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martes, marzo 18, 2025

La rebeldía como estilo musical: década de los 70

Terminábamos una década, la de los 60, un tanto convulsionados por los acontecimientos mundiales, y las protestas subidas de tono por todo el mundo. Iniciamos la década de los 70 con resultados nada agradables con respecto a los decesos de aquellos personajes que abusaron de lo lindo de las drogas. La lista es considerable, si a eso le sumamos todos aquellos “soldados desconocidos” luchando una batalla en contra de las imposiciones, pero sobre todo por el consumo desmedido de drogas que eran paliativos para soportar los dolores causados por esas guerras. Además de las trágicas muertes de iconos del Rock, hubo rupturas que llevaron a un letargo, no muy considerable, pero sí notable.

Como complemento para finalizar esa década, en 1969, uno de los momentos más sublimes en la protesta en contra del “establishment”, lo provoca uno de los genios musicales del siglo XX. Me refiero a Jon Lord, cuando acompañado de su grupo Deep Purple, se presentan, tal y como lo hacen en cualquier concierto, para ejecutar una sinfonía compuesta por el propio Lord y se hacen acompañar de la Orquesta Filarmónica Real, dirigida por Malcolm Arnold. La sinfonía, llamada “Concerto for group and ochestra”, está compuesta de tres movimientos, Allegro Moderato, Andante y Vivace Presto, en los que el grupo y la orquesta nos sumergen en una de las sensaciones más exquisitas, musicalmente hablando. Es la primera vez que un grupo de Rock silencia así a la prensa crítica, que decía que los músicos rockeros solo hacían ruido sin ningún chiste. Para conmemorar treinta años de esa fecha organizaron una gira mundial. Así que treinta y un años después, en el año 2000, en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, con la London Symphony Orchestra y con Deep Purple casi completo y como vocal Ronnie James Dio, tuve la fortuna de verlos.

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Con todo y eso, nos encontramos con una madurez musical que ya no solo protestaba en contra de gobiernos opresores, también revelaba sus preferencias de todo tipo: religiosas, sexuales y musicales, entre otras.

Así es como surgen una cantidad considerable de grupos que demostraban a través de sus modas y en algunos casos en sus letras, sus preferencias, pero sobre todo, la inconformidad ante la moralina sociedad mundial.

También surge una especie de oscurantismo que es muy claro en algunos grupos, lo cual fue magnificado por la crítica musical y entonces se satanizaron varias corrientes desprendidas del Rock. Ejemplos hay muchos, sería mucho espacio para hacer una lista, pero entre otros están personajes que ya venían conformándose desde la década anterior y otros que emergen en el inicio de los 70: David Bowie, Marc Bolan y T-Rex, Led Zeppelin, Deep Purple, Black Sabbath, entre algunos de los más conocidos. También tenemos grupos que van moldeando su protesta de diferente forma, pero siempre a la vanguardia.

La forma contestataria del rock se transformó socialmente, y los grandes conciertos fueron sustituidos por lugares menos espectaculares, y sobre todo, más controlables. La forma de rebelarse fue haciendo que la música se complejizara y lo que en los 60 fueron pequeños experimentos, para el inicio de los 70 se fue perfeccionando para utilizar, ya no solo los elementos básicos (guitarra eléctrica, bajo eléctrico, batería), sino que cada vez había más presencia de otros instrumentos o recursos en los grupos. Tenemos entonces, que hay grupos que continúan de la década de los 60, pero surgen más agrupaciones. Entre los que ya estaba y los que llegaron, podemos mencionar a Premiata Forneira Marconi, Il Banco, King Crimson, Van Der Graff Generator, Genesis y Jethro Tull, entre otros muchos más.

Hay una producción que debe ser reconocida, no por ser la primera de este grupo, pero sí la que generó más expectativas y hasta la fecha sigue permeando de forma muy importante, tanto que se han hecho tributos en diferentes formas musicales y teatrales. Hablo de “Dark side of the moon” de Pink Floyd.

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Cuando las óperas rock fueron una buena manera de rebelarse a finales de los 60, Hair en 1967, Tommy (The Who) en 1969 y Arthur Or the Decline and Fall of the British Empire (The Kinks) en 1969, es en los 70 cuando recobran fuerza y se multiplican, como esa forma de ir rebelándose con otros elementos más sofisticados y/o complicados. En Tommy, segunda ópera rock conocida, se dilucidan varios temas críticos para la sociedad: abuso infantil, uso y abuso de las drogas, manipulación de los medios, corrupción, religión, homosexualidad, prostitución, etc. Temas que la sociedad teme, pero que poco hace para erradicar. Además, para esa fecha, ningún grupo de rock había manifestado de esta manera la perversión de la sociedad, como lo hizo The Who.

En 1970 se estrena una ópera que impactó a la sociedad por el tema que proponía y la forma en que lo abordaba. Me refiero a Jesus Christ Superstar de Andrew Lloyd Weber y Tim Rice, que narra lo vida de los últimos siete días del personaje bíblico que lleva su nombre. La película de esta ópera rock, aparece en 1973, con una versión muy bien lograda, con imágenes muy claras, además mostrando el eterno conflicto en medio oriente. Sabemos que ambas, ópera y película, no fueron bien recibidas, sobre todo por algunas instituciones religiosas, que se alarmaron de que la historia contada, podría afectar a sus seguidores.

La lista de óperas rock en la década de los 70 es larga, aquí la lista:

En 1971, se estrena una película icónica de Stanley Kubrick. Naranja Mecánica, una relatoría de cómo un individuo violento, después de un tratamiento para “domesticarlo”, se rebela ante la imposición. La música, aunque no contiene rock, sí envuelve a una pandilla surgida en alguna ciudad, la que sea: Alex y sus “drugos”, personas con problemas de conducta violenta, que se exacerba al tomar una droga que consumen a través de lácteos. Alex es amante de la música de Beethoven, así que en la película escuchamos varias melodías de este compositor, además de otras obras de otros compositores, como La Obertura de Guillermo Tell, Pompa y Circunstancia, La Urraca Ladrona, así también “Singing in the rain”, sí, la de la película del mismo nombre.

En la década de los 70 se lanzaron varias películas de algunas óperas rock, y otras que no provenían de ese estilo, pero que hacían evidente la descomposición social actual y no tan actual: Tommy, Quadrophenia, Lisztomania, Último Tango en París (ésta con música del extraordinario saxofonista argentino Gato Barbieri).

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La segunda mitad de la década fue presagiada por el guitarrista de The Who, Pete Towsend, componiendo “El rock ha muerto, ¡viva el rock!”. Eso no sucedió y no ocurrió por muchos ejemplos que adelante menciono. Lo que sí hubo, como normalmente sucede, fue un movimiento que trató de minimizar y/o eliminar el efecto que venía causando el Rock y su “oscurantismo”. Me refiero a la música disco, que tiene sus bases en el estilo soul de los 60 y 70 y del estilo setentero funky y que ninguno tenía en su forma nada de rebelde.

Lo que sí pudimos evidenciar a través de una película icónica, “Saturday Night Fever”, fue una sociedad que no tenía más aspiraciones que ser un trabajador marginado y que cada fin de semana tuviera oportunidad de salir y competir por un lugar en esa sociedad cada vez más devaluada, bailando frenéticamente en un espacio cerrado e iluminado con luces multicolores encendiendo y apagando. Y el “efecto Travolta” sí tuvo efecto, ya que fue una moda que se posicionó del mercado de manera irracional. Tanto así, que muchos de los grandes músicos y las grandes bandas de rock, tuvieron que dar su brazo a torcer, y “entrarle” a la disco. Hay ejemplos muy rescatables, otros que nada más no convencieron. La difícil situación que vivía el rock para sobrevivir, llegó de manera providencial en los inicios de los 80 y más adelante analizaremos eso.

También a mediados de los 70 tenemos el fin de la Guerra de Vietnam y por consiguiente las protestas contra eso se tuvieron que volcar a otros escenarios, que después fueron temas para los videoclips de inicios de los 80.

Hay dos movimientos musicales en los 70 que no pueden dejar de ser motivo de análisis para este artículo: El Reggae y el Punk.

Las bases musicales del reggae son, entre otras, calipso, rocksteady y mento, ritmos de mediados de los 60, muy cadenciosos y exquisitos para bailar, pero de ninguna forma rebeldes, más bien, románticos. En los 70 el estilo toma un matiz diferente y se convierte en el reggae, medio de comunicación de una religión llamada rastafarismo que surgió en la década de los 30 del siglo XX, que tiene como divinidad la figura del emperador etíope Haile Selassie, quien deberá conducir a sus seguidores a una tierra prometida. También emerge como respuesta a la opresión inglesa en la isla de Jamaica, lo cual lo convierte en un estilo musical político-religioso. Tiene entre sus objetivos unir a las sociedades africanas para evitar la brutalidad de los imperialistas.

Hay tres figuras importantes en este estilo: Jimmy Cliff, Peter Tosh y Bob Marley, que se convirtió en el verdadero vocero del rastafarismo y, por supuesto, del reggae.

Varios de los grupos ya famosos en los 70 tuvieron gratas experiencias al fusionar estilos musicales con el reggae.

Aunque a finales de los 60 ya tenemos algunas expresiones proto punk (New York Dolls, Velvet Underground), no es hasta mediados de los setentas que sí se define como movimiento social y adopta un estilo musical muy propio. Nada elaborado, distorsión y volumen al máximo, de ritmo muy rápido, melodías muy cortas, para lo que ya se conocía de los 60 y sus melodías de larga duración. El movimiento punk de los 70 se volvió transgresor, violento de las instituciones gubernamentales y de los modelos caducos dentro de la escena musical, aunque muchos de los grupos que surgen del movimiento terminan, inevitablemente, como rock stars. Entre los ejemplos más sobresalientes del movimiento punk, tenemos a Sex Pistols y Ramones.

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En la década de los 80, los punk permanecen pero ya no tan agresivos, aunque sí muy politizados (The Clash es un ejemplo de esta tendencia), además su música es más elaborada. De ahí surgirán otros estilos derivados del original que levantarán la bandera del anarquismo a favor de su movimiento. Pero en los 90 se transforma totalmente el movimiento y entonces voltean hacia el deterioro ambiental, lo cual es su motivación como movimiento social.

Para finalizar la década, en 1979, aparece una de las producciones musicales más trascendentales de la historia del rock: The Wall, de Pink Floyd, que relata la historia de un personaje totalmente consumido por sus miedos y frustraciones, encerrado tras un muro, que representa a toda la sociedad fallida, con sus imposiciones, hipocresías y prejuicios.

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¿Qué sucedía en México?

La primera nota relevante es un concierto al aire libre, simulando al de Woodstock. El Festival Rock y Ruedas, en Avándaro en 1971. Festival promovido por gente de la televisora más grande de México. El festival reunió a la crema y nata de los músicos que entonces, después de lo sucedido en los 60, dan un salto y experimentan un avance al incluir sección de metales en sus grupos, tal y como sucedió en EU con grupos como Chicago, Blood Sweat and Tears, y otros. Estos grupos mexicanos hace música muy bien lograda, pero en idioma inglés.

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El festival se convirtió en un acto rebelde, según la prensa vendida al gobierno echeverrista y también la que no estaba en esa modalidad. Lo que sí puedo asegurar que a pesar de todo lo que se diga de ese festival y aunque haya sido esa televisora la que lo organizó, fue un nuevo comienzo para muchos grupos que estaban en contra de la imposición de la música comercial vía la radio y la TV. Fue un acto de rebeldía que evocaba lo sucedió hacía solo tres años atrás con un movimiento social reprimido.

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La radio y TV contraatacaron para minimizar el gran esfuerzo de estos grupos, que acabaron marginados, gracias a que la industria de la comunicación hizo resurgir, sin falta de ética, lo que llamaban “La época dorada del rock”, que además se hizo acompañar de boleristas nuevos y viejos, mexicanos y extranjeros, que llenaban las ondas hertzianas día y noche. Era una manipulación masiva sin precedentes. Los grupos que mencionaré, lograron de alguna mantenerse al margen unos, los más, y otros, se fueron amoldando hasta caer en el ridículo. El caso más siniestro es el de la Revolución de Emiliano Zapata. Los grupos que merecieron el honor de llegar más adelante sin lastimar su esencia son varios y de muy buena calidad. Uno de ellos, de excelente calidad musical, originarios de Guadalajara, fueron los Spiders, que venían del final de los 60 y se consolidaron al inicio de los 70 con la grabación de un disco llamado “Back”. Otros grupos mexicanos de reconocida calidad pero desconocidos a los ojos y oídos de la mayoría son: Dug Dugs, División del Norte, Peace & Love, El Ritual, Hangar Ambulante, Chac Mool, entre otros.

Ejemplo de la persistencia y la rebeldía del rock y de no sucumbir ante el ataque sin piedad de la radio y TV, fue el Three Souls in my Mind, que aunque no fuera muy protestante en sus melodías de los inicios del grupo, provocó un fenómeno cultural que hasta hoy permanece vigente. Después de que el grupo dejó a un lado el idioma inglés y se puso a componer y cantar en español, el entendimiento con su público fue más estrecho y entonces la gente sí entendía cuando Alex Lora, cantaba “Nuestros impuestos” o “La Devaluación”, melodías que aludían a un problema que estaba viviendo el México de la segunda mitad de los setentas. La historia de este grupo cambia radicalmente en los 80.

La década de los setentas, para la mayor parte de los rockeros mexicanos, pasó sin pena ni gloria, dada la gran campaña en su contra y gracias a bodrios televisivos como “Siempre en Domingo”, “Fiebre de Sábado” y otras “linduras” que penetraron hondo en el gusto de “La Gran Familia Mexicana”, siempre tan de doble moral.

 

*Luis Humberto Carlín Vargas es arqueólogo, músico e ingeniero en sistemas
Correo electrónico: asesoria.carlin@hotmail.com

Luis Humberto Carlín Vargas
Luis Humberto Carlín Vargas
Arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Coordinador General del Proyecto Cultural León Prehispánico (PCPAC). Coordinador Académico de los Diplomados de Arqueología e Historia de México (DAeHM). Ingeniero en Sistemas. Músico. Correo electrónico: luishumberto.carlin@pcleonprehispanico.com

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