- Publicidad -
jueves, marzo 28, 2024

¡La guerra que hay que ganar sí o sí!

“El hombre es el lobo del hombre” dijo Thomas Hobbes, nos deja ver que aún sabiendo el costo que pueden tener nuestras actitudes y acciones, nuestro propio egoísmo nos ciega y nos puede llevar a acabar con nosotros mismos.

El tema ambiental nos une a todos. Sin importar la condición social, económica o religión, todos padecemos los estragos de nuestra propia irresponsabilidad y el problema es que el tiempo se agota y si no hacemos algo extraordinario entraremos en una espiral sin retorno.

La política ambiental no puede nunca ser sujeta y mucho menos rehén, de la frivolidad de las promesas electoral, o bien, de la demagogia política. Esa actitud vacía, hueca e insensible, es la que nos está llevando al abismo

Tratándose del medio ambiente no basta con prometer. Es más, no basta con hacer si esto no es lo suficiente.

Apenas el pasado 5 de junio se celebró “El Día Mundial del Medio Ambiente”. Fue instituido por la Secretaría General de la ONU desde 1974, haciendo coincidir con la fecha de inicio de la Conferencia de Estocolmo, la cual fue la primera reunión donde se establecieron con claridad tanto la ruta, como los objetivos, que de manera global se tendrían que asumir para detener y revertir el cambio climático y el daño a nuestro medio ambiente.

Este año las actividades principales se celebraron en China, uno de los países más afectados por la calidad del aire, pero definitivamente también uno de los que más está actuando para revertir esta situación.

El Secretario General de la ONU Antonio Gutiérrez dijo a los gobiernos del mundo que es necesario gravar la contaminación; dejar de subvencionar los combustibles fósiles y dejar de construir nuevas centrales de carbón. “Necesitamos economías verdes, no grises”

Tengo un grupo grande de jóvenes estudiantes que contagiados con el espíritu de hacer algo por el planeta quieren reforestar. Por supuesto que lo vamos a hacer, ya estamos viendo lo de los permisos para hacerlo en lugares públicos. Pero la realidad es que eso sirve para emocionarnos y para la foto. Lo que verdaderamente necesitamos son una sociedad educada y autoridades sensibles, no timoratas, dispuestas a enfrentarse a cotos de poder muy fuertes y con ganas de impulsar políticas públicas eficientes y eficaces.

¿De que sirve que vayan 50 jóvenes y sus familias a reforestar o a limpiar el cauce del rio antes de las lluvias, si las empresas como Danone -y muchísimas más-  vierten sus desechos al mismo cause o contaminan el ambiente y sólo se limitan a pagar multas risorias?. Pregunto: ¿qué no hay delitos que perseguir?, ¿qué todo se arregla con dinero? La respuesta pareciera que sí, que las cosas se arreglan con dinero, pero habrá un día (espero que nunca lleguemos a ello) que no podremos bebernos o comernos ese dinero.

Tenemos prohibido ya por ley la comercialización de plásticos de un solo uso. Adiós a los popotes, a las bolsas, a los desechables. Eso está muy bien, pero en la práctica ¿quien supervisa que eso no pase?, ¿Quien sanciona y como sanciona? En León tenemos una de las fábricas más grandes de platos y vasos desechables de unicel de todo el país y sigue fabricando y distribuyendo sin problema. ¿La autoridad donde está?

¿Se puede revertir?, ¿se puede hacer algo más allá de la demagogia?

Les pongo el ejemplo de China. El país que tiene la mayor cantidad de las ciudades más contaminadas del mundo y el país más poblado también. Además, la potencia económica per se, con miles de industrias y su economía depende ellas.

¿Qué hicieron? EN 2014 el Primer Ministro Chino dijo que a partir de ese momento se le declaraba la guerra a la contaminación. La declaración venía acompañada de miles de millones de dólares y una política ambiental muy endurecida.

Los resultados 5 años después son que China tiene el 99% de todos los autobuses eléctricos del mundo y el 35% de los automóviles también eléctricos. Son el país que mayor cantidad de energía eólica y solar producen en el mundo. Disminuyeron en más de 32% las partículas finas suspendidas en el aire. En cuatro años les agregaron a sus habitantes 2.4 años de expectativa de vida. Y ¿la industria? No sólo no se sacrificó, sino que hoy es más productiva que nunca

Hay mucho por hacer y a un costo altísimo tanto económico como social, además de tener que enfrentar de manera frontal y decidida a grupos de poder. ¡Pero simple y sencillamente no tenemos de otra! Debemos actuar con firmeza y entendiendo que es nuestra última oportunidad de evitar lo inimaginable.

Eric Bolivar
Eric Bolivar
Abogado especialista en Derechos Humanos, activista en apoyo a migrantes centroamericanos, colaborador voluntario de la Fundación TELETÓN, columnista, fotógrafo; actualmente dirige Donadores Compulsivos Guanajuato A.C., dedicada a promover la donación altruista de sangre y plaquetas. Correo electrónico: Ebolivar1975@gmail.com. Twitter: @eric_bolivar

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO