Declaro no tener conflicto de intereses.
Según Wikipedia, “en la jerga militar se denomina fuego amigo a los disparos provenientes del propio bando”.
En referencia a la lactancia, le llamo Fuego Amigo, a esos “disparos” que provienen de las personas de las que esperarías mayor apoyo y comprensión, PERO, por el contrario, recibes críticas, comentarios hirientes, miradas acusadoras, indiferencia o insultos por la manera en la que has decidido llevarla.
Frases como:
“Me estoy esforzando para tener una lactancia exclusiva… pero mi suegra insiste en que debo completar con fórmula”.
“Mi hermana me ayuda a cuidar al bebé de cuatro meses y le está dando probaditas de comida porque ve que se le antoja lo que comen”.
“Mi esposo dice que deje de dar pecho a mi bebé… porque me extraña”.
“Mis amigas dicen que mi hija de un año está demasiado apegada a mí, porque le sigo dando pecho”.
“Mi mamá dice que el bebé come muy seguido porque en la familia somos de poca leche”.
“En la familia dicen que el bebé ya me tomó la medida y me tiene de chupón”.
Estos son el tipo de comentarios con los que todos los días tienen que lidiar las madres lactantes.
Pocas son las que logran superar la sorpresa, el impacto de estas palabras y responder con argumentos basados en evidencia científica. En ocasiones, porque no los conocen, pero la gran mayoría de las veces, es porque es tanto el dolor de recibirlos, que se callan…
Cualquier mamá que ha amamantado, sabe que no siempre es miel sobre hojuelas; que en ocasiones se tienen que superar retos (como dolor, grietas, inseguridad si se está produciendo la suficiente leche, desvelos, etc.) como para todavía, tener que defender una acción tan trascendente ante los demás… peor aún, defenderla ante de los seres queridos.
Si tú que estás leyendo esto eres una mamá a la que han atacado aún “sin querer queriendo”, es mi necesidad que sepas que TE ENTIENDO. Que después de amamantar a tres hijos, también he estado ahí, teniendo que defender lo que no debería de ser necesario. Que cuando me informé, encontré las palabras necesarias para desactivar esos comentarios y que cuando llegó el momento en el que ya me daba pereza tratar de convencerlos, simplemente los hice a un lado y disfruté esos momentos de intimidad y complicidad con mis bebés (sobre todo con la tercera, con los dos primeros todavía me agarraron medio babas).
Por otro lado, decirte que la mayoría de estos comentarios se vierten sin maldad (…dije la mayoría). En el mejor de los casos, lo dicen con buena intención. Sin embargo, la gran parte provienen de la DESINFORMACIÓN GENERALIZADA, DE PREJUICIOS Y DE LA FALTA DE EMPATÍA.
¿Y sabes qué? Tristemente son comprensibles en una sociedad que le ha dado la espalda a la leche materna.
Tenemos mucho trabajo por hacer todavía para fomentar una cultura de la lactancia donde todos y todas comprendamos su valor y trascendencia para la salud física, emocional y económica de cada una de las familias.
Por lo pronto, pues abonar a este esfuerzo compartiendo esta publicación. Tratemos que ninguna mamá que desee amamantar, tenga que lidiar con el Fuego Amigo.
#PorUnMéxicoSano
