“Tomar conciencia del pasado, lejos de ser evasión de los problemas del presente, es atributo esencialmente humano que lleva a contemplar la realidad con más amplias perspectivas. En la historia de México la conquista marca el momento en el que se enfrentaron pueblos muy distintos entre sí. De ese encuentro, que para los vencidos fue trauma, se derivó el rostro mestizo que el país y su cultura adquirieron a la postre. La conquista dejó así huella no suprimible en lo que somos y en lo que con nosotros mismos llevamos”
Así inicia el prefacio de la 11ª edición (1987) de este libro que ocupa un sitio en mí biblioteca. La primera vez que leí la obra, estaba en el Colegio de Ciencias y Humanidades (bachillerato) y el profesor que no los dejó leer era amante de la Historia del México Antiguo, así que fue fácil digerir ese y otros textos más que propuso para analizar. Hacía unas clases muy amenas y eso reafirmó más mi gusto por el tema. Al menos en tres ocasiones en mi vida lo he podido leer y en cada una, con visiones distintas, ha sido un deleite.
El emérito investigador Miguel León-Portilla, hace un relato de los acontecimientos, antes y después de la conquista, con base en un sinfín de documentos analizados, que fueron traducidos por el gran maestro Ángel Ma. Garibay. “La visión de los vencidos. Relaciones indígenas de la conquista”, nos mete de lleno al sentimiento de una población que sucumbió ante los conquistadores, no solo por la diferencia en tecnología armamentista. Hay factores determinantes que lograron que los antiguos mexicanos, no tuvieran la fortaleza para impedir su derrota, gracias a las enfermedades, a que su espiritualidad se vio mermada, a que perdieron sus templos, casas y su personalidad, entre otras muchas cosas.
Leer las páginas de este libro, nos ilustra el sufrimiento de un pueblo caído en desgracia, que aún después de quinientos años, sigue luchando por no perder esas tradiciones, y aunque sobrevino un sincretismo en diversas áreas, esas costumbres de los antiguos mexicanos, aún sirven para otorgar identidades prehispánicas.
Gracias a muchos de los personajes que llegaron durante la conquista tenemos documentos muy valiosos para poder descubrir importante información y de esa forma, reconstruir una gran parte de las costumbres y tradiciones de los antiguos mexicanos. Por gente como Fray Bernardino de Sahagún, Bernal Díaz del Castillo y el propio Cortés, es que podemos contar con la versión de los vencedores. Pero gracias a muchas evidencias de los vencidos, tenemos este magnífico relato que nos deja ver dos cosmovisiones distintas. Dos mundos que eran antagónicos en muchas cosas y tan parecidos en otras.
Incluyo un poema que aparece en el Capítulo XV “Cantos tristes de la conquista”:
“Se ha perdido el pueblo mexicatl
El llanto se extiende, las lágrimas gotean allí en Tlatelolco
Por agua se fueron ya los mexicanos; semejan mujeres; la huida es general.
¿A dónde vamos? ¡Oh amigos! Luego ¿fue verdad?
Ya abandonan la Ciudad de México:
El humo se está levantando; la niebla se está extendiendo
Con llanto se saludan el Huiznahuacatl Motelhuihtzin”
El poema continúa, pero como siempre, le recomiendo que lea completa esta obra y experimente el mismo placer que tuve las veces que lo he leído. Le invito a que consulte cualquiera de las ediciones. La puede comprar sin problema en su librería preferida.
Estimado lector(a), después que tenga oportunidad de leer esta obra, espero su comentario y la dirección de su correo electrónico al final de este artículo, de esa forma podremos compartir las sensaciones que le provocó esta recomendación.
La próxima semana la recomendación será una extraordinaria obra de la Dra. Sara Sefchovich llamada “Demasiado amor. ¿Hasta dónde se puede uno permitir amar a alguien? No se la pierda.
Dejo una liga para consultar la biografía y obra del Maestro Miguel León-Portilla, autor obligado para quien desea conocer más de la cosmovisión prehispánica.
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/leon_portilla.htm
