifra definitiva, pero será superior a 7 mil millones de pesos. En eso radica el éxito calderonista, en las compras a medios, y el Congreso de la Unión no impide el brutal dispendio.
Calderón tampoco impidió el desastre interno de su partido. Numerosos militantes azules desprecian a Vázquez Mota, quien enmudeció al saber que Manuel Espino y su grupo, Volver a Empezar, se sumaron al priísta Peña Nieto, ofreciéndole el “voto útil” de panistas.
Cómo líder del PAN, Espino logró hace seis años que numerosos priístas votaran por Calderón, y se le pagó expulsándolo de su partido. Similar trato hizo Vicente Fox a su jefe financiero de campaña, Lino Korrodi.
En esa barahúnda de panistas ¿dónde están el Jefe Diego, los Gómez Mont, Santiago Creel, el mismo Ernesto Cordero y tantos otros?