Si existe un animal emblemático y temido por los seres humanos, es el lobo. El mamífero salvaje que más ha convivido con la especie sapiens y que nos recuerda nuestro andar como cazadores recolectores y las primeras evidencias del proceso de sedentarización hace ya más de siete mil años, domesticando algunas especies, pero sobre todo esa llamada Canis lupus, que ya transformada durante varios cientos de años, ahora es llamada Canis familiaris, la que aprendió a soportarnos de cerca, pero sobre todo a expresar un cariño desmedido, y a la que en general, los sapiens, maltratamos sin piedad.
Para la autora alemana, convivir con los lobos, le ha dejado una experiencia motivadora, que ha trascendido, incluso al amor por el humano, dadas las condiciones y estilo que emana de las comunidades de lobos que ha investigado durante tres décadas. Aprendió a amar su trabajo, sin necesidad de haber estudiado algo relacionado con animales. Como abogada, le faltaba algo con que llenar su vacío existencial y lo llenó estudiando comunidades de lobos alrededor del mundo, principalmente Alemania, Canadá y EU. Dejo aquí su biografía por si alguien le interesa su trabajo como ambientalista comprometida con las especies animales, en especial con los lobos.
http://www.edicionesurano.es/es-es/autores/autores/detalle-de-autores.html?id=02644
Después de leer este magnífico libro, me hizo pensar en otra investigadora, que cambió su vida por estudiar a los chimpancés de las Selvas de Gombe, en África. Me refiero a Jane Goodall. O la vida de otra investigadora y defensora de los derechos de los gorilas, y que murió masacrada por cazadores furtivos que no estaban de acuerdo en que les afectara su modus vivendi que era aniquilar gorilas para fines estúpidamente humanos. Entre esos fines destacan, cortarle los pies a los gorilas para usarlos como pisa papeles. Grotescamente humano. Sapiens siendo sapiens.
Los humanos sentimos que los animales nos deben rendir culto, que todos los recursos son para acabárnoslos, que podemos hacerle daño a lo que se nos ocurra, sin sentir culpa, y por supuesto, hacerlo sin escrúpulos y destruir lo que se nos antoje.
En el caso de la Sra. Radinger, ha dedicado ese tiempo, treinta años, a cuidar y abogar por los derechos de los lobos, que además de todo, han sido estigmatizados como “depredadores sin juicio ni respeto”, dicen los granjeros. ¡Miren quién habla!
Después de leer el libro, se entienden muchas de las vicisitudes por las que deben pasar estos mamíferos para sobrevivir en un entorno hostil para ellos. Un habitat que los humanos hemos invadido, tal como ha sucedido con todos y cada uno de los otros entornos ecológicos, y vamos por más afuera del planeta.
El lobo es un ejemplo de convivencia familiar, de la que deberíamos estar aprendiendo los humanos. Son grandes madres, padres, tíos, cachorros, etc. Parejas fieles. Guardianes de la integridad del grupo.
Para un servidor, el estudio del lobo se volvió una meta desde hace años, y hoy que tuve oportunidad de leer esta excelente investigación, compruebo mi pasión por ese gran mamífero, que era considerado por los grupos apaches como Hermano. Así como el cuervo, el búfalo, el oso y otros con los que convivía diariamente. El Hermano Lobo era un ser especial para ellos. Le tenían un respeto increíble. Lo consideraban su par como gran cazador. ¿En qué momento perdimos ese respeto por el ambiente y los habitantes de todos esos nichos ecológicos? La respuesta es muy sencilla, además no fue hace mucho tiempo.
No me queda más que recomendarle esta gran obra, que le revelará datos muy importantes acerca de esta especie tan especial.
Espero su correo, estimado lector(a), después que tenga oportunidad de leer esta obra. De esa forma podremos compartir las sensaciones que le provocó esta recomendación. El correo donde puede escribirme lo dejo aquí.
El próximo análisis será “Todas las piedras tienen 2000 años”. Un libro que nos introduce al maravilloso mundo de la arqueología de una manera muy sencilla de asimilar. Sin lenguaje científico inentendible. Sin pretensiones de sabiduría inalcanzable, el Mtro. Jaime Litvak, reconocido arqueólogo mexicano, nos lleva de manera muy amena a conocer la arqueología (sobre todo la mexicana) y sus intrincadas redes de investigación. Esa arqueología que muchos desearon estudiar, pero las advertencias familiares y la vida los llevó por otros rumbos, hoy pueden conocer más a fondo esta extraordinaria y apasionante profesión.
