El sistema político en nuestro país ha hecho de los partidos políticos los dictadores y únicos usufructuarios de los puestos de elección popular, dígase senadores, diputados federales, diputados locales, gobernadores, presidentes municipales y miembros de los ayuntamientos.
Los legisladores no han aceptado por ningún motivo las candidaturas ciudadanas, es decir, que no provengan de un partido político, situación que entendemos, pero que no compartimos, y mientras esto no cambie, nuestro país seguirá igual que hasta ahora en lo que hace a la toma de decisiones, ya que estas siempre se tomarán de acuerdo a los intereses de cada partido, no del interés general.
Si hablamos de que hay que recortar las prerrogativas a los partidos políticos, de que hay que disminuir las generosas gratificaciones a los diputados y senadores, de que hay que reorientar los presupuestos públicos a temas de beneficio social en lugar de proyectos que no sirven a nadie, etc., de inmediato los partidos instruyen a sus legisladores para que no procedan este tipo de exigencias ciudadanas porque irían en contra de sus intereses.
¿Cual diputado se atrevería a ir en contra del instituto político que lo llevó a su curul? Es obvio que ninguno, y si en alguna ocasión se rebela uno que otro, normalmente es porque no le dieron lo que quería, no por luchar por los ciudadanos que supuestamente representa.
Entendemos que tampoco se puede transitar de golpe y porrazo de un sistema de partidos a uno completamente ciudadano, pero los partidos deberán entender que deben abrir la puerta poco a poco, y una propuesta sería que aprobaran que del total de diputados, se eligiera a uno, dos o tres ciudadanos por entidad, y quizás otra fórmula para el senado, de tal manera que por lo menos existiera un grupo de legisladores sin compromiso directo con los partidos y que en verdad representaran a los ciudadanos, lo que los haría votar de una manera libre y sin ataduras a intereses partidistas.
De antemano entiendo que esta propuesta difícilmente pasaría, pero es necesario seguir comentando y ventilando este tipo de exigencias ciudadanas, ya que si nadie dice nada, los políticos seguirán pensando en que todo está bien y que no hay necesidad de hacer ningún cambio, o sea, que todo siga igual, para beneficio de ellos, claro está.
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