Después de leer casi la totalidad de los libros del autor José Agustín, “La panza del tepozteco” me sedujo de una forma soberbia, dada mi afinidad con la mitología mesoamericana, pero sobre todo con la cultura mexica. Dejo aquí la liga para conocer al autor y sus obras.
Quien conozca Tepoztlan, pero sobre todo quien haya ascendido a la cordillera que sirve de gran pared a ese bello pueblo, hoy malamente convertido en “pueblo mágico”, se podrá transportar al pasado, reviviendo el esfuerzo que conlleva acceder a la cumbre, donde se encuentra un basamento piramidal. Dicho monumento fue erigido por un grupo llamado tepoztecas, después de haberse asentado en las faldas de la Sierra de Tepoztlan, en la ladera sur. Dejaremos que sea el INAH quien explique el nombre y detalles del lugar, en esta liga.
Lo novela, a manera de narrativa, nos lleva a una CDMX, que estoy seguro que ya nunca regresará. Esa donde podía uno ir y venir sin problema, sin miedo; donde los “roba chicos” eran más mito que la realidad que hoy padecemos; un México mucho más seguro que hoy.
La historia es acerca de un grupo de cinco adolescentes de trece años y una niña de ocho años, que se aventuran a salir de la CDMX rumbo a Tepoztlan, abordando el transporte en la terminal de autobuses del sur, en Taxqueña.
Después de una espera un tanto caótica abordan un microbús que los llevará a la entrada de Tepoztlan, donde iniciará esta aventura mágica-mitológica-misteriosa. José Agustín tiene una forma muy coloquial de relatar, así que se vuelve muy ameno el relato de la aventura. Además, si uno es oriundo de la CDMX, entenderá muchas de las costumbres y lugares que describe en sus novelas.
Al momento de llegar a la casa donde fueron invitados, deciden que al día siguiente será muy conveniente adentrarse en la cordillera, y uno de los personajes, Poncho, otro adolescente oriundo de Tepoztlan y que ahí encuentran, les comenta que los llevará a visitar unas cuevas que son desconocidas para muchas personas.
Ese día prometido, en el que ingresan a la cueva, van a transformar sus vidas, pero también la de los importantes personajes que habitan esa gran cueva: divinidades del mundo mexica, que se ven vulnerados unos, y congraciados otros, por lo cual se desata una pugna entre ellos por haber permitido el acceso a ese lugar sagrado, de seres humanos, ya que estas deidades sólo están esperando el regreso de Quetzalcoatl, para poder una vez más convivir con la gente.
Conociendo la extensa obra literaria del autor, siempre ha estado comprometido con lo social, lo político, pero sobre todo con las manifestaciones culturales, y esta obra nos proporciona un mensaje indigenista, pero también muestra la evidente ignorancia de muchos mexicanos con respecto a la mitología mexicana. Todo esto forma parte de la narrativa de corte novela juvenil de esta obra, y obviamente no deja de lado pasajes donde se percibe el peligro, además de una buena tajada de humor, todo al estilo del Maestro José Agustín. No le voy a contar el final que es de lo más inesperado que se pueda imaginar.
Estoy seguro que es un cuento-novela que a todos los que se interesen en la mitología mexicana anterior al contacto, debería concernir, ya que de este tipo de literatura-mitológica-novelada existe muy poca con respecto al México antiguo.
Espero su correo, estimado lector(a), después que tenga oportunidad de leer esta obra. De esa forma podremos compartir las sensaciones que le provocó esta recomendación. El correo donde puede escribirme.
¡Así que, a LEER para CrEcER!
La siguiente entrega será A LA SOMBRE DEL ÁNGEL de Kathryn S. Blair, quien de una forma muy romántica nos introduce a la vida de una mujer muy importante en la vida cultural de México, sobre todo en la década de los años 20`s del Siglo XX: María Antonieta Rivas Mercado
