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viernes, abril 26, 2024

La gente quiere venganza y no necesariamente seguridad

La semana pasada fue aprobada por la Cámara de Diputados la Guardia Nacional. Se hizo con los votos de Morena, PT, PRI y PVEM. Muchas voces señalan el peligro que supone lo anterior.

Admiro a nuestros militares y marinos. Agradezco que están ahí para nosotros y saber que están es reconfortante para nuestra nación.

Las fuerzas armadas son la Institución mejor evaluada por la opinión pública, a pesar de que llevan ya 12 años en las calles haciendo labores que no les corresponden propiamente.

El desgaste que supone tener a los militares en un contacto directo con la población, ciertamente ha desgastado la figura y ha traído aparejado un crecimiento en la corrupción que se da al interior de la Sedena y de la Semar. Sin embargo, siguen siendo los mejor vistos por la sociedad.

Desgraciadamente hoy el ejercito tiene muchas funciones y como se dice: “el que mucho abarca poco aprieta”. Al ejercito se le encomendó la ampliación del Aeropuerto de Santa Lucía, además de tomar las instalaciones estratégicas de Pemex, custodiar los ductos y además labores de seguridad pública. El retraso en su llegada a los ductos que explotaron en Hidalgo -casi 5 horas a partir de que de enteraron de la fuga de hidrocarburo-, evidencia que tal vez estén rebasados.

La seguridad pública debería ser un tema excepcional para la milicia, pero nunca permanente. Y les voy a decir porqué.

Nuestras Corporaciones policiacas están entrenadas en un esquema totalmente distinto a las castrenses. A los policías se les enseña a ponderar y en determinados casos a pensar antes de actuar. A los militares se les enseña a cumplir órdenes y tienen una máxima: “El que cumple órdenes no se equivoca”.

Si ponen un retén policiaco y un automóvil no se detiene, los policías posiblemente (si es que lo hacen) perseguirán al conductor hasta hacerlo detenerse. En el caso de los militares si ellos tienen un retén y alguien no se para y a ellos tienen la instrucción de que todos deberían detenerse, entonces será muy posible que los militares le disparen al automóvil para lograrlo.

En el tema de la milicia y su vinculación con la sociedad necesariamente existirán muchas violaciones a los derechos humanos, pues claramente su formación y su preparación puede chocar de frente con poner a salvaguarda los derechos fundamentales de la gente.

Sin embargo, hoy en muchas ciudades y poblaciones cooptadas por el crimen organizado, muchísima gente aclama al ejercito y les urgen justica, casi rayando en venganza. Los pobladores no piden seguridad pública, piden la eliminación de crimen al costo que sea.

Si bien es cierto mi formación y pensamientos están basados en los Derechos Humanos, difícilmente si yo estuviera en una situación en la cual hubieran lastimado a la gente que quiero, no sería el primero en exigir justicia al costo que fuera.

La idea de un ejército que combata con fuerza letal al crimen organizado, haciéndolo en el marco de la ley, suena atractivo, pero ¿cuánto tiempo deben estar ahí? ¿cuánto poder será bueno darle al ejercito?  

Hay elementos que deberemos considerar: Más de la mitad de nuestro territorio está invadido por el crimen organizado; nuestras corporaciones policiacas se han visto rebasadas por no decir incompetentes ante este flagelo. La Policía Federal sólo tiene 25,000 elementos contra los casi 270,000 de la Sedena y Semar. La Policía Federal no ha podido captar a los 12,500 elementos que requiere cada año para crecer. Sólo puede reclutar a 600 al año. Resulta lógico que para crear una Guardia Nacional se hiciera con efectivos de la milicia, pero entonces la realidad es que de facto se está legitimando que sea el ejercito quien se haga cargo de la seguridad pública y eso supone muchos riesgos.

Se logró que en la iniciativa aprobada por la Cámara de Diputados se especificara que el mando de la Guardia Nacional fuera civil, pero la verdad es que eso no será del todo cierto, pues el mando operativo será militar.

Ahora viene lo difícil en el tema legislativo: Pasar el escollo que supone la Cámara de Senadores, donde Morena no tiene tan fácil la aprobación. Habrá que ver la capacidad de operación Ricardo Monreal para sacar adelante la iniciativa. Si se aprueba y como se trata de una reforma constitucional, deberá ser turnada a las legislaturas locales para su aprobación, donde requerirá que al menos la mitad más una de ellas la legitimen. Falta mucho camino por recorrer.

 

Eric Bolivar
Eric Bolivar
Abogado especialista en Derechos Humanos, activista en apoyo a migrantes centroamericanos, colaborador voluntario de la Fundación TELETÓN, columnista, fotógrafo; actualmente dirige Donadores Compulsivos Guanajuato A.C., dedicada a promover la donación altruista de sangre y plaquetas. Correo electrónico: Ebolivar1975@gmail.com. Twitter: @eric_bolivar

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