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jueves, marzo 28, 2024

LA MALA NUTRICIÓN EN LA INFANCIA

Por: Rebeca Monroy

Miembro del Colegio de Nutriólogos de León y nutrióloga Certificada CMN. Doctora en Ciencias Médicas con tres maestrías (Investigación clínica, Gestión e Innovación Tecnológica y Experto Internacional en Toxicología). Profesora e investigadora de la Universidad de Guanajuato. Fundadora del Observatorio Universitario de Seguridad Alimentaria y Nutricional del Estado de Guanajuato (OUSANEG) y de la Revista de divulgación Científica REDICINAySA. Autora del libro “Guía para el Desarrollo de proyectos de investigación del área de la salud en una era sostenible”. Con experiencia en emprendimientos sociales.  rmonroy79@gmail.com

 

“No hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, de la civilización humana”.

Plan de Acción de la Cumbre Mundial a favor de la Infancia, 30 de septiembre de 1990.

 

La infancia es la etapa de la vida entre los 0 y 6 años donde ocurre el mayor crecimiento, desarrollo biológico y psicosocial; es la etapa que transcurre entre el nacimiento y la adolescencia. Esta etapa es de relevancia porque se presenta el mayor desarrollo del cerebro y será el mejor momento para invertir en salud, nutrición, alimentación, educación, en los aspectos psicológicos y emocionales lo cual tendrá un retorno en la etapa adulta que se traducirá en mayor bienestar en todos los aspectos del desarrollo humano (salud física, mental, oportunidades/productividad, años en calidad de vida). Es una etapa donde el cuidado por parte de los adultos, padres y sociedad es vital, además de estar enmarcado en los diez Derechos de los niños y niñas para lograr su bienestar (salud, alimentación-agua, educación, protección, desarrollo, amor, etc.).  Con esto podemos darnos cuenta del nivel de vulnerabilidad que presenta la infancia: 1) La etapa de crecimiento y desarrollo que demanda muchos cuidados, 2) La dependencia de parte de los adultos (padres) que requiere que estos posean educación o conocimiento necesarios sobre el cuidado de un niño y niña.

En México hay 40 millones (32.8%) de niños, niñas y adolescentes (una tercera parte de la población) con diferentes realidades en el tema de derechos. Los menores de 18 años están distribuidos en casi la misma proporción en tres grupos de edad: 32% son niños y niñas menores de cinco años, 34% tienen entre 6 y 11 años, y 34% son adolescentes entre 12 y 17 años. En Guanajuato hay aproximadamente 2 millones de menores de 18 años, es decir, casi un tercio de su población es menor de edad (16.7%) y de ellos un 51.3% vive en pobreza (INEGI, 2015).

El sobrepeso y obesidad en menores de 18 años ha alcanzado un promedio del 40% en Guanajuato y con ello varios problemas de salud que han derivado de estudios locales. Por ejemplo, el embarazo adolescente aumenta la vulnerabilidad para el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas motivo por el que hemos observado mayores cifras de diabetes en las mujeres adultas.  De acuerdo con las estadísticas de natalidad un 14.5% de las defunciones se presentaron en adolescentes y mujeres menores de 20 años. Para Guanajuato un 16.2% correspondieron a mujeres adolescentes entre 15 a 19 años.

Un estudio realizado en Guanajuato encontró una asociación con presentar inseguridad alimentaria severa en los hogares con un nacimiento prematuro y un problema auditivo. Un alto consumo de refresco se ha observado desde hace más de 15 años en la infancia y la adolescencia.  Es importante en este momento mencionar y considerar la dinámica laboral de los padres, situación que ha llevado a que los menores de edad se queden mucho tiempo solos o expuestos a un medio electrónico (celulares, televisión, videojuegos, etc.) a decidir sus alimentos sin la supervisión de algún adulto, comprometiéndose la educación y valores al estar ausentes los padres o cuidadores.

México presenta estadísticas de sobrepeso y obesidad infantil sin precedentes y, Guanajuato no es la excepción. México ha pasado de tener una alta prevalencia de desnutrición, talla baja, anemia, enfermedades respiratorias y parasitarias en los 80´s a cifras alarmantes de sobrepeso y obesidad infantil en menos de 20 años. La mala nutrición hace referencia a presentar obesidad (exceso) o desnutrición (deficiencia) por estilos de vida no saludables que se deberían iniciar y aprender en una etapa clave, “la infancia”. Por ello el deterioro en salud es prematuro y cada día en personas más jóvenes. Ante ello estamos observando la coexistencia de dos o más epidemias (obesidad/desnutrición y ahora la de COVID-19. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2018 presenta datos desalentadores y ante la pandemia por COVID-19 se han exacerbado las vulnerabilidades de los mexicanos y los guanajuatenses.

 

Reflexiones para integrar acciones urgentes para Guanajuato

  • Los cuidadores deben ser los principales responsables de velar por la salud y la alimentación de los niños y niñas. Para ellos los cuidadores necesitan de tiempo y educación alimentaria y en lo que conlleva el cuidado de un niño o niña.
  • Las empresas deberán contribuir en velar por tiempos familiares de sus trabajadores (coordinación y administración de jornadas, trabajo en casa, respetar horarios de convivencia con la familia, etc). sobre todo, las que están dentro de las socialmente responsables que tienen mejor claridad de lo que estoy abordando.
  • Contar con un diagnóstico de actores clave en el Estado que estén trabajando por los derechos de los niños y niñas, así como los adolescentes: Universidades, Organismos de la Sociedad civil, empresas, Centros de investigación.
  • Una plataforma u observatorio donde se compilen las bases de datos para la generación de información y con ello medición del impacto o para el mejor diseño de programas o acciones con tiempos cortos de medición.
  • Visiones integrales de primer contacto: Profesionalizar e inversión en capital humano que trabaja con el tema infancia e impulsar la formación de actores clave con visión integral, como nutriólogos que puedan contender indicadores de riesgo psicológico, además de los nutricionales, ejemplo, presencia de anemia o desnutrición con signos de violencia física o sexual o un psicólogo que identifique signos de deficiencia de hierro o vitaminas además de lo que forma parte de sus competencias.
  • Capacitación y sensibilización con quienes tienen relación directa con la infancia: educadoras, padres de familia, centros de salud, a través de campañas y acciones para prevenir el abuso sexual, problemas de sobrepeso, anemia, obesidad.
  • Derecho alimentario y de seguridad alimentaria con el impulso de los comedores y, ahora con la contingencia continuar con la ayuda alimentaria para la infancia generando una integración de actores que permitan coadyuvar con la ayuda. O el diseño de programas de apoyo a la alimentación que ya se estaban proporcionando.
  • Continuar con la promoción y acceso a los servicios básicos agua, drenaje, alcantarillado
  • Seguir impulsando la lactancia materna en los primeros seis meses de forma exclusiva.
  • Acciones urgentes para contener y disminuir el problema de sobrepeso y obesidad en Guanajuato además de la presencia de talla baja, anemia, desnutrición e hipovitaminosis que aún coexisten, con acciones en los entornos obesogénicos.

Ahora más que nunca necesitamos trabajar en red, ahora más que nunca como una sociedad organizada. Ante los problemas que están rebasados para todo gobierno. Será sólo la participación ciudadana y organizada que logre los impactos deseados por una agenda que se trabaje en conjunto con la ciudadanía.

Finalmente pienso que cuando decidimos salir a trabajar ambos padres porque los sueldos no son suficientes o, para integrar una equidad de género laboral en un hogar o familia o las razones que sean, hemos olvidado dentro de esta dinámica ¿quién cuida de los niños y las niñas en un hogar?  ¿Quién les enseña a comer, a seleccionar alimentos saludables, a realizar ejercicio, etc.?

La obesidad es sólo un síntoma de muchos factores de riesgos y omisiones que se han dejado de realizar en materia de derechos de los niños y niñas. Sin una infancia sana, estamos condenamos al colapso.

 

  1. ENSANUT 2018. Informe de Resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición – 2018. Disponible en: https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2018/informes.php
  2. Monroy-Torres R. REDICINAySA, Julio –Agosto – 2020 |Volumen 9 | Núm. 4. Pag. https://www.ugto.mx/redicinaysa/images/publicaciones/2020/La-entrevista-REDICINAySA-Vol-9-No-4.-Julio-Agos-2020.pdf
  3. Monroy-Torres R. Lo que la población debe conocer de los Resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2018). R E D I C I N A y S A , 2020; 9 (1):  5-9. Disponible en: https://www.ugto.mx/redicinaysa/images/publicaciones/2020/REDICINAYSA-VOL-9-NO-1-ENERO-FEBRERO-2020.pdf
  4. Castillo Chávez AM, Monroy Torres R, Hernández González VH. Association between food insecurity and perinatal risk factors with hearing problems in preterm birth. Nutr Hosp. 2019; 36(2):267-274. ISSN impreso: 02121611. ISSN electrónico: 16995198. DOI: 10.20960/nh.2193
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