Declaro no tener conflicto de intereses.
Ya les he contado en otras ocasiones y sin una pizca de vergüenza que soy súper fan de la serie Grey´s Anatomy. En esta ocasión quiero destacar el personaje de Miranda Bailey, interpretado por la actriz Chandra Wilson y es de los pocos que se han mantenido presentes a lo largo de las 17 temporadas.
Miranda Bailey es una cirujana general de fuerte carácter, determinado, disciplinada, con un liderazgo cimentado en su capacidad de decir las cosas claramente, su entrega y dedicación con sus pacientes. La creadora de la serie Shonda Rimes, ha declarado que este personaje era de los pocos que tenían una descripción física cuando lo plantearon (raza caucásica, delgada, alta); sin embargo, en cuanto vieron la audición de Chandra, inmediatamente se dieron cuenta que ella encarnaba esas características a pesar de ser de muy baja estatura, de complexión robusta y de raza negra. ¡Vaya que tuvieron razón!
Una de las muchas cosas que habría que destacar Miranda Bailey es como visibiliza la experiencia y los retos de la maternidad. Mencionaré aquí solo algunos ejemplos.
En la temporada 2, Miranda se embaraza en su último año como residente de cirugía. Tras dar a luz en un parto natural sin anestesia, está por salir del hospital, más su ginecóloga le pide una consulta médica off the record. Cuando la está atendiendo, esta compañera comienza a llorar mientras Bailey le pide que pare pues con ese llanto le activa el reflejo de eyección y empieza a brotar el calostro de sus pechos, manchando su ropa inmediatamente. En eso, su jefe toca la puerta y trata de reñirla por estar dando consulta recién parida, ella abre la puerta del consultorio, baja la mirada para señalar las manchas de leche y aprovechar la incomodidad que les causa la lactancia a los hombres (aún siendo médicos) para quitárselo de encima.
Cuando se reincorpora al trabajo, la guardería del hospital aún no tiene espacio para su hijo, así que se presenta con él en brazos. Esta escena representa lo que viven miles de madres trabajadoras que se ven con complicaciones adicionales para poder cumplir con su compromiso laboral y ejercer como mamás.
En la temporada 6, atraviesa por un doloroso divorcio y, como muchas otras madres, su principal preocupación es cuidar la salud emocional de su hijo y permitirle tener una relación cercana con su padre.
Más adelante, en la temporada 12, cuando los personajes de Callie y Arizona se confrontan en la corte por la custodia de su hija, llaman a Miranda al estrado para tratar demostrar cuántas veces se había ausentado una de las madres para atender cirugías de emergencia propias de su especialidad, dejando a la pequeña sin su presencia. A lo que Bailey responde que: “Nunca consideraría el éxito profesional de una mujer como una desventaja”, así como que “esa era una pregunta que nunca le harían a un hombre para cuestionar su paternidad”, destruyendo así la intención de la abogada de usar la fortaleza profesional de Arizona como una debilidad.
Más, a pesar de su entereza a toda prueba, Miranda Bailey también muestra su lado vulnerable. Tiene un trastorno obsesivo compulsivo que requiere atención psiquiátrica para permitirle funcionar. Cuando llega al ansiado puesto de Jefa General de Cirugía, siendo la primera mujer en ocuparlo y estar teniendo un excelente desempeño, sufre un infarto al miocardio que le hace tener que tomar un receso para prestar atención a su propia salud y así salir adelante.
Si aún piensas que Grey’s Anatomy solo es “una novela más de hospitales”, tal vez es momento de descubrir que tiene un discurso feminista, inclusivo y ético muy interesante.
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