Tal y como lo previmos, los últimos días de campañas políticas se están caracterizando por el incremento de ataques entre candidatos, denuncias de todos contra todos, descalificaciones y demás lindezas.
Increíble en verdad resulta el alto grado de cinismo de todos los partidos políticos, ya que mientras el PAN denuncia al PRI por entregar tarjetas telefónicas, el mismo día su candidato en León regalaba miles de tarjetas pagobús, mientras el PAN se queja de supuestas entregas de electrodomésticos que hace el PRI, el PAN hace exactamente lo mismo, aunque aumentado y corregido, ya que además de esos regalos, también entregan material para construcción, y su gobernador anda por todo el estado entregando apoyos y subsidios, mientras el PRD se queja de que PAN y PRI excedieron el tope de campaña, no responden sobre la enorme cantidad de dinero que su candidato López Obrador lleva gastado en cinco años de campaña, ni de donde saca el dinero para vivir, total, que todos ven la paja en el ojo ajeno pero no ven la viga que traen en el suyo.
Y es que resulta hasta de pena ajena escuchar a los diferentes candidatos quejarse, cuando ellos mismos o sus compañeros hacen exactamente lo mismo, ¿en verdad pensarán que los ciudadanos somos tontos?
A estas alturas (a diez días de la elección) el ciudadano ya está más que cansado y aburrido de las campañas políticas, de los millones de spots, de los pleitos y dimes y diretes entre candidatos, y en ocasiones lo único que se está logrando es que muchos de los probables electores prefieran no acudir a emitir su voto, ya que una de sus conclusiones es una frase que todos conocemos: “todos son iguales”.
En los próximos dos años, tanto autoridades como ciudadanos deberán hacer un análisis para encontrar una mejor manera de enfrentar las próximas elecciones, ya que la legislación actual ha demostrado que requiere de ajustes, algunos menores y otros mayores.
