- Publicidad -
martes, abril 23, 2024

“El despertar de Teotihuacan” de Antonio Velasco Piña (1994)

El libro que hoy comentaré, es un capítulo que debería estar incluido en Regina”, que por su estilo a manera de diario, es parte de este último. Imagino cuáles fueron las causas de haberlo escrito después de 1987, fecha en que se publicó Regina. Una de esas causas es la Primera Visita del Dalai Lama a México, la conexión que él atribuye entre las dos culturas, y que queda explícita en Regina.

En “El despertar de Teotihuacan”, también hace unos apartados interesantes para relatar esa visita que hace el Dalai Lama en 1989, y añade el relato de un evento el 21 de marzo de 1990, en el que participan monjes lamas, para remover lo que el autor llama “los sellos”, que me parece un tema muy interesante en lo que respecta a las similitudes y conexiones entre las culturas andinas, las culturas mesoamericanas y las culturas tibetanas.

Otra de las causas es porque, de alguna forma, les permitieron el acceso a un lugar restringido en la Zona Arqueológica de Teotihuacan. Recordemos que el gobierno salinista fue muy permisivo en ese tipo de cosas, con el pretexto de que estaba asignando mucho presupuesto a los proyectos arqueológicos (trece mega proyectos), tema que no tiene caso abordar en este espacio.

El lugar al que me refiero y que tiene acceso restringido, es el túnel que está debajo del Basamento del Sol (Pirámide del Sol), al cual tuve la oportunidad de acceder en alguna ocasión, mucho antes de leer este libro que relato.

La trama del capítulo consiste en que el veintiuno de marzo de 1968, Regina convoca a algunos seguidores para hacer una ceremonia en Teotihuacan, precisamente en ese lugar dentro del monumento arqueológico. De la forma en que lo describe Velasco Piña en el libro, solo es posible si tuvo acceso, además de una idea preconcebida en su novela anterior, para recrear ese momento tan sublime en el cual la protagonista principal, ejecuta una danza ritual.

La descripción del lugar queda de la siguiente manera: hay que descender desde el piso actual, frente al basamento, seis metros, y queda uno en el inicio del túnel. Es necesario usar casco y lámpara, ya que hay partes que son de poca altura, además, sí se pierde la noción del espacio. El túnel tiene una longitud de casi ciento tres metros, que culminan en una pequeña plaza que tiene cuatro oquedades (que simulan la flor teotihuacana, símbolo muy conocido). Es precisamente en esa pequeña plaza donde el autor asegura que Regina hace la danza. Ese espacio queda casi en el vértice del basamento.

Mientras lo leía, recordé mi visita el primer día del año 1998, por invitación de un compañero Antropólogo que trabajaba en el proyecto arqueológico Teotihuacan. Mi experiencia queda en el plano de inenarrable. Lo percibido personalmente dentro de ese lugar fue algo muy especial para un servidor, así que al terminar de leer el libro, justifiqué que Velasco Piña haya tenido acceso y lograr una narrativa excelente, que me hizo perpetuar mis sentimientos del momento en que tuve la dicha de contemplar desde dentro esa inmensidad que representa el enorme edificio. Una de las frases que recuerdo de un amigo que nos acompañó es: “Este silencio, ensordece”; la frase que vino a mi mente en ese momento, y que expresé fue: “Esta oscuridad, me regala mucha luz”. Así, con esa dualidad explicita, que cada día busco, encuentro y logro descifrar un poco más.

Con respecto a los apartados del Dalai Lama y su monjes, se hace interesante por los conceptos tan parecidos que existen entre ambas culturas. Lo único malo del asunto es que todo el evento estuvo en manos de la pervertida visión de Televisa, con las consecuencias que eso trajo: mal interpretar asuntos muy sagrados para mucha gente, como es su costumbre. Pero en ese momento la empresa a la que me refiero, era vocera oficial del régimen en curso.

Estimado lector(a), espero su comentario al correo que viene al final del artículo. Después que tenga oportunidad de leer esta obra, le solicito me haga favor de honrarme con su opinión, y de esa forma podamos compartir las sensaciones que le provocó esta recomendación.

La siguiente entrega será “Malinalco. Orígenes” de Martín García, un gran amigo de muchos años. Guardián de Centro Ceremonial Malinalco. Sí, ese que fue mandado construir por Moctezuma II,  para consagrar el ascenso de los guerreros mexicas, para convertirlos en Guerrero Águila o Guerrero Jaguar, dependiendo de la orden que representara. Tuve el honor de presentar este libro en la División de Estudios Sociales de la Universidad de Guanajuato, Campus León, en abril de 2010, estando el autor presente.

#LEERparaCrEcERarqlgocarlín

#NosVemosEnUnLibro

https://www.facebook.com/Leer-para-Crecer-Arqlgo-Carlín-107826847259778

 

 

Luis Humberto Carlín Vargas
Luis Humberto Carlín Vargas
Arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Coordinador General del Proyecto Cultural León Prehispánico (PCPAC). Coordinador Académico de los Diplomados de Arqueología e Historia de México (DAeHM). Ingeniero en Sistemas. Músico. Correo electrónico: luishumberto.carlin@pcleonprehispanico.com

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO