Cuando se piensa en la obra “Un Mundo Feliz”, es muy raro que alguien se refiera a, digamos, la segunda parte, que fue publicada en 1958 y que es la recopilación de varios ensayos, que iba escribiendo el autor, de cómo es que ese mundo de fantasía escrito en una época drástica para la humanidad, periodo entre las dos Guerras Mundiales, iba comportándose de diferente forma a como él lo concibió inicialmente.
Es interesante analizar que el autor, como buen inglés metódico, no puede concebir el asunto de que “le alcanzó muy rápido la fantasía y se hizo realidad”, más pronto de lo que él suponía que iba a llegar el futuro.
Y lo confirma desde el inicio, en el capítulo uno, en donde menciona: “… cuando fue escrito Un Mundo Feliz, yo estaba convencido de que se disponía de mucho tiempo. La sociedad completamente organizada, el sistema científico de castas, la abolición del libre albedrío por el acondicionamiento metódico, la servidumbre hecha por dosis de regulares de bienestar químicamente incluido y las ortodoxias inculcadas en cursos nocturnos de enseñanza durante el sueño, eran cosas que venían, desde luego, pero no en mi tiempo, ni siquiera en el de mis nietos”.
¿Qué pensaría Huxley sesenta y dos años después, viendo la sociedad actual, con el comportamiento muy parecido a la concepción de su obra? ¿Qué escribiría?
En su afán de “arreglar” el mundo en varios temas, uno de los más importantes, a mi modo de ver, es el de la educación que debe ser uniforme, pareja, sin nada qué criticar, sumisa y sobre todo sectaria. ¡Exactamente como se percibe en la realidad actual!
Los temas que en esta serie de ensayos toca, son varios: una incontrolable organización de la sociedad en centrales (sindicatos) para realizar trabajos; la metodología contante para adoctrinar políticamente; el exceso del crecimiento poblacional que se da a partir del término de la II Guerra Mundial; la infame publicidad comercial tan agresiva, que cambia la percepción de la sociedad de una forma severa; el lavado de cerebros por varios medios; el uso de manera irracional y la seducción química, a través del consumo de drogas que no habían sido usadas de manera masiva. ¿Le parecen conocidos estos temas? En su libro “Las Puertas de la percepción”, el tema del consumo de drogas es analizado a profundidad, tanto que él mismo se somete al consumo de mescalina para describir las sensaciones que le produce.
“Nueva visita al mundo feliz”, es un libro obligado para las personas que estudiamos las sociedades pretéritas, actuales y las que están por llegar. Es una excelente referencia para antropólogos y sociólogos, principalmente, sin dejar a un lado otras profesiones que van de la mano.
Para finalizar, me gustaría completar este artículo con varias citas que tengo subrayadas, pero mejor le dejo a usted, estimado lector la labor, y que descubra entre líneas temas por demás interesantes como: la paz, la educación, la publicidad, la uniformidad de la sociedad, entre otras cosas que me parecen de mucho interés. Esta es su penúltima obra publicada antes de fallecer, y es muy clara la madurez, pero sobre todo, la autocrítica que hace de su obra máxima.
Dejo aquí la biografía de Aldous Huxley, aunque en el análisis que hice anteriormente de “Un Mundo Feliz”, se incluyó también.
Estimado lector(a), espero su comentario al correo que viene al final del artículo. Después que tenga oportunidad de leer esta pequeña crónica, o mejor, si lee la obra, le solicito me haga favor de honrarme con su opinión, y de esa forma podamos compartir las sensaciones que le provocó esta recomendación.
La siguiente entrega será “Ensayo sobre la lucidez” de José Saramago, que es la secuela de “Ensayo sobre la ceguera” que analicé hace algunas semanas. La sociedad desestabiliza al sistema, decidiendo votar en blanco, lo cual provoca un malestar enorme a la elite gobernante.
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