El libro que hoy tengo el gusto de analizar es una obra maestra del surrealismo. Una novela que evoca la época en la que el estilo surrealista permeó al mundo entero.
La primera vez que leí esta obra fue en el bachillerato, y gracias a un profesor que era excelente analista, comprendí muchas de las cosas que leí. Más adelante, ya siendo mayor de los 40, con más conocimiento de la vida, recordando varios pasajes de esta obra, la leí nuevamente y fue muy agradable entenderla con más nivel de conciencia. De este gran autor, tuve la fortuna de leer “El arte de amar” estando en la secundaria y fue muy significativo en mi vida. “Demian” fue a mediados de mis treintas. Algún día, estimado lector, se los platicaré.
Hablar de Hermann Hesse sería muy complejo en este espacio, así que dejo su biografía en esta liga, para que la pueda consultar. Igual, hablar de su producción literaria es un tema muy vasto, así que dejo esta liga para que consulte sus obras.
Y continuando con “El lobo estepario” (Steppenwolf, que le dio nombre a una gran banda de rock en la década de los sesenta del Siglo XX), puedo decir que es una autobiografía velada del autor. Hesse nace a finales del Siglo XIX en lo que hoy es Alemania, con toda esa moral rígida, que va a estar presente en muchas ocasiones en la obra, y con la consigna de hacerla a un lado para encontrar su propio yo. Le toca ver perder dos guerras a su país, y eso le hace mucha mella, que es expresada en esta novela. En ella expresa su animadversión por la propia guerra.
Toda la obra es producto de una mente privilegiada, con una educación superior, y con la que demuestra, en el transcurso de su desarrollo, su vasto conocimiento de las culturas europeas, que han sido ejemplo para engrandecer a los europeos. Amante de los grandes genios de la música, aborrece la música de jazz por “inculta”, entre otras cosas que pude ver.
La novela se divide en: “Anotaciones de Harry Haller”; “Sólo para locos”; “Tractat del lobo esteperaio”; “(No para cualquiera)”; “Siguen las anotaciones de Harry Haller”; “Sólo para locos”.
Las anotaciones las va relatando un personaje que convive con Harry, pero con el cual jamás profundiza en ningún tema. Lo demás lo relata el propio Harry, en una historia por demás fantástica, pero que en ocasiones es la vida misma del autor. Se nota cómo el nombre del personaje principal, Harry Haller, lleva las dos H de los nombres del autor; eso da por sentado que sea el mismo Hesse.
En el transcurso de esas historias {(“Sólo para locos” y (“No para cualquiera”)} el personaje va luchando contra su propio yo interno, su lobo. Ese personaje que todos tenemos, que a veces se torna oscuro, ya que no lo queremos ver. Si leyó el análisis que hice en esta misma sección, de un libro llamado “Tezcatlipoca, Nuestro ser interior”, recordará lo que es.
Cuando a Harry se le invita a ingresar al Teatro Mágico, pierde la noción de lo que es fantasía y lo que es real, y viceversa, apuntando directamente a la propia vida de Hesse.
En ese cúmulo de personajes encontrará a una mujer: Hermaine (Armanda en algunas traducciones). Hermaine, entiendo que es su parte femenina; la que lo va a liberar a cambio de una solicitud que ella le exige.
Hermaine parece conocerlo muy bien, y en uno de los diálogos le dice: “Tienes razón, lobo estepario. Y sin embargo, tienes que sucumbir. Eres demasiado exigente con este mundo; el mundo te rechaza; eres demasiado para él. El que hoy quiera vivir su vida, no debe ser ni como tú, ni como yo. En lugar del dinero, que escoja el alma; en lugar del jugueteo, que escoja la pasión pura. Ése, ése, no encontrará un hogar bonito en este mundo que tenemos que padecer”.
Entre los diálogos de ese Teatro Mágico, el Gran Mozart, se presenta le dice algo muy profundo: “Aprenda a tomarse en serio lo que es digno de tomarse en serio y ríase Usted, de lo demás. Usted ha hecho de su vida una horrorosa historia clínica, de su talento una desgracia. Y usted, ahora que lo veo, no ha sabido emplear a una muchacha tan linda y tan encantadora”, refiriéndose a Hermaine.
En fin. Toda una introspección del autor con el autor. El surrealismo en su máximo esplendor, para conocerse a sí mismo. Lleno de inconformidades, tristeza, con dualidades implícitas que no le permiten ser. Y lo único que se le pide es: “Vivir con humorismo”
No le cuento el final, que es muy propio de las novelas surrealistas, descúbralo Usted mismo. No se va a arrepentir. Y le recomiendo que “no se tome las cosas tan enserio” como sugería Mozart.
Si ya lo leyó, mi recomendación es que lo vuelva a leer, pero ahora con Mozart de fondo. Le sugiero la Sinfonía No. 40. Es toda una experiencia. Y en caso de que esa no le agrade, busque otra. Si algo tiene Mozart es una producción inconmensurable de música.
Si le interesa saber un poco más de los lobos, le recomiendo el análisis de la lectura que realicé de una magnífica obra en esta liga.
Estimado lector(a), espero su comentario al correo que viene al final del artículo. Después que tenga oportunidad de leer esta pequeña crónica, o mejor, si lee la obra, le solicito me haga favor de honrarme con su opinión, y de esa forma podamos compartir las sensaciones que le provocó esta recomendación.
La siguiente entrega será “Nueva visita a un mundo feliz” de Aldous Huxley, contemporáneo a Hesse. En esta obra, revisa aquello que fue su novela más famosa: “Un mundo Feliz”, pero ahora treinta años después de haberla escrito. Una obra que complementa y supera mucho de lo que el autor aseguraba en esa primera novela futurista y surrealista, pero que de pronto se vino encima todo aquello, y el futuro lo alcanzó.
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