“Por tu culpa empecé a querer a este País. Por tu culpa, por tu culpa, por tu grandísima culpa. Porque tú me llevaste y me trajiste, me subiste y me bajaste, por veredas y caminos, por pueblos y ciudades. Me llevaste en coche, en lancha, en avión, en camión, en bicicleta y a pie. Me llevaste por rincones y explanadas, cerros y cañadas, iglesias, edificios y ruinas. Me llevaste por unos lugares planos y por otros empinados, por puentes de ríos anchos y por puentes de lechos secos, me hiciste subir escaleras, cruzar lagos inmensos, conocer un mar que se secaba la mitad del año y otro que solo llegaba hasta las rodillas. Y ahí iba yo atrás de ti y contigo, mirándote, bebiéndote, esperándote para que me hicieras el amor después de tanto recorrido, de tanto polvo, verdor, desolación, calor y lluvia, que fuimos encontrando en este País nuestro de cada día ”
Este párrafo es el inicial de esta obra maestra, de la Dra. Sara Sefchovich, Licenciada y Maestra en Sociología y Doctora en Historia de México, catedrática comprometida con México. Más información de la Dra. Sefchovich en esta liga.
Tuve la fortuna de encontrarme esta joya en 1993, y con solo leer este primer párrafo, y verme reflejado en él, me dio la suficiente confianza de adquirirlo. Después investigué más del propio libro y de la autora. El libro obtuvo el premio Agustín Yáñez en 1990.
La novela, en forma de narrativa, se basa en el sueño de dos hermanas, Laura y Beatriz, que tienen la intención de ir a vivir al extranjero, concretamente a España, para iniciar un negocio y perpetuarse en el lugar que previamente escogieron.
El destino decide que una se vaya a España a emprender un negocio y la otra se quede en México, para apoyar económicamente a la primera. La que se queda empieza a trabajar como asistente de un despacho contable y así transcurre su vida, hasta que una noche que ella asiste a una cafetería, conoce a un hombre que desde que lo vio le llama mucho la atención; a pesar de que él la ignora, hasta que ella se dirige a pagar la cuenta y le informan que ya está pagada por un señor que acaba de irse. El mismo que la ignoró.
Eso es el inicio de una extraña relación amorosa que llevará a la protagonista a una vorágine de la que tardará un tiempo considerable lograr desprenderse. La relación, a pesar de ser ocasional, se torna en algo parecido a una droga para ambos, lo que crea una codependencia muy especial. Cada viernes, la protagonista, acude a la cafetería donde conoció a Carlos, el personaje masculino, con la esperanza de que aparecerá en algún momento.
El trabajo que ella desempeña no le alcanza para seguir enviando dinero a su hermana por lo cual su preocupación aumenta. En alguna ocasión estando a la espera de Carlos en la cafetería, alguien se le acerca y la invita a cenar ahí mismo, y eso es el preámbulo de una nueva cadena de sucesos, en los que no habrá miel sin hiel, pero que le van a permitir cumplir con los compromisos económicos.
Así transcurre la historia en que Carlos se aparece y desaparece por temporadas largas, pero ella siempre guarda la esperanza de que él regresará. Hay una versión del libro en una producción cinematográfica, con el mismo nombre, que vio la luz en 2002 y que interpretan Karina Gidi y Ari Telch. Una extraordinaria producción que además muestra imágenes de rincones de este bello País, que incitan a recorrerlos y disfrutarlos. El guion de la película está muy apegada al libro, aunque ambos finales son diferentes. Tanto el libro como la película nos hacen amar más a nuestro país, de eso no hay duda.
Estimado lector(a), después que tenga oportunidad de leer esta obra, y además ver la película, espero su comentario y la dirección de su correo electrónico al final de este artículo, de esa forma podremos compartir las sensaciones que le provocó esta recomendación.
La siguiente entrega será algo muy especial: “Mis salvajes rockeros” del escritor español Jordi Sierra I Fabra, quien también es periodista y editor de revistas de rock. En este libro nos regala varias anécdotas vividas con personajes como Bob Dylan, Madonna, Bruce Springsteen, Mick Jagger y David Bowie, entre otros.
